A veces las cosas surgen sin saber de dónde vienen, llegan cuando más lo necesitas, a veces también ese cuando es algo destinado a ser un cómo o un porqué, viene a sujetar cosas (aunque sea a medias) que uno no sabe cómo sostenerlas. Y ese día te conviertes en otro, en uno que sí puede, en alguien que tiene la suficiente fuerza como para aguantar lo que venga.
Algo así siento estos días. Creo que se acerca un tiempo en el que tengo que volver a ser eso.
Golpear antes de ser golpeado.
La vida es una sucia bastarda a la que hay que enseñarle los dientes. No importa cómo. No importa dónde, sólo importa que no saldremos vivos al enfrentarnos a ella. Sólo es cuestión de tiempo que las cosas se pongan feas y tengas que volver a ser ese hombre que has estado destinado a ser y al que le importa una mierda si lo hará bien o mal. Sólo se trata de aguantar de pie sin que se note que ya estás muerto.
Porque no te quepa la menor duda: ninguno de nosotros puede asegurar que mañana no será cierto.