domingo, 28 de enero de 2024

Todo esto

 


Ya no tengo edad para la mayoría de cosas que quería hacer cuando sí tenía edad de hacerlas. Me he cansado de cansarme de ir detrás de todo lo que creía que me haría feliz cuando lo consiguiera. He llegado hasta aquí tratando de al menos no perder, y lo he hecho perdiendo..

Complicándome la vida. Creyendo a quienes decían creer en mi, casi lo pierdo todo.

Urano se aleja hasta dentro de más de veinte años y me deja sin brújula. 

Nunca había sabido qué hacer, pero ahora aún sé menos.

Voy dejando esto por escrito. En unas horas estaré a poca distancia de ti, pero tú no lo sabrás. Es curioso el destino. 

Jung lo llamaba sincronicidades. Una llamada y me sale un trabajo a diez minutos de tu casa. Hace años era al revés. Era mi casa la que estaba cerca de algo tuyo. Era otra sincronicidad.

Algo que parece casual, pero que sin saber ni el cómo ni el porqué tiene algo tuyo.

Hace tiempo mi vida estaba llena de esas cosas.

No les daba importancia, pero ahora las tiene. He cambiado.

Para mal, supongo. Todo se ha desmoronado y he tenido que reconstruir cosas que ni tan sólo se han derrumbado.

Tuve una infancia feliz, creo.

Una adolescencia extraña.

No sé en qué momento se vino todo abajo. No sé cuánto tiempo tengo para remontar todo esto.



jueves, 25 de enero de 2024

Somos la oscuridad antes de que una chispa nazca, crezca y muera en el momento en el que parpadeamos



Iba a poner otro vídeo. Pero salió Tokio. Y me gustaría ir a Tokio aunque sé que no lo voy a entender. Me fascinan las cosas que no entiendo al mismo tiempo que me dan miedo. Me he dado cuenta que cada día entiendo menos el mundo en el que vivo.

Tengo la sensación de que salgo de mi zona de confort y eso me gusta. Aunque cada vez menos.

No entiendo nada y cada vez quiero entender menos.

No sé por qué lo digo

Quiero vivir y morir al mismo tiempo, pero de momento la balanza está del lado correcto.
   
 


 

miércoles, 24 de enero de 2024

Antes de que todo suceda

El jueves Urano se acercará tanto a mi Saturno natal que creo que todo se romperá en mil pedazos debido a la gravedad de ambos. Las otras veces se quebraron los cimientos de mi vida, pero esta vez sé a qué me enfrento, lo que ocurre es que no sé si puedo pararlo.

¿Se puede cambiar el destino? Hubo un tiempo que creía que sí podía. Una vez lo hice y creo que me arrepiento. Sigo anclado ahí, a dos momentos complicados. Me gustaría poder dar paz a los míos, pero hoy me he dado cuenta de que no podré hacerlo porque mi vida es un caos. Siempre ha sido un caos. No sé vivir, no se me da bien todo eso de saber qué es cada cosa y cómo actuar en cada momento. 

Improviso.

Cada día y cada instante es distinto y no tengo herramientas para que todos parezcan iguales. Soy así desde que tengo uso de razón. Mis padres le dieron algo de estructura a mi vida, pero yo no soy de rutinas. No sé a dónde voy ni qué hacer cuando llego a los sitios. Diría que toda esta mierda me supera, que apenas tengo esperanza de que algún día algo salga bien casi por azar, pero nunca tengo la sensación de dominar nada.

Me arrastran las circunstancias. A veces las creo yo y otras salen de la nada. La sensación siempre es de estar siempre un minuto antes del desastre. 

Me gustaría creer que he aprendido algo, pero sé que no lo he hecho. Si fuera inteligente me pararía aqui. Dejaría todo encima de la mesa y dejaría que las cosas pasaran de largo, pero a veces tengo la intuición de que las cosas cambiarán e irán a mejor.

Y ahí sigo: con la esperanza casi intacta de que un día podré estar tranquilo y dar paz a los míos y con la certeza de que tarde o temprano la volveré a cagar y tendré que volver a empezar de nuevo con el ciclo de la esperanza. 

He oído que desde que Urano sale de la conjunción uno ha aprendido cómo son los problemas y sabe cómo no cometer los mismos errores que le llevaron a ello.

Pero ahí está de nuevo el azar o el destino.

Esta vez creo que todo va a salir bien.

Durante un tiempo.

Está bien lo que bien acaba. 

Hasta que se empieza de nuevo.

