viernes, 8 de octubre de 2010

Cuatro años, cuatro meses, y diez días.


_ Hola toni _contesta nada más descolgar el teléfono. Me alegra saber que todavía me tiene en su agenda. Me alegra haberla llamado aunque sólo sea para saber que no me ha borrado de su memoria.

_ Hola O´... _ siempre la llamaba por su segundo apellido con un grito, ella se reía y a mí me gustaba oírla reír. _ Veo que aún me conservas en tu agenda.

_ Hace mucho tiempo que espero esta llamada. He de reconocer que casi había perdido la esperanza. Te he echado mucho de menos. Al principio no, quería crear una nueva vida desde cero y lo hice. No sé si es justo decírtelo ahora. Ha pasado mucho tiempo. Pensaba que me llamarías aunque fuera sólo para saber cómo me iba. Han pasado cuatro años_ me dice desde el otro lado de un océano de tiempo.

_ Creí que no querías saber nada de nadie. N y E tampoco han sabido nada de ti.

_ N y E no son tú. Cada uno está en su sitio. Tú deberías saberlo, y deberías saberlo porque nadie me conoce como tú_ noto como si estas últimas palabras sonaran a desilusión.

No sé qué decirle. Podría decirle que siempre necesitó tener amigas-enemigas, que hubiera bastado una llamada y todo se hubiera solucionado, que no es posible huír de todo y de todos.

_ Te conocía, I, te conocí más de lo que me hubiera gustado conocerte. La cagué, te hice daño a sabiendas de que te lo estaba haciendo. Eso es algo que no me perdono_ le digo.

_ ¿Lo dices por lo de aquella noche?_ siempre se refiere a su intento de suicidio como aquella noche _ Fue un problema de medicación. La que me dieron no era la adecuada, la retiraron del mercado unos meses después. Tú no tuviste nada que ver, toni, yo estaba mal y quería llamar la atención, quería que alguien me cogiera y me sacara en volandas de aquella tristeza. Y te involucré a ti, quería que estuvieras allí conmigo para siempre, que me cuidaras. Luego te odié, es cierto. Te odié porque odiaba todo mi pasado. Te odié porque no me querías lo suficiente.

_ ¿Cuánto era suficiente, I?

_ No sé, toni, suficiente como para quedarte.

_ Tú no quisiste que me quedara. Acuérdate. _ algo frío y pesado se me cuelga del pecho al decirlo.

_ Sí, tienes razón, y mi familia no quiso que me vieras, te echaron la culpa y tú creíste que lo era. No me preguntaste. ¿Sabes? Yo te quería mucho más de lo que creías. Tú nunca te diste cuenta porque te veías delante de alguien a quien considerabas mucho más que tú. En cambio no veías lo bien que congeniábamos, lo mucho que nos reíamos, que yo buscaba a alguien como tú, que no intentara comprarme con joyas o viajes, yo buscaba a alguien que me contagiara su risa, que me hiciera sentir a salvo, que quisiera entenderme y conocerme y no poseerme.

Me veo cuatro años atrás y la veo a ella... y la veo riéndose y pegándose a mí. Me incomodaba que fuera mucho más alta que yo, tiene razón: siempre pensé que ella estaba por encima de mí, que yo sólo iba a ser un juguete momentáneo, un amigo que debe recuperar su papel de amigo cuando llegara el hombre de su vida.

_ Yo... I, no sé que decirte. Tenía miedo de defraudarte, tenía tanto miedo de perderte que me fui yo antes de que eso ocurriera. Supongo que eso es lo que pasó.

_ Supongo que yo también tuve parte de culpa. Te contaba demasiadas cosas. No debí contarte lo que me dijo C, no debí decirte que me había preguntado qué hacía una mujer como yo con un hombre como tú. Te lo conté con la mejor intención, para que tú te sintieras orgulloso de estar conmigo pero te lo tomaste al revés.

_ Y me hice esa pregunta y no supe obtener una respuesta.

Ella se queda en silencio.

_ Ahora vivo con C desde hace dos años_ me dice.

Creí que nada me afectaría después de tanto tiempo pero eso que me acaba de decir me golpea en el estómago y noto que algo dentro de mí se dobla, pone una rodilla en el suelo, se tambalea y cae.

_ Él no te merece, ambos lo sabemos.

_ ¿Quién me merece, toni?

No puedo contestar a esa pregunta. Podría decirle que nadie en el mundo la merece, que nada ni nadie es suficiente para ella. Podría decirle que la quería tanto que sólo quería lo mejor para ella y yo sentía que no estaba entre ese lo mejor.

_ ¿Le quieres? _le pregunto arrisgándome a un golpe mortal.

_ Sí, le quiero. He aprendido a querer quererle cada día un poquito más. Me da algo que tú no te atreviste a darme. Puede que él no me quiera como a mí me gustaría que lo hiciera pero me quiere a su manera, aunque me exhiba delante de gente que no me importa, aunque muchos de los que él considera amigos me acosen y me digan que qué hago con alguien como él. Paradójico ¿no?

_ Me hubiera gustado que tú y yo hubiéramos podido ser, por lo menos, amigos._ le digo.

_ Tú y yo siempre seremos algo más que amigos, toni. Contigo he hecho cosas y he sentido cosas que sé que nunca se repetirán. Por eso me duele tanto que no te dieras cuenta, que desaparecieras.

Si alguna vez he tenido la sensación física de un "pudo haber sido" es esto que siento ahora.

_ Siento haber traicionado aquello. Me siento como un traidor, de veras. Tienes razón, era como si hubiésemos encontrado la parte que le faltaba al otro.

_ ¿Sabes? He imaginado esta conversación centenares de veces, miles de veces. Y en todas te echaba en cara tu cobardía. Y en parte lo he hecho. Lo que no me esperaba es sentir esta alegría de saber de ti. No te lo digo para torturarte. Lo digo porque creo que debes saberlo.

_ ¿Eso quiere decir que aún me quieres?

_ Eso quiere decir que aún te quiero y que tendrás que vivir sabiéndolo.

_ Menos mal que no lo decías para torturarme.

_ Mejor lo hablamos en otro momento, C está a punto de llegar. Creo que he oído la puerta del garaje.

_ Sí, mejor lo hablamos en otro momento.

_ El miércoles bajo a Barcelona.

Nos vence el silencio durante un instante.

_ En la puerta del Ateneu a las ocho_ dice en un susurro.


3 comentarios:

Gata dijo...

Esto, lo hace el tiempo...no otra cosa. Pero sabes? pienso q si la ves, todo volverá a ser como antes
¿deseas eso?
Un beso Toni y gracias por la conversación de ayer. Te aprecio mucho.

Anónimo dijo...

Segundas partes nunca fueron buenas, comprobado.
Saludos

hécuba dijo...

Me encanta la canción. La quería poner en mi blog, pero no encontraba el momento. Ahora la puedo escuchar desde el tuyo.