sábado, 7 de enero de 2012

Forjaremos lunas en la fragua de los sueños



Penélope reclama su ración de caricias y se me hace difícil escribir seguido. Después de tantos años huyendo de las manos de la gente (principalmente la mía), de tomar como un triunfo que la rozara una minúscula fracción de su pelo, hoy me busca, se pone boca arriba para que juegue con ella y ronronea (que es el sonreír de los gatos). Supongo que el pasar más tiempo en casa ha influido en ello, el que Ulises se haya ido haciendo viejo y gruñón también, que la tristeza de estos últimos años me haya hecho más quieto le ha ido dando confianza para acercarse...

Me pregunto si no será que hay personas con alma de gato huidizo, que poco a poco se deban ir abriendo a base de tiempo y circunstancias, que con un gesto más enérgico de lo habitual se retroceda meses en ese proceso... me pregunto si no será que tenemos la costumbre de creer que todo debe ser como nosotros queremos que sea, si las costumbres nos definen casi tanto como el carácter, si no será que yo también soy un gato...

... entonces veo a Ulises, que sólo hace falta mirarlo un segundo para que se levante y quiera subirse a las rodillas, que le pide caricias a todo el mundo que entra por la puerta, que juega con todos, que intenta meterse en la cama conmigo, que sale a recibirme en cuanto oye la puerta del ascensor abrirse... y pienso que no hizo falta nada, que él ya es así.

A veces pienso que di por supuesto que era abierta y resultó que era huidiza, que soy un mal lector de almas; pero luego pienso que uno no tiene la culpa de no saber hacer bien las cosas si el otro no quiere, no puede o no sabe tender la mano, que casi todo tiene un límite y la paciencia forma parte de ese todo. Puede que no sea un buen domador de gatos (he tardado siete años en conquistar a Penélope) y por ende, un mal susurrador de almas, pero me siento con Penélope y ella se acerca y entonces pienso que "toda mecha arde si se le aplica la chispa adecuada" y que a veces es cuestión de suerte y disponer del tiempo necesario, que querer es intentarlo, que se tumben boca arriba para que les acaricies la barriga y ronronear ya es cuestión de suerte.

Los Reyes Magos me trajeron un Super-Humor de Mortadelo y Filemón y otro de Zipi y Zape. Es el regalo que más ilusión me ha hecho en tantos años...

(Don Pantuflo, Doña Jaimita, hasta Peloto Pelotez... y el Superintendente y el profesor Bacterio... joder, qué pasada)

¿Hola, Penélope! Qué quieres? Perdonad, tengo un asunto entre manos.

1 comentario:

Fiebre dijo...

"toda mecha arde si se le aplica la chispa adecuada"

Odio esta frase, te juro que me resulta cansina y aborrecible.

Mi niño, no tiene nada que ver contigo. Sólo que es "la frase estandarte" de alguien que al final ni entendía de chispas, ni de mechas, ni de ná...

Y me da mucha tristeza la estulticia ajena, aunque no sea capaz de odiar, ni siquiera de sentir el mal dirigido a alguien.

Me parece que al final voy a ser tan egocéntrica como el de la frasecita.
Me da pereza perder el tiempo con otros..