viernes, 10 de septiembre de 2010

Joan Osborne: One of us




Durante años esta melodía sonaba en mi móvil. Creo que llegué a aborrecerla. Hasta que apareciste tú y esta canción empezó a llenarme de esperanza de que al sonar tu voz estuviera al otro lado. Ahora mi teléfono tiene un tono convencional, feo, gris, estridente... y hoy he pensado que quizá lo puse para no tener que acordarme de ti, para no temer que me llames en cualquier momento. A veces, he de reconocerlo, tengo miedo de que suene y vea tu nombre en la pantalla. Porque temo a ese monstruo que llevas dentro y que se me llevó toda mi alma, la poca seguridad en mí mismo que me quedaba, mi vida, mis ganas de seguir viviendo, el sentido de lo que estaba haciendo.

He aprendido a temerte más que a odiarte. Odiarte no me sirve de nada, temerte en cambio me protege. Hace tiempo que no soy capaz de tocar ni que me toquen, hace días que creo que si alguien intenta tocarme algo más allá de un apretón de manos saldré corriendo para no matarlo a golpes.

Pierdo la luz, pierdo el sueño, pierdo las ganas, como si yo fuese dos manos unidas intentando formar un cuenco para contener agua. Tú ya no te acuerdas, yo ya no me acuerdo. Era un hombre alegre, soy un hombre con un gran sentido del humor. ¿Qué ha pasado? ¿Qué me ha pasado?

Hoy leía que de cada diez personas que se suicidan 8 son hombres. Era un dato que ya sabía, me lo dijo mi profesor de Análisis Transaccional hace más o menos un año. Hoy pierdo la perspectiva del tiempo.

No sé qué pasará, espero que pueda entender algún día los porqués de todo lo que pasó. Ahora mismo no me importa, estoy extremadamente triste. Y lo peor de todo es que tengo la sensación de que a esta tristeza no la voy a poder convencer tan fácilmente de que se vaya como tú me convencías a mí de que todo eran imaginaciones mías.

Supongo que ya os canso, pero es lo que hay. Podría decir que estoy empezando a superarlo pero no es así.

Son demasiadas cosas. Demasiadas. Durante demasiado tiempo. Demasiadas decepciones, demasiadas huidas.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Besos para el equipaje y una flor amarilla. Y si cuando vuelvas en enero, has cambiado de idea y necesitas más y mucho cariño, ya sabes donde estoy. Yo te quiero mucho aunque el momento no me haya acompañado.

Anónimo dijo...

Y si lo de la novela me sale bien, te haré llegar tu parte a la editorial bubela. Soy persona de palabra aunque las circunstancias me hayan dejado en entredicho.

Anónimo dijo...

Bueno a ver cómo lo hago ahora para vivir con un corazón hueco - esta era la segunda visión de la alquería

Espera a la primavera, B... dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Espera a la primavera, B... dijo...

No te he entendido, anónimo. Si quieres, puedes dejarme un mensaje en el correo, te contestaré.

Pero dime quién eres. No creo que merezca esa incógnita.

Kaoki dijo...

Poquito más que ofrecerte mi hombro y decirte (aunque yo no lo creí cuando me lo dijeron) que realmente todo pasa.

Muxu bat

Anónimo dijo...

Espera a...:

Ya sabes que puedes contar conmigo, y como muy bien dice Kaoki, la imito, por tanto, que sepas que también yo te ofrezco mi hombro, así ya tendrás dos hombros...

Por otra parte, ya no me atrevo a decirte mucho más, pues el duelo siempre acaba siendo único y unipersonal, amén de que con lo piltrafilla que estoy hecha últimamente dudo que pudiera orientarte mucho más y mejor. Todo y así, mi hombro queda ahí para cuando lo necesites.

Y respecto a "Anónimo", tal vez aquí me meta en camisa de once varas, pero yo simplemente le ignoraría. Lo único que parece pretender esta persona no es sólo confundirte, si no, hasta burlarse de ti. ¡Qué penita por él! Qué pena que tenga que recurrir a triquiñuelas tan infantiles e insensatas... Y claro ÉL (no es una "ella", éso es más que evidente), nunca va a dar la cara (de ahí que te comente como "Anónimo),lo que ratifica lo cobarde e irremediable que es ÉL. Tiempo al tiempo, él mismo se acaba colgando de su propia soga.

Besitos varios de sábado matutino,

Amber

Anónimo dijo...

Donde están las malditas salidas cuando estamos así? que ni se ven ni se sienten cerca ni nada de nada... Creo que un poquito te entiendo.
un beso