viernes, 22 de mayo de 2020

El significado de las palabras que no se escuchan porque la distancia no existe, van a parar a una nebulosa que se encarga de darle forma a través del contexto...



No sé muy bien hacia dónde irá todo.

Dicen que llegará una crisis como nunca antes se ha visto. Y a mí me pilla en mal momento. Como siempre.

No sé qué pasará, pero creo que va a ser complicado.

Muy complicado.

¿Es posible que algo se desmorone tal y como dicen que lo va a hacer?

Y sobre todo: Que se vea venir y nadie pueda hacer nada.

No sabría decir hasta dónde ni hasta cuando. Me gustaría creer que se puede evitar lo inevitable. Pero ¿sabes? Tengo la misma sensación que poco antes de que supiera que no te iba a volver a ver nunca más.

Me hubiera gustado que supieras lo que veía en ti. A veces pienso que si supiéramos lo que piensan las personas que nos quieren, todo iría mejor. Nos veríamos de otra forma.

A mí me gustaba tu forma de ser, de narrar lo que te pasaba, fuera lo que fuera, lo que había en la superficie y lo que había más allá de ella aunque eso acabara por matarme.

Y saber de ti sin conocerte.

Y la primera vez que hablamos

Y la última vez que hablamos.

Y luego todo lo demás.

Creo que pocas veces he estado tan cerca de querer hacer bien las cosas.

Pero a veces hay que admitir que sólo somos un capítulo en la historia de otra persona.

Que de la misma forma que todos somos el amor de la vida de alguien al que no dimos la importancia que merecía, apenas seremos algo prescindible en la de por quien hubiéramos dado casi todo.

Que nuestra presencia sólo es un fugaz recuerdo de un día, porque por algún motivo que no es posible explicar nunca valoramos a las personas buenas y amables con nosotros. Sólo vemos el brillo detrás de una mirada o de una bonita sonrisa. Somos la última etapa de la evolución de una especie que hace miles de años se apartó de lo que merece la pena.

Creo que hubiéramos sido felices.

No antes, si no a partir de ahora.

Quizá encontremos la paz más allá de todo esto que viene, pero no creo que ese sea el espíritu de lo que nos ha tocado vivir.

En cualquier caso, y esto lo repetiré hasta el instante en que me muera, hubieras sido la acompañante perfecta en ese viaje por carretera hacia cualquier parte.

Y sé de lo que hablo.


7 comentarios:

Jo dijo...

</3 :(

g dijo...

Qué va a ser de ésto? Hacia qué desastre insondable nos precipitamos?
Saber que encajabas con quien ya no está cerca no se si ayuda demasiado en la incógnita. Pero al menos es una certeza, y de cosecha propia. Y eso, quieras que no, es una pista para no cometer los mismos errores.

Jo dijo...

el destino,
esa cosa extraña que crea y destruye:

dos que no se conocen,
dos que van en dirección
a encontrarse

velocidades distintas
que impactan, que crean

el encuentro no siempre es
la creación del destino

Espera a la primavera, B... dijo...

G, vamos hacia lo desconocido. Como lo hacíamos hace tan sólo unos meses. Ir hacia alguna parte es ir hacia lo infinitamente pequeño o hacia lo infinitamente grande.
Gracias por tu mensaje.

Espera a la primavera, B... dijo...

Tienes razón en lo de que un encuentro no es siempre la creación del destino. Supongo que el destino es lo que provocó el encuentro y viceversa.
Pero suponer eso es como decir que somos marionetas en un mundo sin demasiado libre albedrío.

Así es como surgen las historias que nos contamos a nosotros mismos.

¿Narramos hacia atrás o hacia adelante?

Gracias por pasarte.

hécuba dijo...

Ayer le decía a una amiga que yo nací para ser copiloto. Mirar por la ventanilla mientras la música suena. Carreteras infinitas. Y sin destino final.

Espera a la primavera, B... dijo...

Estoy tan convencido de ello...