lunes, 30 de marzo de 2015

La sirena prometida


Dice que necesita más espacio, que tres horas para calentar no bastan, que más allá del camino que lleva hasta su casa existe una torre de piedra desde la que se pueden ver Mordor y la tierra media al mismo tiempo, que el amor todo lo cura, que el silencio es el mayor de los lujos, la calma, el vacío, la noche, la vejez, el poder dormir plácidamente, el amor incondicional de los perros, dice que el corazón tiene razones que ni el mismo corazón se atreve a descifrar con su inteligencia emocional analfabeta, que cada siete pensamientos uno se retuerce de un dolor insondable e inconsciente, que un árbol se alimenta de la sabiduría del sol mientras que un hombre debe matar a un ser vivo para seguir adelante, que somos impuros, dice, que somos divinos, que venimos del inframundo, que habitamos las estrellas, dice.

Que somos contradictorios,

luz y oscuridad,

aterradoramente maravillosos.

Que somos la enfermedad que no podemos curar sin dejar un poco de nosotros mismos cuando abandona nuestro cuerpo.

Que el amor en realidad no cura, sino la decisión de ser vulnerable cuando se ama.

Que no hay locura mayor que no estar loco.

Que todos los días sale un sol distinto

Pero que todos se llaman como tú.

lunes, 16 de marzo de 2015

Deseos


He pedido un deseo. Y te he pedido a ti. Me gusta saber que tengo cosas claras y que tú eres una de ellas. Porque no siempre ha sido así y ahora lo sé: no hay nada peor que ir a la deriva, no hay nada peor que ser un cascarón de nuez en medio del océano.

He pedido muchos deseos. Tantos que no creo que pueda acordarme de todos. Me cansaré de repetirlos porque hasta ahora no me había permitido pronunciarlos en voz alta por si tenían un precio demasiado alto o por si podía sólo extender la mano para cogerlos y ya está, así de fácil. No hay nada peor que el miedo a ser lo que eres porque entonces es cuando acabas teniéndote que preguntar que quién eres y buscar una respuesta... una respuesta que está vacía.

Pero eso tú no lo sabes.

No basta con desear; Hay que saber qué se desea y quién es ese que desea. Me pregunto cuánta gente lo tiene claro desde siempre y se evita todo esto y me pregunto también qué sucedió para que me pasara tanto tiempo así, sin referentes, sin saber. No puedo explicarme cómo he sobrevivido hasta ahora. Y digo bien, sobrevivido, porque vivir debe ser otra cosa.

He pedido un deseo. No sé si estaré a tiempo de que se cumpla.