viernes, 24 de noviembre de 2017

¿Podríamos seguir siendo materia?



Si todo lo que empieza tiene un final, éste el final.

... y  el principio.

Todo se convierte en otra cosa, todo tiene un continuará escrito en la estela que dejan los electrones cuando surcan el vacío.

Dicen que cada cinco años tu cuerpo ha regenerado todas las células, que por eso envejecemos, porque la copia cada vez es de más baja calidad. A veces pienso en eso. En que mi cuerpo hace tiempo que dejó de ser fiel a sí mismo y empezó a experimentar con cada uno de los átomos que se encontró en su viaje por la vida.

Me gusta creer que fue generoso y donó miríadas de electrones al mundo aunque, la verdad, no obtuvo demasiado buen material a cambio.

Entiendo que prefirió la información y que, en el fondo, morimos por ese afán de acaparar ideas y conceptos, datos y relatos.

Uno envejece por almacenar historias en algún lugar de su cuerpo.

Como si nos preparáramos toda la vida para dejar de ser cuerpo y pasar a ser alma.

De esa forma entiendo que, en parte, siempre te llevaré conmigo.

Y cuando digo siempre, quiero decir que nacerán y se apagarán estrellas hasta que se disuelva lo que fuimos, somos y seremos, en el magma electromagnético (onda o fotón) del Universo.




martes, 21 de noviembre de 2017

Do you miss me?


Intento no dormir. A veces sólo trato de vivir una vida pequeña al margen de la vida que vivo. A veces sólo es cuestión de imaginar qué hubiera pasado si hubiera escrito la maldita novela, de qué hubiera sido de mí escribiendo para ti todos los días.

Y entonces no duermo. Me quedo escuchando canciones, todo lo que sea para no caer rendido, para no cerrar los ojos, para no dejar de ser ese que quizá hubiera sido.

Por la mañana me despierto al otro lado, me visto de ese otro y voy a trabajar con más o menos ganas, me dejo llevar por lo que me queda de inercia, sabiendo que si hubiera aprovechado la oportunidad quizá las cosas serían distintas.

Y sólo tendría una vida, sin nada de la que tengo ahora.

Sin cosas que vender para pagar cosas que no me dejan ser

Mirando la hora y cerrando los ojos, calentándome los pies con una estufa eléctrica, escribiendo ya bajo la oscuridad de unos párpados tan pesados como piedras.

Que no soñará

o no recordará lo que sueñe.

Que pensará que es una suerte no poder echarte de menos.

Y lo maldecirá al mismo tiempo.

Que tratará de encontrar algo con lo que acabar esto para que quede redondo

y la cagará de nuevo.

Supongo que no insistí lo suficiente.

Y eso es una puta mierda, porque yo insisto siempre.




JOE PURDY - "Miss me" Some movie star told you this ain't where it's at. So you packed your bags and one night you headed out. Said, these small town blues got you going insane gone into the city, gonna change your name and you never look back at where you came swore you'll never be the same. Do you miss me? Do you miss me? You're a big girl now, got your big shoes and you're running around with big girl blues and I know you don't doubt yourself anymore no, when you feel like leaving, walk out the door and I bet you ain't got nothin left to learn it's better that way cause you never get burned and you try not to think about what might have been cause you know this town is just sink or swim Do you miss me? Do you miss me? Do you miss me? Well the last time I say you were waving goodbye from the back of the train with a tear in your eye. Now I hear you're in love with some big city man and together you're making your big city plans and you hope he don't find out about who you are that we used to catch fireflies in mason jars and we used to go down to the county fair and we listened to blue grass in summer air and we danced all night as the rain came down and you held my hand as we slept on the ground and we wrote our names in the old oak wood I guess some things don't work out like they should. Do you miss me? Do you miss me? Do you miss me? Do you miss me? Do you miss me? yeah... Do you miss me?

lunes, 20 de noviembre de 2017

Camino de San Francisco


Juro que, cuando iba por Cabrillo Hwy, y mientras bordeaba la costa rumbo a Big Sur en un coche alquilado, pensaba muchas veces en ti, en lo que sería viajar contigo sin rumbo. Y te imaginaba descalza con los pies en el salpicadero y en que conducirías la mitad del tiempo; pensaba en las ventanillas bajadas y tu pelo alborotado por el viento.

Estaba convencido de que el nuestro sería un viaje silencioso, igual porque el viaje de verdad lo fue (no sintonizaba ninguna emisora durante demasiado tiempo), tal vez porque no sé a qué suena tu voz o porque, quizá, creía en que no tenía ningún sentido pensar en ti.

