lunes, 15 de diciembre de 2008

Hoy


La una. No puedo dormir. Llevo varios días perdido entre las gotas de lluvia y me deslizo como ellas por los desagües o acabo por ser charco sobre el asfalto. Supongo que perderse es el primer paso para acabar encontrándose. No sé.
La una, no puedo dormir y ha dejado de llover. Tengo frío en los pies pero eso es normal, la calefacción dejó de funcionar hace ya tres horas. Podría ponerme calcetines pero pienso que ponerme calcetines a la una de la mañana es derrochar un par de calcetines. Así que pasaré frío. No es una buena elección, lo sé. Lo mejor sería no pasar frío, lo mejor sería vivir (sentir) el presente pero a veces tengo la sensación de que un prqueño sacrificio evita algo (sin saber qué es ese algo) mañana. Siempre he tenido esa sensación y la he aplicado a a los más simples detalles. Por ejemplo esto de los calcetines.
Quería escribir algo de la novela pero hoy no estoy dentro de mi cuerpo. Hoy (como ya he dicho) estoy en otra parte, como suspendido en el aire, como una nube un día de poco viento, hoy no soy yo del todo. Me falta algo. Algo sencillo y esencial al mismo tiempo. He mirado debajo de la cama por si se me había caído, en un descuido, cualquier cosa que sea mía. He ido a la cocina y he mirado en la nevera por que soy un poco despistado (una vez puse el despertador en el cajón de la fruta y mi psicoanalista me dijo que probablemente quisiera congelar el tiempo, detenerlo). El tío se quedó tan ancho, yo, desde ese día no puedo dejar de sonreír cuando cojo una pieza de fruta o saco las naranjas para hacerme el zumo del desayuno. Luego he entrado en google y he puesto "por favor, que alguien me diga qué estoy buscando" pero no he encontrado nada interesante, sólo la constatación de que hay mucha gente que busca y no encuentra. No sé. Creo que voy a volver a la cama. No creo que encuentre nada pero por lo menos dejaré de buscar.

1 comentario:

hécuba dijo...

Puede que ese sea el problema: buscar.