jueves, 1 de septiembre de 2011

1000


Esta es la entrada 1000. Es 1 de septiembre. La Luna, la Tierra y el Sol están alineados (o lo estuvieron ayer). La entrada 1000 era una meta en la que no sabía qué pasaría. Pensé en cerrar el blog, también pensé en acabar con todo, antes de que todo acabara conmigo. En cualquier caso, ayer hice un relectura de lo que he ido escribiendo en el blog y pensé en las personas por quien he escrito casi todas las entradas. Rastreé en mi memoria y todo se volvió irreal, como si de repente, al poner un CD en un viejo tocadiscos, éste sonara.

Pensaba que la entrada mil sería la leche, pero no se me ocurre nada. Últimamente se me ocurren cosas mientras voy por la calle, en el coche; a veces cuando duermo sueño y recuerdo los sueños, pero la entrada mil es un hueco. He empezado a reescribir la novela, la voz de ahora es mucho más obscena, más fuerte, tiene más bicho. Curiosamente el personaje ya no odia a nadie. Intento que odie al menos a una persona pero no puede, es como si se hubiera rendido ante el mundo, como si ya no fuera con él, como si todo se hubiera acabado ya y sólo quedara la inercia. La inercia de los días, pasarlos como se pueda, con momentos de tensión y momentos para una tensa espera.

Este blog es la historia de un inicio de novela y la perplejidad ante el cambio radical y en pocos días de dos mujeres a las que quise. He intentado comprender y he elaborado infinidad de teorías. Creo que estoy cerca de entender sus porqués y también los míos. Pero como he dicho antes ya nada, o casi nada, importa, creo que uno es incapaz de odiar mientras se pregunta un porqué, uno debe siempre admitir que las cosas son como son, que el vivir conlleva un riesgo, que querer conlleva la posibilidad de que no nos quieran.

Ya no oigo el sonido de la vía láctea al girar sobre sí misma ni pensaré que suena como una rueda de molino, el silencio esta tarde es el sonido que producen las nubes mientras pasan y se deshacen contra la pared del cielo. Ya no pienso que odio a quien me enseñó a odiar, porque no es cierto. Porque casi nunca me enfado, pero me siento dolido.

Después de tres años sin hacer ninguna depuradora, después de tres años buscando trabajos como un perro hambriento que husmea entre la basura, después de tres años de frustraciones continuas, de estar a punto de que todo mejore y al final todo acaba mucho peor que antes, sigo con la costumbre de tener esperanza, de seguir creyendo que un día mi suerte cambiará, de que todos los esfuerzos no serán en vano, de que construiré una depuradora que será el principio de un resurgir, que acabaré la novela y alguien querrá leerla, de que un día se terminará esta soledad, esta pobreza, esta vergüenza. Podría hacer más, seguro, todos podríamos hacer más, todos podríamos mirarnos menos el ombligo, hacer lo que se quiere hacer y no lo que se supone que se debe hacer.

Esta entrada mil tenía que ser la hostia en verso. Las expectativas son casi lo peor, son la constatación de que a veces las cosas que nos pasan irán siempre por otros derroteros a los deseados.

La entrada mil iba a ser la leche, pero es una más entre todas, es una nube entre todas las nubes, la puerta semiabierta que no se sabe si se está abriendo o cerrando, me gustaría, sin embargo, que todas fueran como ésta, algo que quema sin abrasar, algo que se enfría en el quicio de la ventana como un pastel.

No sé si importa, quizá no, ahora Ulises persigue palomas por el tejado y Penélope duerme entre las cajas de materiales que quedan de la antigua empresa. Mientras construyo estas frases siento un desasosiego difícil de explicar, porque al acabar esta entrada ya no existirá la emoción de la entrada mil, se quedará atrás, será otra de esas cosas que uno espera que lleguen y que cuando llegan uno tiene la sensación de que no la ha aprovechado al máximo. Como cuando de pequeños esperábamos que llegara nuestro cumpleaños.

Pero debo terminar, parece que la vida debería ser algo sólido y palpable como estos momentos, debería quedarse impresa, pero no, es como querer hacer un mapa de las nubes. Vivimos entre la incertidumbre y la costumbre. Hace tiempo que me debato entre ellas. Este blog, como todos los demás, no es más que pensar en voz alta, dejar pasar el tiempo, no tomar la decisión adecuada, deshacerse en palabras que sólo son palabras. La vida es mucho más, quizá por eso lo de moriría por ella, porque probablemente, entiendo que la vida fue, es y será los momentos de intimidad, de camaradería que se comparten con otro ser humano.

Y es por eso que no entiendo ni los porqués ni los cómos, es por eso que seguiré preguntándomelo hasta que obtenga una respuesta aunque sepa que no existe.

10 comentarios:

Alex B dijo...

Entiendo muy bien eso que dices de que ya no te enfadas, que sólo te duele... ( es lo que pasa con las personas a las que se quiere)

änimo, a mi tu entrada 1000 me ha gustado.
Un beso.

Daltvila dijo...

Me alegra mucho que esta vez tu desaparición haya sido breve.
Creo que vas por el buen camino, recuperando tu optimismo y ahora no me vengas con una contestación negativa de esas que sabes tú:

¡Te lo prohibo!

Un abrazo, Don Misterioso

elena dijo...

Hola Toni.
Me alegra que hayas llegado a la entrada 1000 y así hayas conseguido tu meta.
Es como los 1000 sueños que te quedan por soñar, por las 1000 sensaciones que te quedan por vivir,por los muchos deseos que están por pedir.
La ESPERANZA es lo que no debes perder porque ella te llevará a realizarlos...
Estoy convencida.
A veces no hace falta saber los porqués ni obtener todas las respuestas...basta con centrarse en el ahora y luchar por lo que quieres...todo lo bueno vendrá...sólo hace falta creértelo.
Elena.

Anónimo dijo...

¡Qué guay, has vuelto!

¿Dices que es la entrada número 1000? Ejem...., pues debe de ser que o, según mi cuenta, te faltan 126 aún para llegar al número 1000, o las 874 entradas que, según, indican la suma de todas ellas (que los números no mienten, ¡jajajajaja!) y tu blog son inventadas... y lo que veo no es, realmente, lo que veo...

Puede que como soy Letrada de letras, ya sabes..., mis cálculos me fallen. :)

En conclusión, quiero pensar que por aquí te seguiremos viendo durante un laaaaargo rato y eso me encanta.

Buenos días de martes y bienvenido!

Espera a la primavera, B... dijo...

Alex, gracias por entrar después de tanto tiempo. El odio es algo que no se puede sostener en el tiempo, es como una pompa de jabón, cuanto más grande lo haces, más posibilidades tiene de que se rompa sin dejar rastro...

... no sé, qué cosas...

Espera a la primavera, B... dijo...

La verdad es que llevo unos cuantos meses (años) a merced de las emociones, aunque por fuera parezco muy sosegado, por dentro estoy en guerra constante. Imagino que incluso después de la guerra de los cien años, hubo algo de paz.

Gracias por aguantarme las tonterías.

Abrazo

Toni

Espera a la primavera, B... dijo...

Sí, Elena, la esperanza tiene algo de inercia, de rueda que gira, de lugar en el mundo (uno u otro), tiene mucho de infinito, la esperanza es lo último que se pierde.

Gracias por tu comentario.

Besos

toni

Espera a la primavera, B... dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Espera a la primavera, B... dijo...

Gracias por tus siempre delicados, divertidos y optimistas comentarios, Amber.

Tienes razón, si los cuentas son 874 posts, he contado los publicados y los que no he publicado. Porque todo lo que no se dice también cuenta, o por lo menos cuenta para mí que soy consciente de ellos.

Gracias por entrar

Un abrazo

Toni

Daltvila dijo...

Where are you?

Echo de menos tus tonterías, me he acostumbrado a ellas.

Me encanta la nueva foto de tu perfil. Ahora solo tienes que cambiar la de la página. A mí me encantaba la de los peces.