lunes, 20 de octubre de 2008

Disipar la confusión


Hoy he vuelto a ver "Entre copas". Sí, esa película me encanta. Me gusta el personaje de Miles porque me identifico tanto con él... La película tiene un final positivo, da esperanza. La esperanza no es lo único que tenemos pero si dejamos de tenerla no tenemos nada. Para mí la esperanza es... no sé qué es para mí la esperanza. La esperanza y el deseo se confunden dentro de mi cabeza como una maraña de lana a la que hay que coger y tirar de una punta y desenredar e ir haciendo un ovillo. Supongo que no tengo paciencia para hacer una cosa y después otra, que me gustaría que todo se solucionase de una vez. Imagino que quienes me conocen saben de esta confusión mía y algunos la sufren porque la confusión es el estado mental y la indecisión su traducción al mundo físico.
Bien, creo que ha llegado el momento de abandonar esta confusión. Creo que ha llegado el día de cerrar un capítulo y apostar por otro. Si no tengo claro qué es lo que deseo nunca haré nada para conseguirlo, iré probando cosas, iré picando aquí y allí pero nunca elegiré un camino.
Hasta ahora quería tomar una decisión pero no tenía claro cuál. Tengo treinta y siete años, voy a dejar de aparentar que lo tengo claro y voy a empezar a desenmarañar la lana.
Estáis invitados pero se ruega no añadir más confusión. Se trataría de hacer lo contrario.

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