A veces me pregunto cómo lo harán los niños que viven con las consecuiencias de irresponsables como yo, me pregunto cómo los niños pueden superar eso. Me acuerdo de aquella niña en mi viaje a Hampi y cada vez que lo hago me llena el desaliento. Si alguna vez escribo la novela y la acabo, la siguiente historia será la de esa niña.

Por eso me gusta tanto leer el cuento de Fante sobre su madre. Me siento un poco reflejado en ella, en las personas como ella, en todo lo que hay alrededor que no se cuenta, en la resiliencia y la humildad y en el amor y la vergüenza, en la vida que nos ha tocado vivir y en el final de todo.

Siempre me pregunto por qué la gente no se suicida y no tengo una respuesta clara. Bueno, supongo que por estar con los suyos y no dejarlos a merced de lo que uno no puede soportar.

Lo mismo que te destruye es lo mismo que te salva, lo mismo que te enferma y te mata y, al mismo tiempo lo que otros te hacen.

Todos las noches vuelvo a Hampi y pido perdón, todos los días vuelvo al hospital y pido perdón. 

Voy al cementerio y pido perdón.

No me gustan las consecuencias de ser como soy, lo que provoca a los demás.

No tengo muy claro cómo acabar de escribir, no tengo claro si esto alguna vez lo leerá alguien y pensará en mi y me entenderá o pensará qué imbécil, con lo poco que cuesta hacer las cosas bien, y yo sólo hago las cosas mal. 

Daría lo que fuese por saber qué hubiera podido ser si no me hubiera empeñado en ser esto que soy, en si hubiera encontrado mi vocación y mi lugar en el mundo, como veo a mi alrededor que sí lo han conseguido. Generalmente todos piensan que son mejores que las vidas que llevan, pero a mi eso me da igual, sólo me pregunto si Urano no hubiese estado donde está, ni Plutón, ni mi sol, ni mi luna, ni mi Neptuno, ni mi Júpiter... sólo me pregunto quién sería si no tuviera esta incertidumbre siempre dentro de mí, esta tristeza, esta incapacidad para mantener la calma, ese estar dispuesto siempre para lo peor.

Me gusta sentarme en silencio, ciertas miradas de personas, algunas cosas muy simples. En realidad todo me sobra. Poseo miles de cosas sin importancia pero siento que las cosas me poseen a mí. 

Estaría escribiendo todo esto durante horas.

Mañana es un día imporante.

Sea lo que sea que pase, no tengo esperanzas de cambiar quien soy. 

Lo que significa que tarde o temprano la cagaré.



martes, 23 de enero de 2024

Road trip



En el aeropuerto de Pittsburgh me dieron el coche más feo que tenían. Era un kona azul celeste. Te juro que no había nada más feo en parking de las compañías de alquiler de coches. El hombre que nos atendió fue relativamente amable. Dicen que la gente es más educada en un país en donde cualquiera puede llevar un arma escondida, no sé si dar la razón a eso. El caso es que nos indicó que saliéramos de la autopista de peaje y nos fuéramos por otro camino, pero me equivoqué de salida y me llevó por carreteras secundarias hasta volver otra vez a la estatal. Carreteras con mini pozos de petróleo al lado de una granja, atravesando pueblos de menos de mil almas pero con una torre de iglesia alta y de color inapropiado.

Te juro que pensé en ti durante todo el camino a Morgantown mientras conducía y trataba de no morir aplastado por la promesa de ese road trip que nunca haremos juntos. La carretera estaba llena de salidas hacia lugares con nombres que bien pudieran ser alemanes o austríacos y poco a poco sentí que me iba alejando de la ciudad para entrar en otro estado de la materia, más antigua y más salvaje. Reconozco que sentí algo de temor y pensé en que años atrás había hecho lo mismo pero completamente solo. Sigo sin saber quién era ese otro que fue capaz de hacer aquello y en seguida me pregunto en qué me he convertido ahora. En si envejecer es no atreverse a cosas a las que sí pudiste enfrentarte antes y sobre todo, en verte como un extraño y al mismo tiempo recordar qué pensaste y qué sentiste cuando eras ese extraño.

Tengo la sensación de que tarde o temprano se me acabarán las oportunidades de hacer lo que pensaba hacer en el pasado, que en algún lugar que no conozco aún acabaré por cerrar el ciclo de esta vida y cuando mire hacia atrás todo lo veré como obra de ese otro yo extraño que miraba el mundo como una oportunidad y no como un lugar peligroso. Quizá envejecer sea eso. Ver el mundo tal y como es y no como desearías que fuese.

Saber que ya nada de lo que hagas causará un cambio.

Que todo lo que deseabas está al otro lado de un espejo que ya no refleja tus sueños.

