jueves, 30 de julio de 2009

Las aceras


Colisiono contra ella, más bien contra su bicicleta, tal vez fuera ella la que se echara encima de mí (bueno, la bicicleta). Va por la acera y sale de detrás de una mujer que camina lento. "Perdona, te has hecho daño" me dice sin hacer la interrogación final, es como si afirmara: te has hecho daño, lo sé.
En el choque (ella sale despedida hacia adelante y nos quedamos a veinte centímetros el uno del otro) se dan de bruces nuestros ojos con su historial de miradas a cuestas, de todas las miradas que hemos dejado ir, todas las que hemos tenido que soportar. Sus ojos son de un azul infinito, "se podría nadar en ellos" le digo. Me sonríe con suficiencia mientras me atrapa en una tela sólo capaz de ser creada por una araña experta. "Te podrías ahogar en ellos" me advierte con la divertida seriedad del que se sabe seguro de sí mismo, a salvo de los demás. Estoy a punto de decirle que la estaba buscando pero hubiera parecido o la torpe frase de un imbécil o la de un psicópata, pero no dejo de pensar que es cierto. Se aparta el pelo del flequillo, tiene las manos bonitas.
Hace el gesto de subirse de nuevo a la bici y seguir su camino. No puedo dejar que se vaya así, con ese tiempo de estrella fugaz que me sabe a poco. Le digo que dónde cree que va, que tendríamos que hacer papeles, que ha sido un atropello en toda regla, encima de la acera, por lo menos, de tres a quince años, retirada del carnet de la biblioteca, quizá sería mejor solucionarlo de manera amistosa. Vuelve a sonreír ante esta osadía mía. Miro hacia hacia el bar que está justo al otro lado de la calle (el mexicolindo) y le digo que mejor buscamos una sombra. Se lo piensa. Nuestras miradas se enredan como la hiedra sobre el tronco de un árbol. "Llego tarde al trabajo" acaba diciendo. Esta vez se sube a la bici y se va. Y al cabo de un par de pedaladas se gira para mirarme una décima de seguno y vuelve a sonreír.

Esta mañana me he apostado en la acera contraria, tras los cristales del mexicolindo la he visto pasar, veinte minutos antes del horario del incidente de ayer. Se ha parado en el punto exacto donde me arrolló y ha mirado alrededor buscando algo, algo que tiene que ver conmigo, lo sé, con algo que soy yo. Como si de repente se acordase de algo o le traspasara una corriente eléctrica mira hacia donde yo estoy. Me ha visto. Sonríe y me saluda con la mano. Luego se baja de la bici y cruza la calle sujetándola por el manillar, la ata con una cadena al poste de una señal y entra en el bar. Se sienta con energía en la silla justo al otro lado de la mesa cuadrada. "Sólo tengo diez minutos" dice mientras la araña tira del hilo; y entonces pienso que tiene razón, que podría ahogarme en esos ojos, y le digo que vivo a sesenta kilómetros, y que está bonita esta mañana y ella me mira segura de sí misma y me pregunta que si he venido sólo por ella y yo le respondo que tal vez.

5 comentarios:

Luna Méndez dijo...

Me encanta!
Al llegar al último párrafo pensaba que no iba a tener un final bonito pero lo tiene.
Muy bonito, además.

Concha Barbero de Dompablo dijo...

¡Qué bonito lo cuentas, Toni!

Tenías que haberle dicho que sí. ¿Qué es eso de "tal vez"? :-)

Un abrazo

Gata dijo...

¿Ves? ya encontraste tu musa y encima de una bicicleta ;) tiene q ser buena gente entonces ;P
besos

Genética Inexacta dijo...

Eso son las casualidades que hacen que nunca olvides la magia... que bonito Toni.

LLuvia de besos

Fiebre dijo...

Aquí llega la "reventaora".
Es que , jomío, llevo durmiendo a tiempo parcial tres días y estoy fresca...

Lo que quería decirte (y no lo vas a hacer, porque yo no lo haría tampoco, soy una cobarde)
es que cuando salgas de la Literatura y tengas un encontronazo en bici...¡ataques! Y termine la historia en un: ¿quí lo sá?

Claro que predicar es muy fácil...

Me ha costado un poco pillarte,muchas veces no estoy de acuerdo contigo porque yo soy "mucho menos mística que tú", pero creo que te estoy empezando a entender. Y bastante.
Somos iguales en lo que NO hacemos, solo que tú sufres y a mí...me la refanfinfla si no veo "calidad" a mi alrededor.
Continuará...