miércoles, 29 de abril de 2009

pasan los días


Releo la novela, la reescribo anontando lo que se me viene a la cabeza. Está ganando profundidad, está soltando el lastre y entonces me pregunto si no estará perdiendo, también, parte de aquel sentimiento visceral que me arrastró a empezarla. Surgen las dudas de si el parásito del desconsuelo sigue vivo o si el tiempo ha sido su peor enemigo. Todos los días pienso, en alguna ocasión, en ella; pero ahora soy capaz de abrir mi mente y mi corazón a otras personas. Antes no podía, siento haber querido querer y no haberlo conseguido, siento haber dejado escapar la oportunidad de conocer seres de luz que iluminaban mi negra noche. Siempre he intentado no sobrepasar el límite. Me he detenido antes de dar pie a la ilusión ajena aún en contra mi deseo. No siempre lo he tenido claro. No siempre he jugado limpio. ¿Me arrepiento? De algunas cosas sí. No creo a aquellos que dicen que no se arrepienten de nada creyendo que es lo mismo que decir que no se puede cambiar el pasado y que hay que amar ese pasado porque fuimos lo que fuimos y hará que seamos los que seremos.
Sigo mirando a los ojos con timidez y cierta inseguridad, sigo sintiéndome pequeño ante las cosas del corazón porque me viene grande que alguien quiera pasar la noche conmigo, yo que vivo en una especie de anarquía de sueños que se vuelven cuentos y viceversa. Soy Peter Pan negándome a crecer y aburriendo a Wendy y a Campanilla y sigo teniendo un miedo atroz a que me toquen (creo que he pasado años enteros sin que nadie me tocase algo que no fuera la mano).
Supongo que me cuesta admitir que necesito una dosis de vida.

2 comentarios:

Concha Barbero de Dompablo dijo...

He leído tu entrada e iba a comentar algo; luego he desistido; he cerrado el blog y he entrado al mío y, con la escasa luz del atardecer, he sentido un resplandor, un contraste tremendo: el fondo blanco, en el que una cortina de palabras permite percibir una intensa luz que brota desde los títulos de las entradas: ideas concretas, con intención de comunicar e intercambiar vivencias y sentimientos.

El fondo de tu blog, negro, calado en blanco por una prosa poética (para mí la quisiera..., claro) pero ensombrecida por miedos, soledades y arrepentimientos...

Y digo yo... ¿no podrías dejarte deslumbrar por tu propia luz (siendo del gremio :-) y pasar de las penas y los temores? La solución a todo lo que te preocupa está, precisamente, escondida tras ellos.

Y, ojo, entiéndeme con lo de la comparación (admiro cosas que no encuentro en mi forma de expresarme, por poner un ejemplo), pero veo claro que sólo tienes que creértelo un poco más, y listo...

Como dicen en mi pueblo, eso... "a mi corto juicio" :-)

Espera a la primavera, B... dijo...

Me encuentro en un mal momento de ánimo. Eso es todo. En cuanto a lo que valgo... no sé qué valgo. Si es por los resultados... nada valgo.