jueves, 10 de febrero de 2011

A veces, el porqué de las cosas huecas, es la posibilidad de contener, algún día, algo.


Entonces me dí cuenta de que la lista de blogs que seguías era interminable, que yo sólo era uno más entre tantos otros. Uno más, enterrado hasta el cuello, dejado de la mano de un dios, perdido en la incertidumbre de las corrientes de aire. Me di cuenta de que yo era la gota esa de la que habla el océano, y entonces ví que había expuesto todo aquello que soy como en esos puestos de fruta que ponen su mercancía en la calle.

"El valor de las joyas lo dan las medidas de seguridad que se emplean para que nadie se las lleve. Pón anillos y collares de oro y diamantes en un puesto ambulante en la calle, ahí amontonados, y todo el mundo pensará que son baratijas" me decías. Y tenías razón.

Luego me fui. Uno siempre tiene la necesidad de dejar atrás a los malos amigos, a las mujeres egoístas, a los jefes malvados... me fui y no supe a dónde ir. Quise cerrar el blog pero no supe, se me dan mal los escaparates vacíos pero peor llevo las paredes de obra vista. Así que me deslicé durante unos años por palabras que en nada se parecían a lo que quería. Principalmente porque no sabía lo que quería. Ahora todo es distinto, ahora sé lo que quiero pero no sé el cómo.

Ahora es igual de distinto. Ahora la tristeza es una opción, no el hilo conductor de mis días. También me doy cuenta de las cosas que hice y el porqué. Por eso digo que me fui a pesar de que técnicamente fueras tú quien hiciera las maletas y pusieras el mar de por medio.

Y todas estas cartas que te escribo sin escribirte. Tú nunca entendiste que yo no le escribía cartas a otras mujeres. Yo sólo le escribí cartas a una sola, una que vive en mi melancolía y uno debe entender que nadie es dueño de lo que siente, uno no puede decidir si estar alegre o temeroso porque otro se lo diga. Debe llegar a esa conclusión por sí mismo, no es como cuando le dices a un niño que se coma el pescado y las espinacas. No.

Así que este blog, excepto en contadas ocasiones, nunca habló de una mujer en concreto. El Ella del Moriría es una sola y cualquiera. Y eso no significa que en mi vida REAL haya podido querer a una mujer real y haber compartido todo lo que una pareja real comparte.

Pero ¿qué le voy a hacer si necesito escribir? ¿qué le voy a hacer si mis autores favoritos me sumergieron en el ácido de los conflictos humanos? ¿No es la palabra el instrumento con la que nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos? ¿No son las historias lo que ha fascinado a la humanidad desde su orígen, desde el primer día que se sentó alrededor de una hoguera y alguien dijo "no os creeréis lo que me ha pasado"?

No creas nada de lo que escibo. Y sin embargo créete todo lo que sientas cuando lo leas.

Nunca he escrito para fascinarte.

Yo sólo pretendo que te emociones conmigo.




Señales de humo hechas de palabras, palabras que se pierden con el viento.

14 comentarios:

TWEETY dijo...

todo muy bien mientras no te tortures muackssssss

Tonta dijo...

Qué mas dá a quién escribas? Si existe o no...
Lo importante es que llegas.
Así que tu pretensión, conmigo es una realidad.
Un saludo!!

ana dijo...

Realmente...consigues emocionarme.

Anónimo dijo...

Los blogs cumplen varias funciones, supongo.

Para ti es un ejercicio estilístico y de escritura frecuente, es una plataforma para practicar tus escritos de ficción y los de no-tan-ficción, para poner tus vídeos y preferencias musicales y darlas a conocer a aquella o aquel que te lea, etc. Tu blog, igual que el mío, y que muchos otros (de calidad) es un matiz de sentimientos, de incertidumbres, de pensamientos, de acontecimientos, de personajes inventados y/o no...

Para mí mi blog cumple una muy simple función..., la de la ESCRITOTERAPIA y gracias a BLOGGER puedo decir que no me he muerto en el intento de vivir cada día, en este difícil, pero maravilloso oficio que VIVIR y SENTIR significan, pero, sobre todo, vivir de manera plena, consciente y virtuosa.

Mi blog no es ficción, ya lo sabes, es tan real, que si no fuera así creo que no podría escribir. Escribo, luego existo, y necesito escribir sobre mi realidad y DESDE mi realidad.

Ya te lo dije en su día, ya lo dije tb en mi blog (en su día), la REALIDAD supera -- con creces-- a la ficción (según M. Twain), de ahí que siempre obtenga un filón para escribir. De ahí que para mí escribir ficción supone un bloqueo.

Biquiños lleos de vida e sentimento,

Amber

Mía dijo...

Y lo consigues...
Un abrazo cálido.
Ciao.
;-P

Espera a la primavera, B... dijo...

Prefiero torturarme a que me torturen, aunque claro, mejor ni lo uno ni lo otro.

Espera a la primavera, B... dijo...

Me alegra saber que te llega, que cuando me emociono tú te emociones un rato más tarde...

creo que hemos vivido experiencias parecidas no hace mucho.

De mi blog, coge lo que creas te pueda servir.

Espera a la primavera, B... dijo...

Äna, la emoción es algo que se nos despierta porque lo tenemos ahí dentro, todo está dentro de nosotros. Como la música está dentro del instrumento.

Espera a la primavera, B... dijo...

Amber, a veces creo que este blog me ha traído mala suerte, que desde que lo abrí no han dejado de pasarme cosas malas, me ha aislado, con lo social que yo era, o me convertí en un asocial y empecé a escribir el blog.

No sé. La escritoterapia debe ser lo mismo que la vitamina literaria. Espero que tarde o temprano nos lleve allí donde queremos.

Por cierto ¿dónde quieres llegar tú?

Espera a la primavera, B... dijo...

Heidi, aunque no lo creas, al menos, uno de los últimos posts, me lo ha inspirado tu blog.

Mía dijo...

Benditas sean las palabras entonces. Las que se escriben y dan un segundo a la reflexión que más tarde engendrarán las tuyas...
Gracias por las visita.
Siéntete en casa. Cuando así lo quieras y lo decidas.
Un abrazo.
Ciao.
;-P

Tonta dijo...

Gracias por tu ofrecimiento y tu generosidad.
Estoy aprovechando todo :)

hécuba dijo...

Yo siempre he dicho (por lo menos me lo he dicho a mí misma) que mi blog es sobre todo un ejercicio literario en el que muchas cosas no son lo que parecen. Sé que tú lo entiendes, que tú sabes que si yo digo que he desayunado tostadas con mantequilla, puede que en realidad no lo haya hecho, puede que tan solo sea una forma de buscar un efecto, de decir algo que quiero decir. A veces hablo de mí y otras hablo en primera persona sobre cosas que me inspiran otras cosas. Por eso, quizá, nunca me he planteado si lo que escribes aquí es real o no. A veces me gusta pensar que escribes para mí, aunque no sea cierto y sobre todo me gusta leerte porque me haces sentir algo dentro.

Un beso, Bandini.

Espera a la primavera, B... dijo...

Ya es agua pasada... pero nunca sabrás cuánto escribí para ti.