domingo, 11 de abril de 2010

¿Sueñan los robots con que caen al vacío?

"Viniste al mundo desnudo, así que cualquier cosa que tengas ya es ganancia". Y yo pienso en algo que alguien me dijo hace muchos años y que, con la perspectiva de los años, va cobrando cada vez más sentido, al dinero fácil sin esfuerzo no le damos el mismo valor que el que nos ha costado mucho ganarlo.

Estos últimos tiempos en los que no tengo margen para gastos supérfluos, (mis únicos caprichos se reducen a una botella de sidra del Eroski y a bajar a Barcelona algunos fines de semana) me han hecho ver las cosas desde otro punto de vista, no sé si más humano. No puedo considerarme pobre, me considero excesivamente endeudado eso sí. Hoy valoro más los gestos, las caricias, el tiempo, pero sin perder de vista con el rabillo del ojo que he de salir de esta situación con esfuerzo. Sí, valoro el esfuerzo, el que nadie ve, el que me saca del pozo profundo los días en los que me desespero y me hace salir adelante, el que me hace perseverar cuando alguien no cree en mí. Me doy sin esperar nada a cambio, incluso a sabiendas que perderé, probablemente debería ser más egoísta.

Dicen que hay dos clases de personas. Los que cuando eres pequeño y otro niño se hace daño va a ver qué le ha pasado y si le puede ayudar y los que le piden que salga del campo para que no moleste a los que juegan. Supongo que se es como se es con la gente que te importa.

La experiencia me dice que el tiempo pasará y los recuerdos se harán borrosos pero eso me da igual, sé que no me traiciono porque no te traiciono. No me importa si algún día lo olvidas, si algún día me olvidas. Querer es estar independientemente de si te va bien o mal, es saber que no hay explicaciones, ni excusas...

"Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia..."

Al final, la gran paradoja es que al final sí estuve...


No hay comentarios: