jueves, 3 de marzo de 2011

Afortubadamente


Ayer lo comprendí todo. Todo eso de los rayos de luna, la necesidad biológica de las lágrimas, el porqué de las marismas, la vocación contra mi Vocación siempre enfrentadas.

Ayer me rendí a la evidencia de los peces en la red, de las verdades que se callan, el porqué ni tú ni yo nos damos por vencidos bajo la lluvia, hasta dónde o hasta cuándo he querido sin querer.

Ayer me dí cuenta de que sólo tengo un dios al que respeto; y lo defiendo, y me vuelvo integrista, acepto todos sus preceptos. Mi único dios es la ternura.

Me persiguen por ello, uno debe ocultar su fe por miedo a que lo tilden de blando. A un hombre se le puede perdonar cualquier cosa excepto que viva enfrentado al mundo, que prefiera el hogar a la locura de las cifras. Pero como toda religión, es aplicable a toda tu vida.

Ternura es ver crecer a los hijos como crece el trigo en los campos, es hablar con alguien que está a miles de kilómetros sin mirarle a los ojos pero sí lo que dice su corazón, es recorre las carreteras en busca de un sueño, levantarse y preparar un desayuno para uno y mirar por la ventana y ver salir la rutina por el resquicio que deja la calle abarrotada de ladrillos. Un hombre puede trabajar tan duro para llegar a casa vencido por el cansancio y ser feliz porque en algún lugar alguien se beneficia también de su trabajo, es querer sin ser correspondido y serlo; y dejar de serlo.

Me dolía cuando me hacías entender que debía ser más como tú, más de madera y aluminio, pero te gustaba que te llamara tres veces al día, te gustaba cuando te dormías encima de mí, cuando recorría carreteras sólo para verte. Yo sigo mi religión y tú la tuya. Pero mi dios es el verdadero. Lo sé, me lo dice al oído cuando releo lo que escribo. No puedo (no quiero) estar equivocado.

Lo sé en el olor del café de esta mañana, viendo el partido anoche con mi sobrino, dejando mis últimos diez euros en la cartera para hacer algo esta tarde sin ti.

Y me da igual lo duro que querías que fuera con los demás. Me obligaste a ser duro y eso es algo que nunca te perdonaré, entre tu espada y mi pared tuve que irme, convertirme en emigrante de ti, me condenaste a no ver crecer a nuestros hijos como crece el trigo en los campos, a no volver la vista atrás, a dejar que vayas diciendo esas cosas de mí, a borrar las huellas, a no dejar migas de pan para que un día pudiera volver, a ser un hombre que se afila contra las piedras de la noche.

Y hoy hasta esta maldita lluvia es mejor que mi vida anterior, hasta esta huida hacia adelante es mejor que todo lo que no hubo entre nosotros. Hoy he comprendido que odiarte es incompatible con lo que soy.

Por eso hoy desapareces.

Esta lluvia se te lleva hacia el mar. Y yo me voy a hacer mi vida.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bueno es comprenderlo todo, así sin más, como has hecho! Pero mejor incluso es desprenderse DEFINITIVAMENTE (¡eso espero!) del lastre ése que tanto te estaba consumiendo.

Brutalmente honesta esta entrada, espero que ella no la llegue a leer..., es demoledora, pero si lo hiciera, entonces, recibirá la misma medicina que a ti te dio... 

Genial frase esa de la ternura, es simplemente SUBLIME, especialmente cuando dices que   "Ternura es (...) hablar con alguien que está a miles de kilómetros sin mirarle a los ojos pero sí lo que dice su corazón (...)", a lo que yo te añado, y lo que dice su corazón es más sincero que una mirada directa y fija a los ojos...

¡Me alegra tanto leer esto! ¡¡¡¡Bravo, bravo, bravo y plas, plas, plas!!!! A standing ovation for you! CONGRATS!

:)

Mía dijo...

Ya estabas tardando...
No hay amarres con barcos que permitan subir a pasajeros con cargas estúpidas...
Camina toda la primavera sin echar la vista atrás. Olvida el duro invierno...
Busca pedacitos de ti en las palabras, y guárdalas en bolsillos rotos...
Un abrazo.
Me gustó mucho el post.
Ciao.
;-P

Espera a la primavera, B... dijo...

Hola Amber.

Ella no leerá este post. Dejó de entrar hace algunos meses. Le pedí que dejara de hacerlo.
Por otro lado, no le deseo ningún mal.

En cuanto a la ternura, está en muchas cosas de las que hacemos, por no decir que cabe en casi todas. Reconozco que eso me hace incompatible con gran parte de la gente, al mismo tiempo me hace estar muy cerca de mucha gente. Ser empático a veces no es lo mejor.

En cuanto a los aplausos... soy tímido, ya lo sabes.

Un beso

Toni

Espera a la primavera, B... dijo...

A veces las cosas llegan tarde, me hubiera gustado poder desamarrar el barco antes de que este se hundiera.

Ahora todo es más fácil, el tiempo y la distancia son el olvido más fácil. Me molesta que para mí, el tiempo, empezara a correr muchos meses más tarde.

Las Espirales de Brígida dijo...

Una vez me dijeron "lástima que estamos en destiempo"...
y yo quise hacerlo un mismo tiempo...
después comprendí que no se puede acompasar nada cuando uno de los dos no quiere.
es una pena que ella haya "dejado" de entrar a leerte.
Es un privilegio para el resto.
Tus palabras son tan puras, como el agua.
Pero...así la expías...
Por ahí leí en un post hace un año que estaba por ser tu cumpleaños por primavera, y en tu perfil dice que eres piscis. felicidades seguramente retrasadas.
Beso
S.