miércoles, 24 de enero de 2024

Antes de que todo suceda

El jueves Urano se acercará tanto a mi Saturno natal que creo que todo se romperá en mil pedazos debido a la gravedad de ambos. Las otras veces se quebraron los cimientos de mi vida, pero esta vez sé a qué me enfrento, lo que ocurre es que no sé si puedo pararlo.

¿Se puede cambiar el destino? Hubo un tiempo que creía que sí podía. Una vez lo hice y creo que me arrepiento. Sigo anclado ahí, a dos momentos complicados. Me gustaría poder dar paz a los míos, pero hoy me he dado cuenta de que no podré hacerlo porque mi vida es un caos. Siempre ha sido un caos. No sé vivir, no se me da bien todo eso de saber qué es cada cosa y cómo actuar en cada momento. 

Improviso.

Cada día y cada instante es distinto y no tengo herramientas para que todos parezcan iguales. Soy así desde que tengo uso de razón. Mis padres le dieron algo de estructura a mi vida, pero yo no soy de rutinas. No sé a dónde voy ni qué hacer cuando llego a los sitios. Diría que toda esta mierda me supera, que apenas tengo esperanza de que algún día algo salga bien casi por azar, pero nunca tengo la sensación de dominar nada.

Me arrastran las circunstancias. A veces las creo yo y otras salen de la nada. La sensación siempre es de estar siempre un minuto antes del desastre. 

Me gustaría creer que he aprendido algo, pero sé que no lo he hecho. Si fuera inteligente me pararía aqui. Dejaría todo encima de la mesa y dejaría que las cosas pasaran de largo, pero a veces tengo la intuición de que las cosas cambiarán e irán a mejor.

Y ahí sigo: con la esperanza casi intacta de que un día podré estar tranquilo y dar paz a los míos y con la certeza de que tarde o temprano la volveré a cagar y tendré que volver a empezar de nuevo con el ciclo de la esperanza. 

He oído que desde que Urano sale de la conjunción uno ha aprendido cómo son los problemas y sabe cómo no cometer los mismos errores que le llevaron a ello.

Pero ahí está de nuevo el azar o el destino.

Esta vez creo que todo va a salir bien.

Durante un tiempo.

Está bien lo que bien acaba. 

Hasta que se empieza de nuevo.

A veces me pregunto cómo lo harán los niños que viven con las consecuiencias de irresponsables como yo, me pregunto cómo los niños pueden superar eso. Me acuerdo de aquella niña en mi viaje a Hampi y cada vez que lo hago me llena el desaliento. Si alguna vez escribo la novela y la acabo, la siguiente historia será la de esa niña.

Por eso me gusta tanto leer el cuento de Fante sobre su madre. Me siento un poco reflejado en ella, en las personas como ella, en todo lo que hay alrededor que no se cuenta, en la resiliencia y la humildad y en el amor y la vergüenza, en la vida que nos ha tocado vivir y en el final de todo.

Siempre me pregunto por qué la gente no se suicida y no tengo una respuesta clara. Bueno, supongo que por estar con los suyos y no dejarlos a merced de lo que uno no puede soportar.

Lo mismo que te destruye es lo mismo que te salva, lo mismo que te enferma y te mata y, al mismo tiempo lo que otros te hacen.

Todos las noches vuelvo a Hampi y pido perdón, todos los días vuelvo al hospital y pido perdón. 

Voy al cementerio y pido perdón.

No me gustan las consecuencias de ser como soy, lo que provoca a los demás.

No tengo muy claro cómo acabar de escribir, no tengo claro si esto alguna vez lo leerá alguien y pensará en mi y me entenderá o pensará qué imbécil, con lo poco que cuesta hacer las cosas bien, y yo sólo hago las cosas mal. 

Daría lo que fuese por saber qué hubiera podido ser si no me hubiera empeñado en ser esto que soy, en si hubiera encontrado mi vocación y mi lugar en el mundo, como veo a mi alrededor que sí lo han conseguido. Generalmente todos piensan que son mejores que las vidas que llevan, pero a mi eso me da igual, sólo me pregunto si Urano no hubiese estado donde está, ni Plutón, ni mi sol, ni mi luna, ni mi Neptuno, ni mi Júpiter... sólo me pregunto quién sería si no tuviera esta incertidumbre siempre dentro de mí, esta tristeza, esta incapacidad para mantener la calma, ese estar dispuesto siempre para lo peor.

Me gusta sentarme en silencio, ciertas miradas de personas, algunas cosas muy simples. En realidad todo me sobra. Poseo miles de cosas sin importancia pero siento que las cosas me poseen a mí. 

Estaría escribiendo todo esto durante horas.

Mañana es un día imporante.

Sea lo que sea que pase, no tengo esperanzas de cambiar quien soy. 

Lo que significa que tarde o temprano la cagaré.



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