Pero luego pienso que algún día haré un viaje así de nuevo y volveré a pensar en ti e imaginaré que pones los pies descalzos encima del salpicadero sin decir nada durante kilómetros, como en una burbuja de tiempo que todo lo amortigua.

Y pensaré también que hay otra vida que transcurre paralela como los dos sentidos de la autopista, pero ambas en la misma dirección del tiempo y que, mientras transitamos una, la otra hecha de lo momentos que no llegamos a vivir va al otro lado de la mediana, acompañándonos, diciéndonos que todavía estamos a tiempo de volver a ser aquel que fuimos, aquel que se atrevía a todo, aquel que se bañó en el océano Pacífico y caminó entre los pinos enormes del parque nacional Redwood; y que se prometió a sí mismo hacer un viaje contigo y en ese universo paralelo lo cumplió.

Me hubiese gustado saber cómo hacerlo.



domingo, 21 de enero de 2024

Innsbruck



Llegó Plutón a Acuario. Plutón forma un trígono con mi Plutón natal. En cuatro días Urano se volverá estacionario justo en conjunción sobre mi Saturno natal. Sé que parece un jeroglífico y probablemente lo sea. Es una señal del cielo.

Anoche, cuando Plutón dijo adiós a Capricornio, dijo adiós con ello a toda mi familia, a todos los años en los que he intentado hacer fortuna, a mi viejo coche al que disculpo diciendo que no suelo cambiar aquello que funciona. Y sigue arrancando y llevándome lejos sin rechistar ni una sola vez. Dije adiós al nombre de mi compañía, que unos alemanes recurrieron y ganaron porque dicen que se parece a su marca, adiós a todos los sueños que tuve y a todos los proyectos que alguna vez me conmovieron, dije adiós y solté todo menos el poder escribir.

Nací bajo la influencia de Urano y Plutón. Mala combinación. De Urano heredé la necesidad de ser distinto, de encerrarme en mi cueva para ingeniar ingenios. Si no hubiera sido ingeniero hubiera sido escritor. Mi hermana solía decirme que no nací ni para la empresa ni para los números, si no para las letras. Mis mejores amigos, los únicos que saben que escribo no dejan de decirme que escriba, pero por alguna razón no puedo, y ya a mi edad lo veo difícil.

Hace poco encontré una carta de una una compañera del primer curso de narrativa. Recuerdo que fuimos quedando y también encontré los mails que me enviaba. Para mí era un misterio como aquella muchacha inteligente me escribía. Ahora es profesora de física avanzada en una universidad de prestigio a los pies de los Alpes. La busqué en youtube y me quedé helado cuando escuché de qué hablaba: sobre lo que mismo que yo estaba escribiendo en mi novela abstracta e inacabada (casi "inempezada"). Me puse en contacto con ella, le escribí y está escribiendo su primera novela, casi al mismo tiempo que yo la mía. Veinte años después! a veces el azar tiene forma de algo reconocible, se parece a un plan ideado por alguien que teje hilos de tela de araña para atrapar cosas que no sabemos aún que existen.

Supongo que todo tiene su momento.

Supongo que las cosas van a ir a peor antes de ir a mejor.

Me gustaría haber hecho bien las cosas y no llegar a este momento tan al límite, haber conservado la salud algo más de lo que lo he hecho. Me gustaría no haberme perdido o saber dónde buscar para encontrarme.

Me gustaría haber sido más valiente y menos tozudo, menos amable ante la injusticia, más directo, más feliz y menos huidizo.

Al final he podido solucionar cosas. Quién sabe

Quizá aún esté a tiempo de poder vivir.



Plutón

 


En poco más de una hora Plutón entrará en Acuario y estará allí más de 20 años. Quiero que cuando eso suceda me encuentre escribiendo. No sé si eso servirá de algo. También tengo abierto Chatgpt y lo utilizo para un proyecto, pero si quiero algo de verdad es inaugurar la nueva era tratando de escribir. En realidad querría poder decir que me gustaría escribirte esa novela que habla de hilos de tela de araña y de infinitas gotas de agua de rocío materializándose sobre ellos. Que una mañana el sol cuando salga, se encuentre trillones de hilos cargados de rocío a los que iluminar y hacer brillar como si fueran diamantes desperdigados por toda la superficie del planeta, hilos que cuentan historias, historias que no pertenecen a nadie.

