martes, 11 de noviembre de 2008

Vídeo: Ismael Serrano - Sin tí a mi lado.



Siento volverla a colgar, pero es que esta canción me acompaña desde hace unos días. Cómo se hace de largo el día cuando tienes que atravesarlo solo, cuando llegas a casa y echas de menos esperar o que te esperen, cuando se nota una gran ausencia, como si el piso vacío fuera un reflejo de lo que tiene, a veces, uno dentro. Que nadie se alarme, la soledad es, en realidad, una gran amiga que planea contigo salir a buscar otra soledad con la compartir el mundo.
Me encanta esta canción porque aunque es triste, evoca algo vivido, algo tan fuerte, tan intenso que sabes que lo vas a echar de menos para siempre. Algo que querrás reproducir de una forma u otra allá donde vayas, como un emigrante lo hace con la esencia de la tierra a la que pertenece y la lleva prendida en el corazón y en el recuerdo.
Y supongo que pasa que, a veces, es difícil empezar de nuevo porque nunca lo hacemos con la inocencia de la vez anterior.

Vivimos entre la esperanza y el miedo. Entre la esperanza de volver a vivir y a sentir con esa intensidad y el miedo a no volverlo a encontrar jamás, o a perderlo si lo hallamos. Vivimos entre la esperanza y el fracaso.

Y sé que en su pensamiento yo soy un extranjero, una bruma de horas pasadas y sentimientos confusos. Me verá y me dará dos besos y, mientras, mis manos desnudas irán soñanando con su piel debajo de la ropa. Me mirará a los ojos y sonreirá como sólo ella lo sabe hacer y entonces yo estaré perdido, me volveré un niño que vive entre la esperanza y el miedo de qué pasará después del beso. Y sé que tendré miedo de la misma forma que sé que por las mañanas me levanta de la cama esa esperanza.

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