lunes, 13 de julio de 2020

Otros tejados



Hubiera podido ser todo diferente.

Haber habitado otros tejados, tratar de buscar la luna llena a través de bosques de antenas.

Creo que anoche soñé contigo. No sé si eso es algo bueno. Últimamente no sé si las cosas que me pasan son buenas o malas, sólo tengo una sensación inmensa de que algo que estaba ahí, de repente ya no está.

Puede que sea eso del fín de una época o puede que, en realidad, sea sólo una aceleración brusca de los hechos que nos acercan a nuestro destino. Dicen que el tiempo se acelera cuando llegas a las estribaciones de un agujero negro, que la percepción de todo se distorsiona.

No sé. Nadie ha estado.

Sólo sé que pase lo que pase lo bueno y lo malo pierden su sentido, ya no queda nada definido dentro del yo que evalúa y juzga qué pasa a mi alrededor.

Puede que esté entrando en un momento oscuro de mi vida, o que lleve ya mucho tiempo en él. El caso es que no entiendo qué está pasando y por qué todo se va destruyendo y alejándose, y aunque me importe no tengo la sensación de que es algo dramático.

Que casi todo desaparezca es algo así como una ley inmutable. Aquello de que el cambio es lo único que permanece. Al final, la filosofía de C.O.U. sí tiene una influencia en la vida real, tal y como me dijo nuestro profesor.

Sólo sé que esto lo voy a echar mucho de menos.

Y que pase lo que pase seguirás ardiendo dentro de mí durante todo el tiempo que viva. Y no porque quiera recordarlo, si no porque va a ser inevitable que no pueda olvidar rutinas que durante un tiempo me salvaron de morir, puede que no físicamente (o sí, nunca se sabe), pero en cualquier caso, de un lugar del que dificilmente se regresa.

Aunque pierda la esperanza, conservaré un mapa que me conduzca a ella.

No importa el tiempo.

A poco que me conozcas, sabrás que controlar el tiempo no está dentro de habilidades.

Escribir tampoco, ya lo ves.

Algún día aprenderé.

A escribir o a entender, lo primero que me encuentre.



No hay comentarios: