sábado, 8 de mayo de 2010

La oportunidad




Quizá cambie mi suerte. Quizá, después de todo, exista la gran oportunidad, puede que esté ahí ese tren que sale de la estación y pueda cogerlo aún en marcha. Corro con todas mis fuerzas y me olvido a Carver en un banco de la estación. Dudo un instante, si volver a por el libro o perder la posibilidad de que el tren me lleve lejos (o a otra estación). Esa décima de segundo de duda disminuye mis posibilidades. "Siempre tendrás a Carver dentro" me digo "has esperado este tren durante mucho tiempo".

Corro veloz como el viento, tanto que sobrepaso el vagón de cola. Me agarro al asidero y pongo un pie en el primer escalón. Miro atrás, a la estación. Carver me dice adiós con la mano. Me grita algo que yo no entiendo pero que sé que siginifica que nos volveremos a encontrar en otra estación.

Entro en el vagón. El tren va cogiendo velocidad. Me siento en un compartimento solitario. El traqueteo del tren me tranquiliza. Todo viaje es una aventura. "Toda historia escrita es un viaje hacia algún lugar" me digo, "Sería bueno que empezara con un buen planteamiento" pienso, "creo que debo empezar a pensar en el nudo y en el desenlace, en lo que quiero".

Es importante saber dónde se quiere llegar.

4 comentarios:

Gata dijo...

Buen viaje ;)
muack

Rizar el rizo dijo...

Me has hecho recordar una frase de una canción que dice: "Quién va por el mundo a tientas lleva los rumbos perdidos"

Lo mejor es saber a dónde se va

Olga Taravilla dijo...

No olvides el mapa, empieza a cartografiar los lugares donde quieres ir, pero también los lugares por los que vas pasando. Así nacerá el nuevo camino y seguro que además así, recordarás, por si algún día quieres regresar, el camino de vuelta.

Javier Muñiz dijo...

hola, bello blogg, gracias por compartirlo, te encontré en un blogg común, si te gusta la poesía te invito al mio,será un placer, es,

http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
muchas gracias, buena tarde, besos