lunes, 2 de mayo de 2011

Una primavera...


Y se le deshacía el cuerpo, tras una pequeña explosión silenciosa, en una nube de mariposas azules que se alejaban las unas de las otras hasta que no quedaba ninguna; es decir, desaparecía delante de todos como si nunca hubiera existido. Y yo, luego, cuando salía a correr por el bosque y me cruzaba con alguna mariposa volando, o posada entre el enjambre de árboles y arbustos, me preguntaba si no sería parte de ella, si serían sus dedos queriendo tocarme o sus labios queriendo decir mi nombre, susurrándome la promesa de que un día se volverían a juntar todas de nuevo, viniendo desde todas partes a las que hubieran ido, y configurarían el mismo cuerpo de mujer que había sido.

Cuando la volvía a ver casualmente por la calle, me miraba y sonreía, se ponía el dedo delante de sus labios terrenos para que le guardara un secreto que, para qué negarlo, nunca trataría de explicar por miedo a que me encerraran en un psiquiátrico. Y su piel blanca, y sus ojos de gata, y su pelo negro y su voz de luna llena me erizaban la piel sólo con saber que, en algún lugar, existían de nuevo. Estuviera lo que estuviera haciendo, abosorto y ajeno al mundo, sentía cómo, de repente, ella aparecía. Levantaba la vista y ella estaba allí, a veces en la acera de enfrente, quieta, mirando a mi ventana, otras veces la notaba llegar hasta encontrármela frente a frente.

Nunca llegué a saber dónde vivía, nos limitábamos a mirarnos, sentarnos en algún banco, o en una cafetería del centro, hablábamos poco, nos íbamos a un lugar apartado, a la habitación de un hotel a repasarnos con los dedos las costuras, por donde a ella se le juntaban las alas de las mariposas de las que estaba hecha, por donde a mí se me cosían las palabras, en las que a veces me deshago hasta volverse viento.

Quizá por eso nos buscábamos. Quizá éramos eso: ella unas alas y yo el aire que las envuelve.

4 comentarios:

Las Espirales de Brígida dijo...

Precioso, la explosión silenciosa del principio, en las primeras palabras es simplemente mágica, al igual que las costuras de sus alas.
Feliz mayo, -aún primaveral-.

Anónimo dijo...

Ohhhhh, me haces soñar! ¡Gracias! Esta entrada me ha llegado al corazoncito.
¿Sabes? Dijo una vez un gran sabio y maestro de las grandes letras de oro:

"¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son."
-- Pedro Calderón de la Barca.

Un beso azul cían y con suaves y dulzones aromas de lirio de los valles,

Amber
P. D.: El post que ya tengo programado para mañana será..., será especial. Cualquiera de las dos o tres imágenes serán para ti, y para quien tb quiera hacerlas suyas. Es la simbiosis perfecta, ya verás por qué... Es un sueño, hecho realidad.
:)

Espera a la primavera, B... dijo...

Me gusta que te guste, S. No sé, a veces ocurren cosas mágicas por la ciudad, sólo hay que estar atento y dejar volar por ella mariposas azules que, al volver, te cuenten lo que han visto, lo que han sentido.

Besos

Toni

Espera a la primavera, B... dijo...

Gracias, Amber. Me gusta saber que sueñas, o que yo te provoco sueños, o que los besos son azul cían...

Ahora espero tu entrada con curiosidad.