lunes, 28 de diciembre de 2009

Gracias por el fuego


Me dice que casi me quiere. También me dice que las palabras se las lleva el viento y me deja en un no se qué que no me lleva a ningún otro lugar. Me quedo quieto, ahogándome en sus insondables ojos oceánicos. Me quedo ahí, oyendo a los gatos jugar a que la caja de la aspiradora es una casa y tratando de encontrar un hilo que hilvane de una vez por todas todos los sueños de los que está compuesta mi vida. Sí, mi vida está contruída como esas colchas hechas de decenas de pedazos de tejidos distintos. Mi vida, lo que soy, está hecha de de contrastes y deseos, de ilógica razón, de sueños que se perpetúan para que no los derrote la realidad.

Mi vida juega a ser eterna, un culebrón venezolano que seguirá mientras siga la audiencia sobre un índice predeterminado y que tiene vocación de final feliz a pesar de que nada indique eso mismo. Alguna vez se me termina el guión e invento otro personaje que le dé vida, un pasado truculento, un hijo secreto... No, definitivamente, mi vida no es un culebrón venezolano. Es otra cosa, otra cosa de deseos que no se cumplen, una carta a los reyes magos que espera al año siguiente con fe inquebrantable a pesar del fracaso del año anterior.

Y en medio estoy yo. Esta tarde, volviendo de Zaragoza me he preguntado qué quería ser de mayor y si había estado estudiando para ello. La respuesta a la segunda pregunta ha sido un "sí" flojito, un sí inseguro puesto que no tengo ni tendré el título. Soy ingeniero químico porque un título lo dice pero no tengo alma de ingeniero a pesar presentarme al mundo diciendo que lo soy. Si no sé lo que soy, sí debería saber qué quiero ser.

No sé si existen preguntas que responder ni si existen respuestas que buscan preguntas en las que encajar, pero hoy me ha vencido la certeza de que tanta incertidumbre no es un buen camino, que debo tomar una determinación ya mismo antes de que los acontecimientos la tomen por mí.

Hoy ha aparecido la pregunta del qué y la seguía la del para qué. Y sinceramente, creo que esta vez sí, esta vez, voy a buscar el cómo y el en cuánto tiempo. Teniendo en cuenta que no soy eterno, debo empezar a poner plazos, quiero dar un primer paso sabiendo dónde y cuándo voy a dar el último.

Gracias por las preguntas.




1 comentario:

Concha Barbero de Dompablo dijo...

En la introducción del libro que sacaré en breve digo esto:

"Cada persona debe llegar a saber qué es lo que le seduce, pero también lo que puede llevar a cabo y si es el momento adecuado para ponerlo en práctica. Claro que una cosa suele ser el resultado de la otra: "Quien sabe qué hacer, también sabe cuándo", dijo Arquímedes.

¿Pa'qué voy a decirte más? ;-)

Un abrazote