Puede que recordara lo que te gusta conducir, en lo que supone viajar solo, en que todo viaje es, en realidad, hacia el interior de uno mismo, en que las carreteras interminables siempre se terminan en algún punto.

En que si había alguien en el mundo con el que quisiera compartir los red woods, y los leones marinos, o aquellas olas salvajes del Pacífico, sólo podía ser contigo.

Hoy he vuelto a visitar los lugares a través de Google street view y de alguna manera que aún no sé explicar estabas allí.: Saliendo de Figueroa Road hacia la 101, en un Mustang del 78 como el de Harry el sucio, con unos cuantos días por delante y sin fecha de retorno.

Luego encontré esta canción y me gustó el vídeo.

No sé si pega demasiado

viernes, 17 de noviembre de 2017

Un lugar en el que no ser ni estar



Supongo que sólo puedo escribir cuando creo que no soy capaz de ello y que, en el fondo, todo se limita a cruzar la barrera de lo que crees que eres capaz de hacer.

No sé si las cosas son fáciles o difíciles. A veces todo se me hace tan cuesta arriba que no saldría de la cama por las mañanas, pero luego salgo y bueno, ya que estoy ahí intento comerme el mundo. 

Hay un mundo ahí fuera que sabe a pastel de calabaza con nata montada por encima.

Y claro, también siempre hay un lugar en el que perderse, un lugar en el que olvidarte de casi todo lo que no importa.

Siempre hay una portada de un libro que te invita a entrar.

Un bar con buena música en lo que lo de menos es lo fría que está la cerveza.

Una estrofa de una canción que refleja lo que es tu vida.

Un lugar en un catálogo de viajes al que sabes que nunca irás y que tampoco te haría feliz ir, pero por el que te mueres por visitar.

Una persona especial en un tiempo que no volverá.

Una vieja ventana por la que ya no mirarás.

Un consejo que ya no estás a tiempo de seguir.



miércoles, 15 de noviembre de 2017

lunes, 13 de noviembre de 2017

Vacío



Átomos. Somos átomos. Una bandada de electrones revoloteando alrededor de un árbol en cuyas ramas nunca nos posaremos, que nos repelerá cuanto más cerca de él queramos estar; átomos buscando un objeto donde pasar la noche, solos entre trillones de trillones de trillones de otros átomos como nosotros.

Somos una infinitésima probabilidad de ser finitos, frías cargas eléctricas tratando de buscar un inestable equilibrio. Estamos llenos de vacío; sabiendo que somos parte de algo mucho más grande pero sin poder ser nunca serlo, y sin saber que pertenecemos a algo que vive, que tiene conciencia, una pieza de Lego de una construcción gigantesca en forma de Vía Láctea; dejándonos la piel en averiguar si queremos ser onda o materia, en si pertener o ser, en si ser la metáfora de un sueño o de si tomar la forma de un destino que, tal vez, ni tan siquiera sea el nuestro.

Avellaneda, no sé si sabe que, en parte, yo quise ser destino por usted. Yo iba para sueño y me detuve para estar a su lado y ya me no pude dejar de ser ese roce que acaba en cariño, ese intervalo,  esa tierra de nadie en la que se uno se queda orbitando como un cometa de hielo asido a la gravedad de un planeta que no entiende de elipses.

Supongo que poco a poco se va haciendo a la idea de que usted y yo tenemos átomos intercambiados. Lo sabemos en silencio, cada uno a millones de metros de distancia, en las habitaciones vacías que habitamos y nos habitan, en el silencio de las tardes, en la soledad de las cosas que no se dicen, en la música que usted es y a la que me acostubré a escuchar tan de tarde en tarde.

Música de oleaje y de después de la tormenta.

Y es que así suena usted. Mágica y vibrante.

Como un átomo.

Bandadas de electrones revoloteando un inmenso vacío.

Minúsculas notas de voz.

Mi pieza de Lego favorita

Simbad el marino.

Julio Verne.

Dios.






miércoles, 1 de noviembre de 2017

Prosperidad


Cuanto todo parece venirse abajo llega la gran oportunidad que tantos años estaba esperando.

Siempre hay una puerta que se abre cuando estabas a punto de saltar por la ventana.

A veces pienso que vamos por delante unos días

Que, en realidad, uno sabe cosas antes de que ocurran.

Sólo hay que saber mirar sin mirar, dejarse llevar por los instantes como éste, por el tiempo que está por llegar, dejarse mojar por esa lluvia que hoy es sólo una promesa en forma de esa nube aún a dos días de distancia...

Bienvenida