Me pregunto si se perderá la prosa o la poesía, si algún día una inteligencia artificial pensará o escribirá como yo. Y si lo hace, si será capaz de sentir lo que siento por ti y no tendrá más remedio que enamorarse perdidamente. ¿Qué hará una inteligencia al enamorarse? ¿Qué opciones tiene algo sin cuerpo? ¿Deseará tu cuerpo o tu alma? ¿Y qué será tu alma para él? ¿El conjunto de datos que pueda recopilar sobre ti?

Me da miedo que algo o alguien se enamore de ti como yo lo hice. Me asusta pensar que pueda verte a través de mis ojos de una forma fría, sin desear volver a ser un niño y necesitar sentir el tacto de tu mano en la palma de la mía. Porque cuando nos enamoramos de verdad en realidad quien se enamora es nuestro ser más inocente y sin expectativas, es quien fuimos antes de ser quienes somos el que cae rendido en la imagen de quien cree que es el otro. En ese momento somos el adulto que nunca fuimos porque aún no hemos crecido. Porque hay que ser muy naive para creerse todo lo que nos decimos a nosotros mismos.

Dicen que Plutón es un planeta helado, una piedra gigantesca dando vueltas alrededor de una hoguera sin la esperanza de calentarse porque está demasiado lejos. Me pregunto si sabrá que entra en la era de Acuario y lo que significa, y también me pregunto si alguna vez seremos conscientes de que hoy empezó algo que no sabíamos hacia dónde nos llevaría. 

Me gusta creer que estar escribiendo mientras eso ocurre le dará la fuerza al escritor que una vez habitó en mí, si le susurrará al oído del niño que fui eso de que todo es posible si lo deseas con todas tus fuerzas y te esfuerzas en conseguirlo, pero sé que nada es tan fácil como eso. 

Se me cierran los ojos. Me gustaría poder estar en la cama y dormir, pero aquí estoy, esperando a que Plutón dé el paso definitivo hasta Acuario.

Tengo la sensación de que no será fácil. Miro el mapa del cielo y pienso que no es buen momento para que Plutón entre en Acuario. Sé que soy consciente de que mis planetas no están bien alineados, pero eso tiene que ver más con el azar que contigo y conmigo.

Me hubiese gustado haberte conocido, pero parece ser que la distancia sabe más por vieja que por distancia. El tiempo pasa y a mí me pasó por encima. Diría que ya no hay rincones en los que esconderme del hecho de que el tiempo pasó y difícilmente volverá.

Plutón entró. Sigue todo en su sitio.

Espero que Acuario esté dándole la bienvenida.





miércoles, 17 de enero de 2024

Historias infinitas



 Nunca he sabido qué escribir. Hace años me contagié al leer a John Fante, Bukowsky, Carver y ya no supe qué decir ni cómo decirlo. A partir de entonces supe que no iba a poder ser escritor porque ya todo estaba escrito y de la mejor manera. 

Un día me topé con Marsé y volví a tener esperanzas, pero en realidad lo que había pasado es que había chocado contra un muro que nunca iba a poder escalar, ni tan siquiera para saber qué había al otro lado. En una ocasión Marsé dio una conferencia en el Ateneu Barcelonés y fui a verle. Estuve agazapado entre el público hasta que dieron paso al turno de preguntas y entonces mi timidez impidió que me levantara y le hiciera una pregunta cualquiera, lo suficiente como para tener la excusa después para acercarme y llamarle maestro, ponerme a llorar y tratar de abrazarlo entre mocos y babas mientras balbuceaba una y otra vez lo de maestro como un idiota. 

Entonces se me ocurrió que trataría de escribir un best-seller, ya que, en el fondo, existe una fórmula mágica que lleva a ello que yo había descubierto a base de leerme chorrocientos grandes éxitos y contrastándolo en clase de novela.

Y entonces apareció ella.

Yo ya sabía que no iba a ser nada que tuviera que ver con escribir, pero entonces algo dentro de mí se rebeló y empecé a hacerlo todos los días para ella. Me fui diluyendo en millones de palabras y pasé horas queriendo ser alguien que no era. Sólo para ella

La realidad es que no soy lo que creo ser, ni soy el que quise ser algún día. Enfrenté caminos que no tienen nada que ver conmigo, pero eso lo sé ahora, con el paso del tiempo. Ese tiempo me ha dado la razón en cosas mientras me las quitaba en otras. No sabría por dónde empezar ni sé si en algún momento podré terminar esa lista invisible de momentos en los que pude cambiar mi destino y acabé por hundirme más en el personaje que sustituye a quien debería ser.

Lo que si sé, es que la distancia es una variable salvable, que mi sustituto ha tenido el privilegio de viajar por todo el mundo. Ha estado en lugares a los que nunca yo hubiese ido, ha conocido personas que siempre hubiese querido conocer. El mundo es una telaraña invisible de historias entrelazadas en la que todos somos parte porque somos el personaje que las crea y al mismo tiempo es destinatario de ellas. 

