domingo, 17 de mayo de 2020

Resulta que el fin, en realidad, era un principio



Supongo que nada ha cambiado en todos estos años.

Regresamos al mismo lugar en el que empezamos. Nunca en el que lo dejamos.

Todo tiene su lugar y su tiempo, un punto cuatridimensional que si nos perdemos ya no podremos recuperarlo nunca, porque aunque pudiéramos volver ya no sería la misma persona la que regresaría.

Fuimos una cadena infinita de átomos dando vueltas alrededor de algo que, aunque formaba parte de nosotros, no éramos capaces de comprender.

Reconozco que estos días he estado poco reflexivo. Vivir todo esto ha sido demasiado intenso. Algo dentro de mí decía "no pares" y no he parado.

Hasta hoy.

Hoy me he mirado en el espejo del tiempo, no sólo el físico, si no el otro, y esta vez me he reconocido.

No es una decisión. Algo dentro de mí sabe algo que yo no sé y me dice que en cuanto acabe de escribir estas palabras soltaré todo ese control que creía que tenía durante estos últimos años (nada más lejos de la realidad) y nada volverá a ser lo mismo.

Hace días que me repito que esto es el final de un ciclo y que cuando algo acaba empieza otro algo. Lo sé porque nunca antes había estado tan cerca de que las cosas funcionen de otra forma y aunque tengo miedo, me gusta el hombre que soy cuando siento esto que está por llegar.

Espero que sea apasionante.

Suelto.



Gracias, gracias, gracias

No hay comentarios: