miércoles, 22 de noviembre de 2023

La luna contigo



Creo que el mundo al que estaba acostumbrado se está acabando, que la irrupción de la inteligencia artificial lo va a cambiar todo de verdad. Tengo la sensación de que la palabra escrita irá muriendo entre tanta letra generada, que nos volveremos dueños de una pequeña parcela de un campo infinito y que, por tanto, seremos algo parecido a un ente diluido en algo mayor que se irá creando a sí mismo hasta que seamos insignificantes como individuos. 

No creo que tenga más de dos años para escribir esa novela que siempre quise crear y que tiene vida propia. En el fondo, esa novela es un anuncio de lo que va a pasar. A veces me sorprende la capacidad que tienen los textos de ser, en cierta forma, proféticos.

Estamos delante de algo parecido a lo infinito. Me gustaría tanto poder hablar contigo de todo esto... No es la primera vez que la humanidad se ve cara a cara con algo demasiado grande como para poder enfrentarlo. De hecho, diría que la historia de la humanidad es la de culturas que no sobrevivieron a hordas que les superaron en tecnología y en crueldad. Me pregunto si será esto lo que nos ocurrirá ahora.

Si de algo estoy seguro es que antes de que eso ocurra me gustaría compartir una luna contigo, sentarme a tu lado con la convicción de que el tiempo es eso eterno que existe cuando no quieres estar en un lugar distinto al que estás; que por mucho que se acerque el fin del mundo, ese momento juntos merecerá la pena haberlo dejado como epitafio a una vida. Esta vida que sólo cobra sentido por esos instantes y por esas pocas compañías en y con las que conociste lo bueno que la civilización proporciona.

Lo de aprender a escribir ya lo dejo para la otra vida.

No tengo sentimiento de derrota, aunque sí de haber perdido una oportunidad que no volveré a tener por muchas reencarnaciones que tenga, si es que existe eso de volver y volver.

Y volver y volver.

Creo que echaré de menos echarte de menos.



domingo, 19 de noviembre de 2023

Cuando todo esté oscuro




... y tu pelo de fuego, y tu voz como la que imaginé que era la de aquella mujer en La Sombra del Viento. A veces recuerdo cuando no estabas en mi vida. A veces recuerdo lo difícil que era todo antes de que, silenciosamente, nos llegara la paz envuelta el uno en el otro. Fue como llegar a casa y encontrar la chimenea encendida, cerrar la puerta y saber que no volvería a temer el invierno.

A veces trato de recordar el tiempo de antes. Ya no queda casi nadie. Me hubiese gustado poder decir que echo de menos echarles de menos, pero la vida crece y aunque queramos mirar atrás hay algo nos impide revivir lo ya vivido, sólo nos quedan imágenes que con el tiempo cambian. 

Veo las fotografías de mi hermana y de mis padres y son ellos y al mismo tiempo no son ellos. Es algo que pasó y no volverá a pasar. 

Pensaba que nunca me encontrarías... y que si lo hicieras no te quedarías a mi lado.

Cuando me llegue la muerte, me gustaría tener tiempo de despedirme, de dejar cartas a las personas que han sido alguien en mi vida. Te escribiría a ti la más larga. También le escribiría a las mujeres que fueron alguna vez un pedacito del mapa que mi alma necesitó para orientarse, como yo creo que lo fui para ellas.

Hace días que sé que si me pongo a escribir no pararé de llorar. Hoy fui al cementerio. Sé que no hay nadie allí. Yo tampoco estaré en mis restos. Estaré en otra parte y seguiré escribiendo allí donde vaya. Me hubiese gustado saber que tardamos tanto tiempo en encontrarnos porque andábamos distraídos con otras cosas que en realidad no importan. Estabas ahí, al otro lado del agujero negro y yo entonces empezaba a saber enlazar frases sin que pareciese que había algo que no se dice porque en realidad la historia era falsa, o porque no sé ni he sabido nunca cómo contar lo que sentía. 

Y sentía que había desperdiciado mi vida yendo de un lugar a otro cuando mi destino era estar delante de un teclado y contar historias. Tenía la sensación de que el objetivo de mi vida era ese y que había fracasado. Aunque construyera una empresa interesante y acabara por venderla a otra empresa más grande y me retirase pronto y no tuviese que pensar en la jubilación, sé que habría desperdiciado la oportunidad que tenía.

Hasta que te encontré a ti y todo cambió.

Todo se colocó en el lugar adecuado.




viernes, 17 de noviembre de 2023

Cuando todo va hacia el final

 


Bueno, ya sabes. Las cosas van más o menos bien. Debería estar haciendo otra cosa. Sigo trabajando de lo mismo. Creo que todo va a ir bien en los próximos meses y me gustaría poder decir que lo veré todo acabado, pero en el fondo, algo dentro de mí me dice que no. 

No suelo equivocarme.

 Tengo la sensación de estar encendido por dentro, como si hubiese una llama ardiendo en mi interior, de tal forma que si apago la luz, se puede ver una claridad a través de la piel de mi pecho. Una claridad rojiza con un centro amarillo. Hay un sol ahí, en alguna parte que tarde o temprano acabará abrasándome, que terminará por devorar mis células desde dentro sin que pueda hacer nada. Me hubiese gustado tener la certeza de que es amor, pero no hay un manual de instrucciones donde consultarlo. 

Es cierto lo del titulo de este blog: Hubiera muerto por ti, y hasta tal punto que quizá sea ese amor no correspondido lo que me está quemando. No duele, no tiene nada malo, es más, diría que ese fuego me da el calor que no puedo obtener por otros medios. 

A veces me pregunto qué pensarías si pudieras verme por dentro. Si podrías rechazar a alguien como yo sabiendo cómo siente el mundo como lo siento yo. Creo que es porque yo no dudaría en estar con alguien como yo, es decir, si alguien quisiera desde el corazón a ese hombre honesto que sé que soy, Tal vez podría abrir mi mundo y confiar. Quizá porque yo sí daría lo que fuese por confiar en alguien. 

Resulta curioso pero donde noto algo y un hueco al mismo tiempo. Mi corazón (esa llama que más bien parece que me haya tragado una linterna y se haya quedado atrancada en el esófago) te echa de menos en un código morse de sus latidos imperceptible al oído, y que sólo puede leerse en el tacto de la piel del otro.



domingo, 12 de noviembre de 2023

Cosas

 


Los dos seres se me cruzaron en menos de 10 metros de distancia. No entiendo muy bien cómo entienden el espacio tiempo ni cómo quieren que lo entienda yo.

Somos locos tratando de entender otra locura que no es la nuestra. No soy capaz de salir de ella.