sábado, 11 de julio de 2009

Sobre cómo se tejen los sueños


Quisiera contar algo que hace días que me ronda por la cabeza.

Creo que tengo una enfermedad, una enfermedad relacionada con la esperanza. Es una mierda. Si te duele el estómago sabes que es el estómago, si te duele la cabeza te tomas Paracetamol, pero si te duelen los sueños no sabes dónde, ni qué, ni quién, y sobre todo no sabes cómo lograr calmarlo.
Me duele la esperanza y hago pesas todas las noches, me duele la esperanza y hago planes, abro cuentas, negocio partidas, escucho ofertas. Me duele la esperanza y escribo cartas de amor, me duele la esperanza y escribo una novela donde los personajes son los hermanos Marx.

Hace días que sospecho que soy como una tela de araña. Te atraparé con mis palabras pero seré tan frágil que cualquier golpe me deshará. Soy la araña que teje y teje sin descanso, un día y otro, tejiendo sobre una tela anterior rota. La araña y la tela son lo mismo y no te das cuenta. Soy eso que podríamos llamar un maldito encantador de serpientes al que le ha picado la serpiente que suele hacer bailar al son de su flauta. El cazador cazado; el hombre de lata, el espantapájaros y el león buscando a Dorothy.

Sé que no tengo salida, que soy así, podría decir que me gusta ser así. Pero no me gusta. Sospecho que la enfermedad de la esperanza es mortal por agotamiento.

9 comentarios:

Nebroa dijo...

Es curioso que te denomines 'encantador de serpientes' justo hoy, en este preciso instante.
Demasiadas telas de araña se tejen aquí, en este virtual mundo

- Inés y Yo - dijo...

La esperanza no mata, toni, es la decepción, esa sí, mortal de necesidad como su hermana la des-esperanza, que ya te dije que debería ser proclamada enfermedad vírica...

Espera a la primavera, B... dijo...

Ya sabes, Ana, todo es una constante coincidencia.

Inés, la enfermedad es la esperanza, es como eso que dicen que la principal ventaja del diablo es que hay demasiada gente que cree que no existe.

Genética Inexacta dijo...

El dolor, como los sueños, forman parte de la vida. Me resulta muy triste la gente que aparca los susños simplemente porque los ve imposibles y, aunque es cierto que no hay que ser demasiado iluso, tambien hay que luchar por los sueños, a mi parecer hay que ser valiente para hacerlo, porque sí, la esperanza cuando nos hace esperar duele, pero eso tambien es bonito.

No estoy de acuerdo en que la tela de la araña sea lo mismo que la araña, Toni. Rompe una telaraña y a los días verás otra quizá en el mismo lugar o tal vez en otro pero... mata a la araña y se habrán acabado sus telas para siempre.
LA imagen del cazador cazado me encanta, nadie queda libre de recibir una bala.

NO desesperes niño y sigue soñando, algún día ( no se sabe cuando) alguno de ellos se cumplirá.

Besotes con sabor a chicle.

Amanda dijo...

Yo intento seguirte Toni en todas tus dilaciones, pero confieso que en la tela me he perdido, ya no sé si es la araña la que picó a la serpiente o una flauta se cepilló a la araña o si todos juntos hicieron una orgía bajo una tela.

Pero me encanta leerte, y también leer lo que escribes.

Fiebre dijo...

La esperanza nunca es una enfermedad Toni. Es un don.
Y tú lo tienes.
Aunque te parezca que es una rémora, algun día te alegrarás de haber esperado tanto...

Espera a la primavera, B... dijo...

Practico tantos sueños al mismo tiempo, Loida, que el martes por la tarde ya estoy agotado y me voy arrastrando el resto de la semana. Se vive de sueños, se va hacia adelante por esperanza, la esperanza es un engaño cuando sólo ella te mueve.
Un beso de oeste a este. Te lloverá encima.

Amanda querida, ser araña y tela al mismo tiempo es como decir que se es como se escribe; pero que hay que tener cuidado cuando uno es sólo lo que escribe, es decir, cuando uno sólo es para el otro un texto en una pantalla.
Yo soy lo que escribo pero al mismo tiempo no soy lo que escribo. Extraño ¿verdad? Pues así lo siento. Creo que sabes de qué hablo.
Pásalo en grande, vuelve morena.

Sólo tengo la esperanza de acabar aunque sea una sola de las novelas que tengo empezadas. Ahora mismo cambió la esperanza por disciplina. Y por poder dormir... o por una brizna de calma.

Un besazo, Fiebre

hécuba dijo...

A mí no me parece extraño, Toni, que seas lo que escribes pero al mismo tiempo que no lo seas. Porque cuando uno escribe, lo hace desde la persona que es, pero no es lo que escribe. En fin... yo ya sé lo que quiero decir, pero no se me da bien lo de explicar las cosas, soy más de sentirlas.
Un beso :)

Espera a la primavera, B... dijo...

Sentir las cosas es mucho mejor que explicarlas... infinitas veces, más aún, infinitas de infinitas veces.

(incluso puede que más)