miércoles, 1 de octubre de 2008

Nunca se sabe


A mediados de los sesenta los Rolling Stones y Chris Rea salieron una noche de juerga por Londres, visitando los garitos más infectos en busca de bronca y pelea, drogas varias, alcohol de quemar y sexo fácil. En uno de los bares a los que fueron se les pegó un tipejo escuálido y extravagante, con el pelo untado de betún de color verde y que ya no se les despegó en toda la noche tratando de seducir a Chris Rea de una forma descarada. El hombrecillo les convenció de que fueran a su taller ya que él era pintor. Los Rolling, divertidos, para poner a Chris Rea en un apuro accedieron. Una vez allí, y para que Rea sucumbiera a sus proposiciones le regaló uno de sus cuadros. "Chico, era horrible". Al final, no sucedió nada y los jóvenes rockeros se marcharon dejando al hombre solo.
Años después, Mick Jagger llamó a Chris Rea en medio de la noche. "Oye, te acuerdas de aquél tipejo que nos encontramos una noche y que nos llevó a su estudio?" le preguntó. "Joder Mick, son las tres de la mañana" "¿Pero te acuerdas o no?" insisitió Jagger. "Vagamente". "¿Conservas aún el cuadro que te regaló?" preguntó el Rolling. "No, chico, era horroroso. Creo que se debió perder en alguno de los traslados... ¿para eso me llamas en medio de la noche?" "Chris, aquél tío era Francis Bacon".

No hay comentarios: