lunes, 12 de abril de 2010

La bitácora y el gnomo



Hace años conocí a un argentino ya entrado en años que pronunciaba "ñomo" al decir gnomo. Ignoro (como tantas otras cosas) si su pronunciación era la correcta y la mía (aprendida de una serie de dibujos animados) era errónea. El caso es que Esther y yo nos echábamos unas risas a costa de sus historias de los "ñomos" que habitaban los alrededores del Bolsón (si es que también se escribe así).

Reconozco que hoy he empezado por el título y me he quedado pensando un buen rato qué podía escribir con eso. Lo del gnomo estaba claro, pero no lo de la bitácora. Sé lo que es un cuaderno de bitácora pero no estoy seguro qué nombra la palabra desnuda, arrojada a una isla desierta sin cuaderno que lo complemente. Lo busco en google y lo encuentro. Resulta que blog es una de las traducciones de bitácora en inglés. Me quedo perplejo.

Debido a mi estatura yo puedo ser el ñomo y este blog su bitácora. Asunto resuelto. A dormir. Si navegamos por la red, es normal que esto sea una bitácora.

Esta bitácora empezó una noche de enero, eso ya lo he contado. El blog que quise copiar era el de Mireia. Siempre la admiré y creo que siempre lo haré. Acaba de cerrar su bitácora, espero que sea por un buen motivo. Hace meses que no sé nada de ella pero no digo nada. Siempre respeto los silencios de los demás, quizá porque yo también los tenga y eso confunde a los demás. Los silencios siempre me parecieron paréntesis, oasis de tiempo, el instante que precede al romper la ola en la orilla. Algunos silencios se hacen eternos y otros lo son. Imagino que el pensar que este de Mireia lo es me entristece.

Hace tiempo que esta bitácora perdió su sentido de ser. Escribo y escribo sin un sentido, sin una finalidad; vivir me abstrae pero no puedo dejar de entrar y mancharme las manos una y otra vez. Desde hace más o menos un año lo primero que hago al entrar es clicar el enlace de Hécuba. Leerla me atrae y me inquieta, siempre he temido el día en el que deje de escribir en él por cualquier motivo. Me he acostumbrado a sus palabras, supongo, a tratar de descifrar qué quieren decir. A veces, cuando omite nombres, me pregunto si seré yo quien la decepciona, si ha conocido por casualidad, algún secreto mío.

Podría decir que me siento triste, que la primavera no trae lo que yo esperaba, que Bandini vuelve a ser el spaghetti al que todo le sale mal. A veces, los nombres dotan a las personas que los adoptan con las cualidades del personaje que inspiran. Así, la mala suerte de Bandini, me define a mí: toni.

Es tarde, me voy a dormir. No he dicho nada, como casi siempre, muchas palabras para no decir nada. Para no llegar a ninguna parte... en un cuaderno de bitácora que no contiene las anotaciones de ningún viaje.

7 comentarios:

hécuba dijo...

La vida es un viaje en sí, toni. Y quizá el pc se haya convertido en la bitácora de los barcos. Yo tampoco sé para qué escribo, ni por qué escribo, quizá lo haga para que tú lo primero que hagas sea leer mis palabras, quizá para darme cuenta de que soy real, quizá para perdurar en forma de letras, quizá porque sí.
Me gusta que me leas, de alguna manera me anima a no desaparecer.

Marnie J. dijo...

lo primero que hago cuando enciendo el ordenador, es mirar el correo y luego entro en su blog, ya sabe: dejo lo bueno para el final, como aquel trozo de pizza con más salsa de tomate que de pequeña me guardaba para el final... una vez un amigo me dijo que las personas que se dejan lo bueno para el final no saben disfrutar de la vida... a veces me asusta ver hasta que punto tenía razón... y esas malas costumbres se van arraigando en una... usted sabe disfrutar de la vida: lo primero que hace es entrar en el blog de hécuba porque sus palabras son lo que más le gusta...
he estado pensado en lo de vernos... ala! ya lo he dicho, si sigue dispuesto a asumir ese riesgo le seguiré informando sobre mis deliberaciones...
la ladrona de los pequeños disfrutes...

Rizar el rizo dijo...

"el instante que precede al romper la ola en la orilla", sé a qué instante te refieres, muy bonito por cierto. Yo también leo a Hécuba y es verdad que sus palabras entrañan misterio. Por otra parte no tengas miedo de no saber qué escribir en el blog dado un futuro, todo lo que empieza acaba irremediablemente y una retirada a tiempo es una gran victoria

Espera a la primavera, B... dijo...

Hécuba, ¿qué decir? Tus palabras me acompañan, tus reflexiones (a veces) resuenan en algún vacío que tengo dentro.

Espera a la primavera, B... dijo...

Señorita Marnie: Delibere cuanto usted quiera, ya sabe que respeto sus silencios, sus dudas, sus demonios que no lo son tanto, sus días tan iguales y tan distintos. Ya sabe lo que pienso respecto a sus hurtos, respecto a su misterio, respecto a Lola.

Esperaré noticias suyas.

Espera a la primavera, B... dijo...

Rizzo, tienes razón: Todo lo que empieza acaba irremediablemente, pero yo no soy de los que ven la retirada a tiempo. Yo soy de los que suelen perder por insistencia. La gran victoria suele ser la gran mentira.

Fiebre dijo...

Tú y yo somos como agua y aceite...pero en algo coincidimos.

De lo primero que hago cuando cojo el ordenador (últimamente poco) y desde hace mucho, mucho tiempo, es leer a Hécuba y ´bajar´ a la tierra.
Aunque a veces no sepa ni qué decirle porque ella está a otro nivel intelectual y humano. Para mí en un escalón superior.

Pero me produce una sensación envolvente que ni siquiera sabría definir.