miércoles, 27 de febrero de 2008

Life is a losing game

Tal vez, en un lugar que aún no conozco, exista la posibilidad de dejar de perder, de levantar cabeza de una vez por todas; de poder mirarme y sentir que soy alguien normal; dejar a un lado al bicho, no estar enganchado a ella, mirar a los demás con algo distinto al odio o a la indiferencia, un lugar como el parque al que llevaba a Cris cuando era un renacuajo, me cogía de la mano y me llamaba por mi nombre, un lugar en el que no exisistieran las apariencias ni los prejuicios. Debería haber un lugar en el que no fuera necesario esconderse. Debería haber un lugar en el que la muerte no fuera la felicidad.

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