lunes, 30 de agosto de 2010

vídeo: James Morrison - Broken strings

A veces confundimos el cariño con la debilidad, la atención con la obsesión, la bondad con la estupidez



A veces confundimos la fuerza de los sueños con los sueños de los niños, la verdad con lo que nos mantiene vivos, las cadenas que nos unen con las que nos atan.

Y no son lo mismo.

Si por cuasualidad encuentras a alguien que te quiere de verdad, si tú lo has querido y ya no, pregúntate si no habrás confundido estas cosas.

8 comentarios:

Genética Inexacta dijo...

Sí, las confundí... las confundímos. Pero el tiempo pasa y ahora todo queda demasiado lejos para poder recuperarse, pero demasiado cerca como para poder olvidarlo.

Un abrazo de lunes.
Se te quiere en este este al sur.

Anónimo dijo...

¡Cuánta sabiduría en tus palabras!

En mi caso las confundí, pero él tb, me temo, las confundió. Y creo que aún me quiere, si bien su orgullo no le dejará que lo reconozca y dentro suyo lo llevará consigo siempre.

Saludos,

Amber

Anónimo dijo...

Puede...y será lo más probable...pero..."El tiempo pone a cada uno en su lugar"

Saludos...

Anónimo dijo...

Acabo de aceptar que he sido adicta al amor. Y de repente, me encuentro con tu blog, y es la otra bofetada que me pone la cabeza en su sitio.

Sobre el título de tu blog...¿vivirías por ella, o vivirías por tí?

Saludos y suerte

Espera a la primavera, B... dijo...

Niña del Este ¿Qué podría decir que tú ya no supieras? Las distancias del corazón no pueden medirse ni nunca acaban en olvido.

Espera a la primavera, B... dijo...

Es imposible no quererte, Amber. Deberá cargar siempre con la duda de qué hubiera sido de su vida a tu lado.

Espera a la primavera, B... dijo...

El tiempo nunca pone nada en su sitio. Es una esperanza que ayuda a superar el hecho de que a los que hicieron daño no les pasará lo mismo.
No existe la justicia del tiempo.

Espera a la primavera, B... dijo...

Moriría por ella. Y lo que más me jode es que volvería a poner el mismo título.

Ella no lo entenderá nunca. Y probablemente yo tampoco.