Y la mayoría de las veces es lo que ocurre.
Si hay algo que he aprendido es que el amor y la felicidad no existen como conceptos, que sólo son reclamos publicitarios para que hagamos cosas que no queremos hacer.
A veces te toca la lotería y te enamoras, pero está claro que te enamoras de la persona que eres cuando te obcecas con alguien y éste te corresponde.
Sólo por un tiempo que pasa demasiado deprisa.
Decía Krishnamurti que el amor es apartar una piedra afilada de un camino por donde sabes que van a pasar personas descalzas.
Yo me lo creí durante un tiempo.
El amor es lo que dice el marketing qué es el amor.
Un estudio de mercado a simple vista.
Una mala decisión tras otra.
El amor es un película de Hollywood, con tiros y persecuciones y esas cosas, con beso final de la chica al musculitos que sabe matar para mantenerla a salvo de otros musculitos que saben matar, pero menos.
Pero yo soy de los que tienen miedo.
Miedo a que los demás consigan hundirme.
Por eso vivo solo y arriesgo poco.
Y porque nadie quiere a nadie.
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