miércoles, 13 de julio de 2011

Iniciando la inmersión


Devoro entradas como quien come palomitas en el cine, casi sin querer y esperando a que se acaben o que no se acaben todavía. Supongo que no puedo dejar de escribir y al mismo tiempo sé que debo dejarlo de una vez por todas, que esto se ha convertido en un hábito casi dañino, una suerte de palabras, unas detrás de otras, sin sentido.

Cada día que ha pasado he sido un día perdido, cada entrada una oportunidad perdida para lograr conmoverte, a veces me siento como un náufrago que hubiera ido talando todos los árboles de la isla para encender hogueras por las noches. Solo que yo sólo quemé palabras, las palabras arden bien y hacen humo. Pero no pudo ser. La vida es más fuerte que las palabras y tú tienes eso que a mi me falta.

Quizá algún día, tarde ya, pienses en mí y en todos los vanos intentos de susurrarte estrellas, reconozco que con voz casi inaudible como el crujir del universo por las noches, como un papel que se arruga lentamente. Quizá algún día te detengas y leas esto y te preguntes que para quién escribí todo esto sin saber que lo escribí para ti, para ese preciso instante en el que entraras y te preguntaras ese por quién.

No sabrás que dejé mi correo electrónico para que me escribieras, ni que exploré toda clase de estilos, no sabrás ni hacia dónde ni hasta cuándo, ni cómo ni por qué, estiré las letras o soñé despierto bajo la luz del sol o sobre el cemento de las abaldosadas aceras de subnomadías inventadas, tránsito de mis pies y mi cabeza, por las veredas que dejan las huellas invisibles.

En cualquier caso, siempre estuvo ahí esa maldita distancia, decirte adiós se me hace incomprensible en esta lejanía, en esta asincronía nuestra que ni coincidir sabe o quiere.

Nunca tendremos nada en común.

Cuando me vaya ¿dónde estarás tú, haciendo qué y con quién?

Y aunque no lo entiendas, y puede que hasta no llegues a leer esto nunca, me voy porque empiezo a no soportar el peso de mi piel sobre los huesos del tiempo, porque esperar es una fractura que necesita soldarse.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Toni/Espera a la primavera:

Anticipo que este va a ser un largo comentario, porque así me nace, porque te quiero dar las gracias por este años de andanzas por Blogger, porque me gusta transmitir y hoy quiero transmitirte lo siguiente, a modo de conversación en voz alta, pero que hago por escrito y plasmado en tu blog.

Esta entrada, para mí -- y hablo sólo por mí-- tiene una especie de regusto amargo, ya que huele como a fin, fin de este tu blog, pero también fin, tal vez, de otras cosas.

Hace un año te descubrí de pura casualidad, al teclear en el buscador general “Blogs interesantes” y me salió el tuyo, entre otros. Empecé a leerte y no pude dejarlo.
Como bien sabes, me he leído tu blog DOS (2) veces, de arriba a abajo, por en medio, por todos los costados y recovecos. Me llamó siempre la atención su título: “MORIRÏA POR ELLA”, original a la vez que sumamente triste.

He leído tu blog a fondo, te he comentado en muchas entradas, he vuelto y he regresado cual ave fénix de sus cenizas, ya que, a veces, la vida, da palos, aunque sea las menos veces. Me has tenido aquí como fiel y constante lectora. Me has hecho soñar con tus palabras, me has acariciado el alma, has despertado mis sentidos, has columpiado mi fràgil corazoncito, me has mirado y has sonreído, a través de tus letras, a mis ojos verdes con motitas violetas, pues había veces, cuando estaba muy embuída en la lectura de esta tu bitácora personal, se me pegaban las pestañas al monitor. ¡jajaja!

Sabes también que soy una ávida lectora, te consta..., y que me habré leído unos cien (100) blogs, aunque enteritos como el tuyo, puede que sólo dos o tres, y que dentro del inmenso océano de blogs el tuyo siempre destacaba, estaba y está entre los buenos, entre los mejores y de mejor calidad, a mí, al menos así me lo parece, y hablo por mí misma y no por boca de algún editor. Por tanto, como eres consciente de que soy una ávida lectora, todo esto que te digo no lo digo por decir ni menos es baladí, lo digo muy sincera y sentidamente. Lo digo a ALMA ABIERTA, como decía las cosas, también, en mi blog.

Me gustaría pedirte una favorcito, a título casi, casi personal, por favor, si has de dar por zanjado “MORIRÍA por ELLA” que NO lo cierres. Mántelo abierto para quienes queramos te podamos seguir leyendo, como he hecho yo con el mío. A raíz de este post, a buen seguro, tendrás un alauvión de lectoras y algún lector que otro que te imploren que no te vayas, que no cierres, etc., hazles caso, haznos caso, por favor te lo pido.
Y a mí déjame que en momentos duros (que sé que volverán a mi vida, me guste o no) vuelva a “Diablesa” o a cuando hablabas de tus proyectos del oro azul en África y en el mundo (el mundo con necesidades hídricas a su haber), o tus mensajes embotellados a la luna, o cuando tu abuelito te llevaba de paseo por la Rambla y sabías que en sus bolsillos albergaba caramelillos de eucalipto pegados al papel blanco que los envolvía, o cuando te fuiste a pegar carteles por tu barrio, o cuando una chica se convirtió en mariposa, o cuando hablabas bien de los canes, también de Pé y U, de todas esas entradas y más, no nos prives.

Gracias también, si, al final, decides dejarnos con tu dirección de correo electrónico, gracias por dejar abierta esa ventanita más íntima y personal, más privada que son los e-mails.

Que sepas que decidas lo que decidas, la abajo firmante, lo acepta de buen grado.

Puede que este comentario suene también a despedida, pero no lo es, simplemente me apetecía hablar en voz alta, a través del silencio de mis letras derramadas.

Recibe un muy fuerte y sentido abrazo, junto a un agradecimiento tan enorme como el Mar del Norte, de nuestro norte,

Ámber, una soñadora de La Vida, una luchadora de la misma...

Espera a la primavera, B... dijo...

Hola Amber:

Gracias por tus palabras y por tu presencia en este blog. Me halaga no te imaginas de qué forma, que te hayas leído mi blog y a pesar de ellos sigas teniendo buena opinión de mi forma de escribir. Es paradójico que alguien que cierra su blog le pida a otra persona que no lo cierre. Más si tenemos en cuenta lo bien que escribes y el buen número de comentarios y seguidores que tienes.

Las palabras sólo sirven para conmover, las historias para ir dejar de sucumbir a la rutina. Este blog no ha cumplido las expectativas y por eso, llega a su fin. Con la entrada 1000 lo más seguro es que se cierre, ya no tengo nada más qué contar, este blog no es más que una forma de recordar algo que hace tiempo que se terminó.

GRacias, repito, por tu comentario tan sentido.

Un abrazo muy fuerte

Toni