domingo, 2 de marzo de 2008

En tu cuerpo

No sé de qué hablarían mis manos si te hubieran conocido pero si sé que se envidiarían mutuamente y que, encerradas en mis bolsillos, les aquejaría una pena manca y muda y tratarían de embarcarse mar adentro sin poder hacerlo, atadas como están a estos brazos míos que sueñan con otros brazos y otros cuerpos. Si te hubieran conocido mis manos te habría conocido yo, quién sabe si mi pecho, quién sabe si mi boca. Nos hubiéramos mirado a los ojos y nos hubiéramos reído (es tan difícil tomarme en serio) y hubiéramos ido al cine o pasear por las calles del barrio viejo, hubiéramos corrido a refugiarnos de una lluvia (de esas en las que abunda agosto), mi mano, la derecha para ser exactos, habría anhelado tu cintura y se habría hecho de noche y olería a tierra húmeda o a piedra fresca. Si mi manos te hubieran conocido hubiera buscado un portal donde besarte y en el que mis manos encontraran una razón para existir y para envidiarse.

No hay comentarios: