viernes, 29 de julio de 2011

Diez


Anoche soñé con el personaje de la novela. En realidad soñé que yo era él y me daba cuenta de una cosa que no hubiera imaginado que pudiera ser así. Soñé que pensaba que el bicho no estaba dentro del mí, que en realidad el bicho era yo y el que habitaba dentro de mí era como una especie de guardián de las formas. El bicho sale muy pocas veces pero es el que manda en mi vida. El que destruye lo que he tardado mucho en crear, el que sabotea, el que se ríe todo. No es el tiempo que sale a la luz sino todo lo que hace. Soñé que el bicho era yo y llegar a esa conclusión hizo que fuera un sueño feliz.

Supe que las palabras que son como el papel de lija son mías y no de algo que aparece de las profunidades de mi nada, que las ideas suicidas son mías y no la consecuencia de los gritos del bicho, supe que el odio es es mío y que el odio hacia mí por odiar también es mío, que no hay dos personajes disociados, sólo hay un duermevela, un terrorismo de baja intensidad durante todo el día. El bicho se alimenta de todo lo que destruye y yo soy su ejecutor, su cuerpo físico, su mente, el que duda, soy como un programa de software que evita que él se destruya. El bicho es (soy) el que maneja y tensa la correa. Quizá por eso sólo haya una salida.

Es raro que recuerde un sueño de una forma tan nítida, por lo general, nunca recuerdo nada y si por la mañana evoco un sueño, suelen ser escenas inconexas, sensaciones, nunca pensamientos. Pero esta noche ha sido distinta, no sabría decir qué ha ocurrido. La voz era tranquila, me hablaba como un padre le habla a un hijo que empieza a comprender las cosas. Me dijo "estás metido en esto hasta el cuello, porque yo soy tú y que estés escuchándote a ti mismo sólo puede significar una cosa: te has vuelto loco. Pero no importa, tú ya lo estabas, ahora tienes que decidir hasta dónde estás dispuesto a llegar en esta autodestrucción. Se acerca Agosto, todo se volverá más feo y sucio. Agosto es nuestro mes maldito, tu mes maldito".

El bicho y yo la misma persona, es decir, el bicho yo y todo lo otro un decorado trasnochado y ajeno a todo lo que siento.

En el sueño extendía un mapa sobre una mesa y el mapa era mi vida y por donde fui y por dónde pude haber ido, y siempre eligió él, en cada uno de los punto críticos fue él quien tomó las decisiones, nunca pude hacer nada porque yo no estaba porque yo era él.

En este país en guerra que soy yo, en esta tensión infame que me pega los músculos a los huesos, yo sólo soy la trinchera, el agujero en el suelo donde esconderse, sólo soy la voz que reza para que nos pase nada ni a mí ni a los míos. En este mapa nunca se cartografiaron sueños sin señuelos, trampas, lugares que no existían, cordilleras de arena, mapas dentro de mapas que no llevaban a ninguna parte.

Lo que hace atractivo a un personaje: sus conflictos, es precisamente lo que me hunde cada vez más en arenas movedizas. Ayer cerré un acuerdo muy bueno para la representación de dos marcas internacionales muy potentes en aguas y medioambiente. Pero no tengo ánimos para seguir adelante, si estoy solo y sin un duro (ellos no lo saben). He hecho un esfuerzo considerable y sin embargo mi pregunta es ¿para qué? Cuando más cerca estoy del final más intuyo que el final no es lo que yo esperaba. Es como si a un diabético le hubiera tocado en la lotería una pastelería completa. Y luego, por la noche soñé lo del bicho.

Nueve. Nueve entradas para que todo acabe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nueve entradas más, como nueve puertas a algo, a todo, a NADA, haciéndome eco de tu entrada anterior. No me tomo NADA a mal, para mí la vida es demasiado preciosa como para tomarse la vida como si fueran cóckteles largos de negativismos. La vida es bella, sólo hay que saberla ver con unos lentes especiales, desde ésa óptica.

Haz lo que tengas que hacer, sé tú y tus circunstancias y "el bicho" nunca existió, como tampoco los "si hubiera", tu sueño tan lúcido así te lo reveló, sino ni te hubieras molestado de hacerlo público en este medio tan a la vista de todas/os o en otro.

Esperamos ver pronto tu novela publicada en todas las librerías y traducida, como mínimo, a 12 idiomas.