viernes, 24 de noviembre de 2017

¿Podríamos seguir siendo materia?



Si todo lo que empieza tiene un final, éste el final.

... y  el principio.

Todo se convierte en otra cosa, todo tiene un continuará escrito en la estela que dejan los electrones cuando surcan el vacío.

Dicen que cada cinco años tu cuerpo ha regenerado todas las células, que por eso envejecemos, porque la copia cada vez es de más baja calidad. A veces pienso en eso. En que mi cuerpo hace tiempo que dejó de ser fiel a sí mismo y empezó a experimentar con cada uno de los átomos que se encontró en su viaje por la vida.

Me gusta creer que fue generoso y donó miríadas de electrones al mundo aunque, la verdad, no obtuvo demasiado buen material a cambio.

Entiendo que prefirió la información y que, en el fondo, morimos por ese afán de acaparar ideas y conceptos, datos y relatos.

Uno envejece por almacenar historias en algún lugar de su cuerpo.

Como si nos preparáramos toda la vida para dejar de ser cuerpo y pasar a ser alma.

De esa forma entiendo que, en parte, siempre te llevaré conmigo.

Y cuando digo siempre, quiero decir que nacerán y se apagarán estrellas hasta que se disuelva lo que fuimos, somos y seremos, en el magma electromagnético (onda o fotón) del Universo.




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