sábado, 21 de junio de 2008

Nunca pretendas ser quien no eres

Me miraba de arriba a abajo con descaro para que me quedara claro que si había algún sentimiento que yo pudiera despertarle éste no sería otro que desprecio. Para rematar la inspección ocular sonrió de medio lado. Sabía que ese gesto era algo aprendido, que era una forma de poner una distancia rápida e insalvable: Despreciar al otro para no darle la oportunidad de que ese otro lo haga antes. Supe que aquello era el residuo de un miedo a no caer bien, era algo que que sólo se aprende en la adolescencia cuando eres demasiado diferente al resto. Y también supe que ese gesto, casi obsceno, de recorrer con la mirada a otro, era lo único que le daba la seguridad necesaria, que en ese ritual la tranquilizaba y le servía para creer que llevaba algo de ventaja con respecto al desconocido de turno. Tras esa fachada podría ocultarse cualquier cosa, hasta la más frágil de las almas. Reconozco que me sentí molesto y eso quería decir que aquella mujer ejecutaba aquel ritual con la precisión que le daba la práctica constante de muchos años. Me repuse y le sonreí mirándole a los ojos. Naturalmente, aquello la desconcertó porque no esperaba una respuesta así. Y ese instante de duda, ese milisegundo en el que su falsa seguridad trataba de reorganizarse, fue el que aproveché para tomar la iniciativa. Algo que, si era listo, ya no abandonaría.
"Tú debes de ser L.B." dije sin dejar de mirarle a los ojos. No dijo nada, trató de mantener algo de aquella representación con el que trataba de inspirarme la idea de que estaba ante alguien acostumbrado a no tener fisuras. "¿Y bien? ¿Se te ha comido la lengua el gato?" le dije para dejar claro quien mandaba. "El gato me ha comido el... " me dijo en un tono chulesco y sin acaba la frase. En seguida se dio cuenta de que había caído en la provocación, que yo conocía el juego igual que ella y que no tenía sentido seguir con él. "¿Por qué no empezamos de nuevo? le dije en un tono más conciliador. "Está bien, pero ahora no entres en la habitación de María, esta mañana he estado hablando un rato con ella y ahora duerme. Será mejor que la dejemos descansar".

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