martes, 29 de marzo de 2011

Así son la cosas


Antes de ni tan siquiera saber que seríamos algo más que amantes tuve la intuición de que acabaría ahogándome en aquellas dos lagunas que eran sus ojos. Lo supe casi con certeza, ya lo sabía incluso antes de que cruzáramos tan sólo una palabra. Fue una locura, yo estaba tan seguro de mí mismo como el domador que ante una fiera olvida sus cicatrices. No hay nada peor que olvidar la debilidad propia y obviar que el otro lleva una bestia dentro.

Ella sabía que yo era un vagabundo, yo sabía que ella era una dama. Creímos que éramos dos dibujos animados comiendo un spaguetti de beso y fuegos artificiales, creímos que al dinero no puede vencerlo nadie. Corrimos desnudos por el parque, es decir, sin collar que nos vistiese. Luego cada uno se fue a su casa, es decir, ella se fue y yo me quedé al raso.

Volví a ser el perro roñoso que era, ahogado en sus ojos o en el recuerdo de éstos. Uno es siempre lo que es, alguien cansado de estar cansado, harto de estar harto, desesperanzado de tanta esperanza.

Pero lo supe desde el primer instante, moriría en el estanque de su mirada, y aún así quise intentarlo. Nadie echa en falta a un perro callejero, no me importa, también tiene que haber perros sin dueña.

Y sí, a veces envidio las correas y los vestidos ridículos de lana, y los quince minutos diarios de la vuelta a la manzana para hacer las necesidades sin dignidad de perro. A veces me pregunto si no seré esclavo de mi libertad y ya no podría vivir por y para ella. A veces incluso lo pienso mientras atravieso una autopista de noche o cuando olisqueo entre la basura, mientras me escondo de la lluvia o de otros perros, y eso me distrae de mis instintos.

No debería pensar en esas cosas.

Pero las pienso.

12 comentarios:

Hoba W. dijo...

Un día sé que soplarás, toni, y se irán por el sumidero del pasado el peso inútil de todos los recuerdos que ya no compensan y que hoy siguen encadenándote a una percepción de tí totalmente irreal. Dejarás de justificar por defecto y te saldrán alas por entre las ganas de saltar hacia adelante (y no sé, pero igual cuando planees y veas tu sombra reflejada en el suelo comprendas realmente la magnitud de todo lo que eres).

Y todo esto me ha quedado medio papal, pero tú me entiendes..

Mía dijo...

Me encantó la foto. Iba a soltar algo así como un ohhhhh, yo quiero...
No atinas a hacer tuya la primavera?
No puedes desprenderte del lastre?
Qué ocurre muchacho?
Y si en vez de morir por nadie emezamos a vivir para nosotros mismos?
Un abrazo.
Cuídate.
Me gustó el texto. Mucho.
Ciao.
;-P

Anónimo dijo...

Los dos primeros párrafos son GENIALES, podrían perfectamente ser el inicio de una novela. Una de esas del estilo de Javier Marías.

Me fascina, como muy bien has logrado en este texto, tu manera de plasmar ciertas confidencias íntimas, unas confesiones sin máscara, algunos recuerdos susurrados a Alma Abierta, varias frases a cara descubierta, muchos contundentes fragmentos de interior.

La imagen que usas de "La Dama y el Vagamundo" es, sencillamente, perfecta y encantadora... De una bonita película de dibujos animados.

Te felicito por esta entrada y por abrirte así con la ayuda de tus palabras, en el silencio de las mismas...

Un beso (y disculpa por el rollo que te he metido).

Las Espirales de Brígida dijo...

Siempre pensamos lo que no queremos pensar...
Qué bien escribes Toni, un beso
S.

Espera a la primavera, B... dijo...

Sí te entiendo, Hoba... pero no lo veo. Es algo difícil de explicar... a veces me siento como un niño en un mundo de adultos.

Espera a la primavera, B... dijo...

Heidi, hace días que quiero cambiar el título del blog y la foto y el nick... pero es como si perdiera mi identidad...

No sé. Hace mucho tiempo que no moriría por ella, pero profundizando en esa imagen me siento cómodo y escribo cosas que me gusta escribir. No porque las viva yo, sino porque las vive otro en primera persona.

No lo niego, a veces me gusta ser ese personaje y a veces, también lo confieso, lo soy.

Tampoco es que tenga demasiada suerte...

Espera a la primavera, B... dijo...

Amber, me alegra que te guste, de veras.

A veces me da la sensación que entro en trance, que cuando me visto del personaje de moriría por ella me convierto en un personaje de Paul Auster o de Raymond Carver. Pero sólo es un intento por escribir algo para que alguien, en algún lugar, sienta algo parecido a emocionarse.

Creo que en eso somos bastante parecidos.

Espera a la primavera, B... dijo...

Es mejor que ser lo que no queremos ser.

Aunque siempre se puede cambiar...

Anónimo dijo...

Pues que sepas, que a mí también me has conmovido, mucho.

El puto vello como escarpias, ahora mismo tengo.
...Y siento envidia, de la mala malísima.

¿Será cierto que si practico el canibalismo contigo me apropiaré de tu alma y tu verbo?; porque si es así : ¡CORRE!.



Un gruñido de otro "Vagamundo con Dama".

Espera a la primavera, B... dijo...

Si practicas el canibalismo conmigo me colaré en tu mente y me pasaré cantando las 24 horas sin parar canciones de El Puma.
El infierno te parecería el paraíso en comparación.

Suerte con tu Dama.

Anónimo dijo...

JAJAJA [me parto el culo] : Eres genial.

Molto grachie (o como se escriba) por hacerme, a carcajadas, reir.



Un fuerte saludo.





PD : Lo de El Puma, me parece una cabrona, IM PRESIONANTE. Así que, paso de degustarte; me has acojonao.

flower dijo...

... pues consigues tu objetivo, porque a mí me emocionas.

Beso,