Constantemente vivir es una mezcla, de miedo, expectación, ternura, sensaciones, encuentros, fuerzas, sonrisas... Y, después de cualquier hallazgo fortuito en el bosque de los sueños, queda la señal de la añoranza de ese extraño mundo vivido.
Ahora en serio, imagino que sólo podemos añorar porque somos capaces de imaginar. Al evocar reinventamos el suceso, justificamos el porqué ocurrió y borramos lo que nos provoca malestar. Quizá por eso el pasado es soportable, quizá por eso los sueños tengan siempre que ver con la esperanza.
Podemos también optar por evocar, coger lo que nos provoca malestar y hacer alquimia con todo ello. Pero sí, reinventamos siempre, y no sólo el pasado, la realidad no existe en sí, la (re)inventamos a cada instante.
Por cierto, no era ocelote, aunque también esté en peligro de extinción como muchos sueños !!!
3 comentarios:
Constantemente vivir es una mezcla, de miedo, expectación, ternura, sensaciones, encuentros, fuerzas, sonrisas... Y, después de cualquier hallazgo fortuito en el bosque de los sueños, queda la señal de la añoranza de ese extraño mundo vivido.
Si es una adivinanza... el ocelote!
Ahora en serio, imagino que sólo podemos añorar porque somos capaces de imaginar. Al evocar reinventamos el suceso, justificamos el porqué ocurrió y borramos lo que nos provoca malestar. Quizá por eso el pasado es soportable, quizá por eso los sueños tengan siempre que ver con la esperanza.
Podemos también optar por evocar, coger lo que nos provoca malestar y hacer alquimia con todo ello. Pero sí, reinventamos siempre, y no sólo el pasado, la realidad no existe en sí, la (re)inventamos a cada instante.
Por cierto, no era ocelote, aunque también esté en peligro de extinción como muchos sueños !!!
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