viernes, 17 de noviembre de 2017

Un lugar en el que no ser ni estar



Supongo que sólo puedo escribir cuando creo que no soy capaz de ello y que, en el fondo, todo se limita a cruzar la barrera de lo que crees que eres capaz de hacer.

No sé si las cosas son fáciles o difíciles. A veces todo se me hace tan cuesta arriba que no saldría de la cama por las mañanas, pero luego salgo y bueno, ya que estoy ahí intento comerme el mundo. 

Hay un mundo ahí fuera que sabe a pastel de calabaza con nata montada por encima.

Y claro, también siempre hay un lugar en el que perderse, un lugar en el que olvidarte de casi todo lo que no importa.

Siempre hay una portada de un libro que te invita a entrar.

Un bar con buena música en lo que lo de menos es lo fría que está la cerveza.

Una estrofa de una canción que refleja lo que es tu vida.

Un lugar en un catálogo de viajes al que sabes que nunca irás y que tampoco te haría feliz ir, pero por el que te mueres por visitar.

Una persona especial en un tiempo que no volverá.

Una vieja ventana por la que ya no mirarás.

Un consejo que ya no estás a tiempo de seguir.



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