jueves, 24 de septiembre de 2020

Nada


 

Tengo que escribir dos informes que pueden cambiarme la vida en pocos días, pero no soy capaz de hacerlo. Algo impide que pueda saber por dónde empezar. No será porque no me pongo horas delante del ordenador, pero siguen en blanco.

No imaginaba que la muerte de Ulises me afectara así. Pensé que me pondría triste y que lo echaría de menos, pero creo que es algo así como la gota que colma el vaso, que lo llena hasta mucho más allá de desbordarlo. 

Penélope sigue buscándolo por la casa. Husmea es suelo persiguiendo un rastro... Debe de haber miles de huellas que Ulises que llevan a otras miles de partes de la casa. No sé cuánto tiempo va a poder aguantar sola. Si yo estoy así, con todo el mundo a mi alcance, ¿qué no sentirá ella, que era todo su universo, su guía, su amante? No quiero ni pensarlo.

Come bien, se pasa las horas sentada en una silla, pero en cuanto llego y le pongo la comida, la devora en minutos. Luego viene hacia mí y ronronea. Se deja acariciar. Estuve siete años hasta que pude acariciarla y diez hasta que se sintiera a gusto con mi mano en contacto con su lomo, pero ahora que no está Ulises soy lo único que tiene y me paso el día trabajando. Me gustaría poder jugar con ella más, pero cuando estoy un rato en casa, vuelve a la silla. Y entonces pienso que la vida es una mierda, que estas cosas no deberían pasar nunca, que nadie merece estar tan solo, y que tarde o temprano morirá sola, como imagino que algún día yo también moriré solo, que a pesar que el destino es una incógnita, si hay algo cierto, es que nadie nos acompañará en nuestro último viaje.

Estoy convencido de que cuando morimos vamos a otra parte y nos volvemos de otra forma mucho menos egoísta, que el problema es vivir como si no fuéramos a morir nunca. Si supiera que voy a morir en unos días no escribiría esos informes, no sé lo que haría, pero eso no. Supongo que es lo que me pasa: que sé que no voy a morir mañana, pero sé que existe una posibilidad en que lo haga.

Me dolería morir sin haber escrito una novela, pero imagino que me pasa como con esos informes, que no soy capaz de hacerlo poco a poco, que hace tiempo que debería haberme roto y no lo he hecho, con la esperanza de que un día algo me recomponga y pueda continuar hacia adelante.

Como uno de esos personajes de Auster, el de El Palacio de la Luna, pero no es lo mismo. Mis frases favoritas empiezan por "algún día.." o "me hubiera gustado que..." 

Este 2020 se está llevando todo lo que quería. 

No de la forma trágica que lo hace con otras personas.

Hoy he vuelto a pensar en ti casi todo el día. Hacía tiempo que no lo hacía. Estuve a punto de enviarte un whatsapp, pero pensé que tu vida iba por otro camino y que no quería ser una molestia, o lo que es peor, darme cuenta de que lo soy sin que tú me lo digas.

Al fin y al cabo, ¿quién soy yo para interrumpir la vida reconstruida de nadie? 

¿Quién soy yo para creerme más importante que lo que has decidido hacer y has hecho?


A veces me pregunto si Carmen Laforet escucharía este tipo de canciones y si volvería a escribir Nada al hacerlo. Y si a mi edad esto esta bien. Si debería escuchar canciones de más calidad

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