sábado, 22 de enero de 2011

Directo


La niña yonqui se fundió como un cubito de hielo olvidado en el mármol de la cocina. Por la mañana sólo quedaba un charco derramado que sequé con una bayeta amarilla; luego fregué los platos, puse una lavadora, barrí la casa y rebusqué en los cajones para borrar un rastro que nunca dejó. Tiré su cepillo de dientes, abrí el bote de champú y olí el albaricoque antes de vaciarlo en el lavabo, enjuagar el bote y tirarlo al cubo de reciclado de los plásticos.

Porque cada vez me cuesta más, porque cada vez me cuesta menos, porque sigue habiendo cosas que no se van con el hilo dental y se quedan ahí, entre las costillas, como un tomate que enmohece en la nevera. Como un limón que se seca hasta convertirse en una piedra.

Me llama y no le cojo el teléfono. No desde la conversación del otro día. No, porque estoy cansado de ser el otro y porque siempre acabo de la misma forma. Ayer dos personas distintas me dijero que siempre me pasa lo mismo.

Y tienen razón.

11 comentarios:

Elpaísdelasmaravillas dijo...

Es demasiado difícil borrar los recuerdos que se han clavado en nosotros.
Aunque "tirar" todo lo que nos recuerda a esa persona hace más llevadera la cosa, no es la solución, ojalá fuera así..ojalá pudieramos olvidar sólo con enviar a la basura fotografías, cepillos de dientes, y botes de champú...

Ánimo!

TWEETY dijo...

Ya encontrarás tu rota o tu descosida, tiempo al tiempo no apresures date tiempo para lamer y curar tus heridas y solo despues de haberlas curado estaras listo para poder volver a intentarlo...todo llegará...ánimo!

Anónimo dijo...

Como no podemos gobernar el mundo y menos pretender que todo está en nuestras manos, sugiero olvides esa creencia, porque no se puede hacer cualquier cosa.

Acabarás asumiendo que no puedes ver dos amaneceres en un mismo día, ni dar la vuelta al mundo en 24 horas. Tampoco podrás con tus palabras cambiar el mundo, y menos modificar las leyes, ni el pensamiento de fulanito de tal y menganita de cual.
No lograrás borrar las huellas que dejaste grabadas a través del tiempo. Ni resucitarás del fuego lo que ya es ceniza. No puedes volverte invisible, ni retroceder en el tiempo. Tampoco puedes resucitar muertos.
No puedes acabar con el hambre ni la sed del mundo, y menos acabar con las guerras, ni exterminar prejuicios, ni escribir con tinta china sobre la nieve y esperar que ésta jamás se derrita...

No obstante, ¿sabes que es lo que puedes hacer? Puedes equivocarte en un mismo día como ser humano que eres. Y puedes hacerlo hasta varias veces. Eso es ser realista.

Y la realidad es que, a veces sólo nos equivocamos por miedo a equivocarnos. Irónico, como casi todo en esta vida.

Abrazos virtualmente reales,

Amber 

Espera a la primavera, B... dijo...

No ha llegado ni siquiera a recuerdo, ha llegado a... jodida mocosa, casi me la juegas. No duele, no escuece, no nada porque tampoco hubo nada.

Espera a la primavera, B... dijo...

Tweety, siempre habrá un parche o un kit de costura para tanto roto o descosido. El tiempo es mercromina, las distancias cicatrizan.

Todo acaba por volver a su cauce y hasta detrás del más pavoroso incendio acaba por crecer primero el sotobosque y más tarde los propios árboles.

Gracias por los ánimos, los guardaré para cuando esté preparado. Siempre adelante.

Espera a la primavera, B... dijo...

Tienes razón, Amber, cuando dices que la vida es irónica y que nos equivocamos por el miedo a equivocarnos y es que ante la duda siempre es mejor actuar como sentimos de que debemos hacerlo.

Por otro lado es cierto eso de que no podemos abarcar lo inabarcable por nosotros mismos pero sí poner nuestro granito de arena a la gran montaña, porque puede que no podamos acabar con las guerras, el hambre o la sed del mundo pero sí podemos aliviar a un desplazado, a una sola persona que necesite nuestro consuelo o nuestra ayuda.

En todos los rincones del mundo hay oportunidades para cambiar el mundo. Cambiémoslo.

¿Por qué no?

Un fuerte abrazo, muy my fuerte.

TWEETY dijo...

Gracias por pasarte por mi blog ;)

Anónimo dijo...

Porque si quieres cambiar el mundo y ayudar, primero ayúdate a ti y cambia tú, y tu granito de arena, entonces, será efectivo de verdad.

Detesto a los coach y al coaching, a toda ésa hipocresía de querer "ayudar", pero al mismo tiempo con las inseguridades del ser humano se forran de €s; huyo de los libros de autoayuda y demás charlatanería, que , en verdad, sólo son libros de automasturbación y "YO-MI-ME-CONMIGO" y prefiero, con creces, aquello de "obras son amores..."

Lo siento, pero últimamente no estoy para soportar buenas intenciones, pues bien sabemos que "el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones" . Y menos estoy para que se me dore la píldora o, en el peor de los casos, que se me tenga compasión.

Espera a la primavera, B... dijo...

Tweety, un placer

Espera a la primavera, B... dijo...

Siempre he preferido la solidaridad a la compasión, Amber. A veces es difícil discernir entre ambas, nadie es del todo perfecto.

Gracias por tus comentarios siempre sinceros.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.