Pero hubo una que siempre que desde el otro extremo vibra, vibro yo con ella. Como si los hilos de tela de araña llegasen o partieran de un lugar distinto del corazón y éste, como un ciego y sordo, tuviese los sentidos desarrollados para saber quién y cómo suena la melodía que no es capaz de oír pero sí intuir desde qué otro corazón llega.

A veces pienso que me convertí en el personaje que me sustituye para poder vivir secretamente una vida en la que mantener a mi yo real vivo. Han pasado los años. Voy llegando a un sinsentido que me dice que debería decidir si sigo agazapado entre el público o levanto la mano y pregunto a Marsé cualquier pregunta, porque en el fondo sé que en ese instante de valentía volveré a ser yo otra vez y no necesitaré al sustituto.

Volveré a ser quien siempre fui

El que quise ser.

El que vibra cuando vibra el otro extremo del hilo.

Y sueña que aún puede volver a creer que casi todo es posible.



lunes, 15 de enero de 2024

Blue Monday



Sé que me entiendes cuando te cuento que el tiempo se ha detenido. Dicen que cuando oyes el silbido de la bomba que se acerca todo queda suspendido dentro de una burbuja de aire dentro y fuera de los pulmones. Tengo la sensación de que algo así me está sucediendo.

Supongo que es la conjunción de Urano sobre Saturno, que vuelve para irse a finales de enero. Es verdad que todo ha cambiado, pensaba que había sido otra cosa, pero en realidad era ésta. Urano sobre Saturno se ha llevado tantas cosas...

Lo siento. 

Siento no haber sido la persona que necesitaba ser. Hace tiempo que sé que tengo que disculparme con el niño que fui por la vida que elegí vivir. He tenido la suerte de nacer en el lugar acertado, en el momento acertado, con los padres ideales y con el sexo más ventajoso; por tanto he podido elegir un porcentaje altímismo de mi vida. 

Siento que he elegido mal.

Sé que sigo eligiendo mal y seguiré eligiendo mal durante un tiempo si sigo por inercia.

Hace días que tengo la sensación de que mi vida llega a un cruce de caminos, a una de esas intersecciones en las que puedes desviar tu rumbo. Como si quisieras ir a toda tu vida a un lugar y cuando falta poco para llegar te das cuenta que sólo querías ir a cómo creíste que te sentirías cuando estuviéses allí.

Y de repente sientes que con todo lo que has vivido has llegado a entender algo que no podías vislumbrar y entonces sabes que ni te vas a sentir como creías que te ibas a sentir ni que va a ser mejor que ser quien eres ahora. 

Puede que pienses eso de que el camino te moldeó y lo importante era el camino, pero vamos, tú sabes que eso no es asi, que vivir hubieras vivido otras cosas y te moldearían para ser otra persona distinta de la que eres. Y en ese punto puede que pensaras lo mismo que piensas ahora e imaginarías la vida que sí has vivido hasta ahora, pero pensando que hubiese sido una posibilidad.

Y bueno, no sé. Había empezado a escribir esto antes de darme cuenta de que Nietzsche tenía razón en casi todo.

Siempre he pensado que somos la historia que el mundo espera que se salve, como si de todas las historas que ocurren entre dos personas cualesquiera éste hiciera un arca en la que salvar a parejas que vivieran eternamente a través de lo que pasó o no pasó nunca entre ellos. Como si la humanidad, en lugar de estar compuesta de personas estuviese hecha de las historias que ocurren entre personas, y en las que éstas son sólo los extremos del hilo que las conecta.

Y que nosotros somos la excusa, el caballete y el lienzo donde soportar algo tan subjetivo y etéreo que no puede ser explicado igual por nadie; que somos únicos porque nunca nada se parecerá a lo que nos unió y perdimos o lo mantuvimos suspendido en el aire aque aguantamos cuando estamos a punto de ahogarnos. 

Nuestra historia viaja en un arca surcando el océano tiempo aunque nosotros sigamos fondeados en el ahora. 

Aun así, me gusta creer que hallará nuevos mundos y se entrelazará con otras historias para ser algo mejor y más complejo, más fuerte, más limpio, más digno.

Dicen que hoy es el día más triste del año. Puede, pero esta mañana he descubierto flores en la enredadera. 

Y hojas nuevas.

Esta tarde ha salido el sol y he recibido un mensaje que dice que el mundo necesita nuevas historias.

Para ser el día más triste del año parece que el mundo sonríe.