jueves, 26 de mayo de 2011

Toda la luz atrapada en una habitación a oscuras


Imagino que el tiempo no es el gran enemigo, imagino que el tiempo sólo es la excusa, sólo es el cómplice mudo del crimen.

El tiempo es lo imposible, "si pudiera volver atrás...", cuando uno se desorienta. El futuro es la trampa, " me queda tanto tiempo por delante...", el futuro es la eternidad en las manos, la posibilidad de que mañana todo cambie, la velocidad rápida o lenta, el futuro es la zanahoria irremediable con la que convivimos sin poder nunca alcanzarla. Es el mal necesario y también la esperanza.

El tiempo que tú y yo compartimos fue una mezcla de todo, los ingredientes separados ante la revuelta de la batidora eléctrica, yo creía en tu futuro pero era sólo otra forma de engaño. Uno sólo se engaña a sí mismo, uno sólo es capaz de creerse sus propios sueños.

Nos equivocamos, como la luz cuando atraviesa las rendijas de una persiana y queda atrapada entre los haces de polvo en una habitación a oscuras. Nos equivocamos los dos, por motivos distintos, y con distintos finales para una misma historia.

Ahora que ya no me queda nada, que el futuro de aquellos días es mi presente, ahora que convertí las palabras en una sola palabra, que se van agrietando las comisuras de los labios, que saben amargas las distancias y los silencios, me pregunto qué hubiera sido de nosotros y no me atrevo a contestarme por si acierto.

Ahora que sé que tú a mí no me echas de menos y sigue dolíendome después de tanto tiempo, que la voz en off que relata en tiempo real mis sentimientos se ha transformado en un susurro inconsecuente y deshabitado como una casa llena de fantasmas, ahora que he logrado no saber nada de ti pero sigo preguntándome cómo estarás y no quiero saberlo, ahora que mi vida es un desierto y un espejismo de agua hace que arrastre los pies por la arena, ahora siento la extraña sensación de que aquí me quedo.

A veces vivo y a veces temo vivir. No es fácil decidir, no es fácil ir hacia adelante sin ti, la intuición me dice que no eres feliz pero que lo eres mucho más que si estuvieras a mi lado.

Y cada día la soledad va más allá de mis confines.

Cada día deserto después de la batalla y me alisto a las pocas horas en otro ejército aún más sanguinario. Sé que si por casualidad leyeras esto, lo harías literalmente, cuando todo lo que quiero decir se esconde entre las líneas. Pero sé que no me lees y me tranquiliza (si es que tranquilizarse tiene algo que ver con golpear la almohada que por las noches te nombra).

Y sé que ya nada importa, que todo se lo lleva el tiempo. A veces siento que el tiempo es como luchar siempre contra un viento que a veces se hace demasiado intenso.

Lo acabo de decir, ya nada importa.