jueves, 8 de diciembre de 2011

Moriría por ella


No me acuerdo ya de ella, las manos son incapaces de recordar la textura de su piel, el calor de su cuerpo bajo las sábanas. No puedo recordar lo básico, como si un virus hubiera borrado del disco duro de mi vida la base de datos de su esencia, de aquello que era inmediato, una persona es para nosotros aquello que se puede palpar cuando se alarga la mano, aunque ésta se detenga antes de tocarla. Ella era eso que se interpone entre el fondo y la mirada, el objeto opaco que no deja pasar la luz y proyecta una sombra en lo que nos queda de vida, algo así como un eclipse cuya radiación no te deja del todo ciego pero te llena de manchas las imágenes de lo que vas a ver a partir de entonces.

Con ella se fue la musa, con su adiós se perdió el sonido nítido que hacía la vía láctea al girar sobre sí misma, entre un murmullo de sonidos que no se pueden identificar porque tampoco importa nada quién o qué los produce. Se fue la musa porque era de carne y huesos, y empiezo a pensar que las musas tienen algo de vampiros porque pueden vivir entre tinieblas cientos de años pero no soportan un gramo de luz sobre su cuerpo, ya casi no me acuerdo de ella, si cierro los ojos no veo más que un océano de manchas de colores en las que me ahogo aliviado de poder vivir sin ella, de haber muerto por ella.Alguien me dijo esta tarde que las musas son fantasmas que no soportan la exposición a las fotografías. "De carne y huesos todos tenemos defectos". Pero eso yo ya lo sabía, siempre lo he sabido, siempre lo he aceptado. No sé en qué serie de televisión o quizá en alguna película alguien decía a un antiguo amor que ella era así, caótica, egoísta, malvada y que no la merecía. Entonces él le dice "No creas que soy un ingenuo. Yo sabía cómo eras pero te quería". Entones supe que él era el asesino y supe también que no le sirvió de nada matar por ella porque ella no lo esperaría a pesar de que le dijo que lo haría. Aquella escena valió más que todo el episodio junto.

Siempre alguien pierde y no sólo pierde cuando es ingenuo, pierde cuando quiere demostrar que no lo es. Hay una clase de personas para los que la vida es una paradoja de pérdida sí o sí. No se sabe muy bien el porqué, pero es así.Me gustaría decir que se me ha curado la vista del todo, que vuelvo a ver mejor que antes de mirar cara a cara la sombra que proyectaba la luna durante el eclipse, pero creo que este tipo de lesiones son de por vida. Y no es que lo piense, es que lo noto. Lo noto cuando hablo con alguien después de muchas horas de no hablar con nadie, cuando entro en una tienda y debo pedir algo que no sé que es, cuando quiero ver a alguien y no quiero verlo porque las expectativas que se generan son más fuertes que las ganas de sentirlo cerca, miedo a convertirse en alguien que es consciente de que en cualquier momento puede ser, para otro, ese sol y ese eclipse que abrasa esa materia invisible de la que, en realidad, estamos hechos.Miedo porque las cosas cotidianas hace tiempo que dejaron de estar a nuestro alcance. Miedo a tener que dar explicaciones de algo de lo que sí somos potenciales culpables. Ya no recuerdo qué vi en ella que hizo que confiara, que no tuviera miedo de mirarle a los ojos y quisiera alargar la mano y tocar eso que no se puede tocar sin permiso.

No recuerdo si no supe nada más cruzar la primera frase con ella que me perdería en el laberinto de su ilógica lógica.Sólo sé que yo era otro hombre entonces. Mejor que ahora. Un hombre capaz de dormir por las noches, de creer en que, en algún lugar, estaba el destino esperándolo, fiero y desafiante pero noble. Creo que desde entonces tengo miedo del miedo del otro.

2 comentarios:

Emy dijo...

no se como di con tu blog, fue de forma casual, pero siempre te leo, me gusta leerte, ojalá yo tuviese la capacidad para escribir y sacar todo lo que llevo dentro, tampoco me agrada mi vida, muy distinta a la tuya pero cuando te leo comparto muchas sensaciones con las que tu describes asi que no dejes de escribir porque estoy segura de que mucha gente como yo te lee , es como compartir emociones, sentimientos, solo que con alguien a quien no conoces, en el fondo creo que eso es lo mejor de todo... besos.

Espera a la primavera, B... dijo...

Gracias por escribir a un desconocido. Gracias por que esas palabras llegaron en un momento difícil y me hicieron darme cuenta de algunas cosas...

Gracias por leer y por comentar.

Besos