viernes, 31 de julio de 2020

Deprisa


Supongo que todo fue cambiar a mejor, prender la mecha y dejar arder lo que tenía que arder; mirar a la luna y no poder dejar de aullar en silencio, mente adentro, donde vive el animal salvaje que somos, que tú eres.

Que sabes que eres.

No renuncio a nada. Ni a Coney Island en septiembre; las noches llegan cuando el calor aún permanece sobre el muelle, artificial y el olor a feria se desvanece entre miles de bombillas. Me gustaría no perder el trazo que empecé hace casi mil años y que me lleva hasta ahí: a ese sueño de sueños en el que todavía soy capaz de querer.

No sé si es un alto en el camino o la renuncia definitiva a todo lo que he querido ser desde que abrí por primera vez los ojos. 

No sé si llegaré a alguna parte distinta. 

Si el viaje fue el acertado.

Si en este cruce de caminos, al final, conseguí lo que quería.

Al cerrar los ojos puedo vivir todo eso con la misma viveza con la que una vez soñé con el Valle, meses antes de ir, casi por casualidad.

Tengo la sensación de que he vivido hasta ahora la improbabilidad de un deseo que se cumple a medias. La fiebre y el ardor de alguien que deja la aldea y llega al centro de la civilización.

Un niño que se enamora platónicamente de una chica muchos años mayor que él y le parece una eternidad alcanzarla.

Tal vez como me sucedió contigo.

Tú no lo sabes. Pero mi primer cuento iba del día en que te conocí, no recuerdo qué edad tenía. Ya por entonces provocaba al futuro escribiendo destinos improbables en deltas de ríos milenarios. 

Ya entonces lo sabía.

Y te imaginaba así.

No hay nada que pueda cambiar eso.

Es lo que tiene el pasado, que se escribe de forma imborrable desde lo que deseas que te ocurra.

Y yo te quería a ti.

No importan las vidas que hagan falta hasta que ese día ocurra de verdad.

Ayer escribí Jersey una decena de veces y pensé que no podía morirme sin viajar a la otra orilla del Hudson.

Y aunque tengo la sensación de que es mundo ya acabó, también creo que mi vida empieza ahora.

Que hay eones de tiempo que vivir y que los viviremos deprisa.



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