martes, 14 de julio de 2009

Viejas fotografías


A veces siento ganas de salir corriendo hacia ninguna parte. Antes me sucedía más a menudo, cuando salía de trabajar, tenía la necesidad de andar rápido. Ahora, que trabajo en casa, no puedo hacerlo y salir del trabajo es como llegar a casa y viceversa. Sí, es cierto, a veces salgo, paso el día fuera, pero ahora no me sale buscar ese tiempo a destiempo, no, ya no soy el que era antes. ¿Qué soy? Ni siquiera voy a intentar responder a eso. Me da igual lo que soy.

Este fin de semana voy a un curso. Se trata de un curso de permisos. ¿Qué es un curso de permisos? Es una especie de psicodrama en el que te das y te dan el permiso de hacer algo hacia lo que tienes una resistencia sin saber muy bien el porqué. Por ejemplo, E. hace tres años llegó pidiendo un novio porque sus relaciones eran difíciles. Ahora debe estar a punto de dar a luz. Es realmente mágico. Yo he ido varias veces pero como no sé lo que quiero siempre acabo por pedir lo primero que se me pasa por la cabeza. Recuerdo que hace años pedí enamorarme... pero se me olvidó añadir que fuese correspondido. Eso sí, la frase tiene que ser muy clara porque se cumple aquello que estaba escrito. Un año fuimos a Rio de Janeiro a hacer el curso de permisos y dos personas pidieron el permiso de separarse. Dos años después ambos estaban separados de sus parejas, aunque allí no se dijo nunca eso. Se dijo, "separarme de mis padres", "separarme de mis emociones negativas" pero escribieron separarse. Se escribe lo que realmente se quiere y eso es trascendente.

No sé. Es curioso eso de darse permisos. Es como si toda nuestra cultura, nuestra familia nos dijera "no hagas eso", "no hagas aquello" como si fuéramos un niño de dos años. Con el tiempo esas prohibiciones resultan absurdas porque están fuera de contexto. Tu familia puede haber heredado una prohibición por algo ocurrido en un pasado de hace muchos años. Si los tiempos actuales son muy distintos a los años treinta imagínate lo desfasada que puede estar una creencia. Se trabaja con el árbol genealógico. Es muy vivencial.

Esta noche he recibido un correo muy especial. Hace unos días decidimos dejarnos de ver por el bien de los dos con alguien con quien llevaba viéndome casi todos los días desde hace ocho años. Se estaban torciendo las cosas y quizá lo mejor era eso. No me gusta hacer daño, no suelo ser de esos, ¿qué podía hacer? Había pensado muchos días en llamarla, tenía la necesidad de llamarla para saber cómo estaba pero sabía que no podía hacerlo tan pronto. Sé que ella lo comprende y también sé que la comprensión no mitiga el dolor. Seguirá siendo especial para mí, la echo de menos.

Creo que es en la página de Loida que leo algo así como "Todos somos el amor de la vida de otro" y cuando veo esa frase escrita pienso que en realidad, formamos parte de una reacción en cadena en la que en el desorden es difícil encontrar la calma para reconocer al otro y que esto de los blog es como una parada en el tiempo, una especie de oasis. Leo algunos buenísmos y otros en los que habitan almas de increíble fuerza y belleza. A veces me pregunto cómo me imaginarán quienes no me conocen a través de lo que escribo, no he colgado mi foto (que yo recuerde) aunque hay un truco por el que se me puede ver (es una foto de hace dos años y creo que he cambiado un poco). También me pregunto qué pensarán de mí quienes me conocen y no saben qué escribo, qué pasa por mi cabeza.

Ahora, que voy a dar un salto mortal hacia delante en mi vida, creo que merece la pena hacer balance y en ese balance M. estará siempre en el lugar de las cosas buenas. Presiento que nos volveremos a ver muy pronto.

Se me están cerrando los ojos, son más de las dos. Por fin dormiré. Y creo que me dormiré con una sonrisa, por varios motivos, todos ellos azules.

8 comentarios:

Silencios dijo...

Felices Sueños , ..... Primavera, B.

Yo deje de pedir deseos hace ya tanto tiempo que ni me acuerdo del ultimo, para que recordarlo, mejor lo dejo donde le enterré en quizás mi memoria nada selectiva.


Un beso

Concha Barbero de Dompablo dijo...

Tengo un porrón de trabajo, pero me parece tan interesante tu entrada que lo he apartado todo con la mano (mira... están todos los papeles en el suelo; el del clip hace equilibrio enganchándose en la gaveta) y me he concedido el permiso de pasar un buen rato.

¡Qué carcajada me has hecho soltar con esto:

“Yo he ido varias veces pero como no sé lo que quiero siempre acabo por pedir lo primero que se me pasa por la cabeza”.

Por si te sirve de algo, cada año me permito que vengan las cosas que quiero (yo sí lo sé; no entiendo cómo no se puede saber qué se quiere :-)(http://silencioactivo.blogspot.com/2009/01/mi-contrato-para-el-2009.html)

... y los renuevo a diario. No todos cada día, claro, porque sería como rezar una letanía de esas de “ora pro novis”.

¡Ah! Y no se te olvide que de nada sirve que pidas si estás más enfocado sólo a lo que te falta (sentimiento de escasez, en lugar de prosperidad).

“También me pregunto qué pensarán de mí quienes me conocen y no saben qué escribo, qué pasa por mi cabeza”.

¡Qué bueno! Esas cosas las pienso mucho. Ayer entablé conversación “casualmente” con un par de chicos de mi pueblo, con los que jamás había cruzado palabra (jovencitos, menos de 30 años, pero con ganas de hacer algo con su vida, inteligentes) y, cuando terminamos de hablar, me dice uno de ellos: ¿De dónde has salido tú? ¿Por qué no sabía yo que eras asi? Y algunas cosas más, que proceden de no haber descubierto aún que no hay que idealizar a nadie, porque todos tenemos magia, pero todos tenemos truco ;-)

Un placer, Toni. Ya sabes lo que pienso, que tienes que venir con el permiso concedido para escribir algo muy GRANDE.

Besos

Espera a la primavera, B... dijo...

En serio, el taller de permisos es increíble. Yo he seguido el proceso de A. desde el principio y te lo juro que el curso de permisos tiene el 50% del mérito de muchas cosas. En serio.
De hecho, la brújula interior es un curso de permisos. Repásalo y verás.

Yo estoy convencido de que el año que viene me vas a ver publicado y con una notable repercusión. En serio, y no va a ser con Moriría por ella, va a ser con la que nunca tuve que dejar en el cajón.

Un besazo, Concha

todavía hay plazas libres, creo.

Concha Barbero de Dompablo dijo...

Ay, pues cuánto me alegro, Toni. Y me gusta verte así y no "aguruñao" :-)

Siguiendo con estas palabras que me imagino en espiral, ya me gustaría asistir a ese curso, pero estoy "aturullada" de cosas que hacer. :-) Y si me doy más permisos, por otra parte, voy a tener que deshacerme de ellos luego en la reventa...

Ya nos contarás qué tal a la vuelta.

lunia dijo...

Tan a menudo he tenido ganas de salir corriendo pero de momento sigo mirando por la ventana.

" Él sonreía sin dejar
de mirar por la ventana,
soñando mundos mejores,
lluvias que caían sobre parejas que se amaban,
claveles en los fusiles,
barcos que sueltan amarras,
luces de faros, besos de mujeres que nunca,
nunca le miraban. "

Me alegra un montón seguir leyendote.

Espera a la primavera, B... dijo...

Vaya, veo que tú también tienes pájaros en la cabeza...

Fiebre dijo...

Estoooo... ya he leído la respuesta de Concha, así que supongo que concederme el permiso de un cuponcillo de la Once lo descartamos, ¿no?
Pues me has hecho cavilar. ¿Qué es lo que no me permito?
Mmmm quizá protestar, reivindicar "lo mío" cuando encuentro a un jeta. Soy demasiado políticamente correcta en mi día a día.
Aunque quizá sea mejor,porque si tuviera el arranque suficiente para ponerle "morros" a la gente, sería ya una bomba de relojería.

Tereza dijo...

Hace poco me dijeron que antes de nacer al alma le dan a escoger tres caminos, y se los pasan como en una película. Me dijeron que la vida la escoges tú, y que desde el momento en el que naces todo ya está escrito. Tambien me dijeron que los dejà vú existen porque recuerdas esas escenas que viste antes de nacer. No puedo recordar quien me dijo todo esto.