miércoles, 23 de julio de 2008

Robert a Lola



"- Vamonos.
- ¿Dónde?
- A la mierda, pero vamonos los dos.
- Vale."

A veces hay algo grande en pequeñas cosas. Este sencillo diálogo es algo más que lo que se puede leer. No puedo evitar pensar que quien lo escribió tenía muchas y muy buenas historias en su cabeza.

"- ¿Sabes? hay días que no puedo ni salir a la calle. Días en que me quedo todo el día en casa porque tengo miedo; un miedo irracional a la gente, a que me miren, a que juzguen en tan solo una mirada de dos segundos quién o qué soy. Me quedo en casa durante días hasta que pierdo el empleo. Y ¿sabes lo mejor de todo? Que no me importa.
- Sí te importa, si no, no me lo estarías contando.
- Me importas tú, imbécil, por eso te lo cuento. "

Hay algo grande en algunos diálogos. Hay algo que es mayor que la suma de todas las frases. Hay algo en lo que dice alguien que está tan perdido de puertas a fuera como lúcido de puertas hacia adentro. Vivir es una aventura que tiene que ver con levantarse todos los días y encontrar un motivo para salir de entre las sábanas.

Hoy estuve todo el día pensando en Alex y en su mirada primera sobre las cosas, en lo que tendrá que hacer para adaptar sus ideas de niño y comprender el mundo que le rodea. Y es que a veces, no me siento tan diferente a él (un poco más lúcido sí) y me cuesta adaptarme al mundo y a sus causas.

1 comentario:

Ana G. dijo...

Una amiga mía decía: "Coge el miedo y cómetelo". Siempre me evocó la imagen de Saturno devorando a sus hijos (casi diría que pensaba en el cuadro de Goya) y me gusta esa antropofagia con el miedo. Esa lucha de titanes. Y pienso:"Que se joda, me lo como".