jueves, 13 de junio de 2013

Prioridades

A veces uno pierde de vista las prioridades.


Imagino que lo sabréis. Hace cosa de un año inventé y patenté un sistema de potabilización de aguas mediante energía solar. Con un equipo de 20 kg. cargados a la espalda como una mochila, uno es capaz de potabilizar hasta 4.000 litros de agua al día y generar suficiente desinfectante como para potabilizar otros 50.000.

El proyecto no avanza. No he acertado con los socios hasta ahora. Y es así porque hay algo que he puesto por encima de todo: Este equipo no debe caer en malas manos, en manos de la casta avariciosa. Así que, en cuento he visto o he escuchado cosas que no me han gustado, me he vuelto poco colaborativo y he paralizado el proyecto para "sacar" fuera a esas personas. No he sabido elegir, o he elegido por motivos de necesidad. Si has seguido el blog sabrás que mi situación económica es difícil, no me he rendido nunca y sigo pensando que soy un privilegiado por haber tenido la posibilidad de mantener lo poco que tengo y de tener salud para tirar tantas cosas al mismo tiempo hacia adelante.

Esta mañana me he dado cuenta de una cosa: Hace un año que el prototipo está hecho y la patente presentada... y esta máquina aún no ha salvado ninguna vida.


Cada día mueren seis mil personas por beber agua en mal estado, el ochenta por ciento son niños menores de cinco años. Si se potabilizara el agua, esta mortalidad se reduciría en más de un 90%. La ONU tiene como objetivo del milenio llevar agua potable a menos a 500 metros de cualquier hogar antes de 2015 y está haciendo esfuerzos para construir pozos, canalizaciones, presas, etc. Yo he inventado el complemento perfecto: que ese agua sea segura en todo momento y en cualquier lugar.

He ido a infinidad de concursos de empresarios, a comidas con políticos, he estado en reuniones de Fundaciones del agua en edificios suntuosos en las zonas más caras, he visitado centros tecnológicos y me he reunido con técnicos que están trabajando en otros procesos de depuración del agua.

... pero casi nadie me ha hecho caso porque el problema no es el agua, como tampoco son los alimentos. El problema es que todo eso no va con ellos, no es su problema. Y me he dado cuenta de que estoy actuando como si tampoco fuera el mío. Supongo que uno se mueve por prioridades y mi prioridad es la mía, es el proyecto y no el agua, es hacer viable todo esto y no llevar una máquina a tal o cuál lugar y empezar a salvar vidas. No sabría cómo explicar cómo me siento. Lo cierto es que siempre he pensado que debía dar una estructura sólida al proyecto para poder así llegar de forma rápida y con más equipos. Y quizá eso no llegue en el tiempo esperado. También es cierto que los equipos no son baratos precisamente y que yo, en mi situación no puedo costear la fabricación de cuatro o cinco equipos, ni los desplazamientos ni las pruebas...

Pero el tiempo pasa y puede que siga pasando el tiempo mientras no llega el agua a donde tiene que llegar. Ayer un amigo me preguntaba "¿si vas con tu mochila a algún sitio, quién se quedará aquí fabricando más mochilas?" Supongo que eso es lo que me está frenando... no deja de ser un freno. Pero no sé si eso basta.

Prioridades. Hay que salvar a los niños. Los niños no puede decidir por sí solos. Se encuentran en medio, nacemos sin elegir dónde, nosotros tenemos suerte, pero otros no. No podemos olvidarlos, no debemos eludir nuestra responsabilidad con ellos. Y me he dado cuenta de que esa es la prioridad, no sé hasta qué punto podré hacerlo, no sé de qué forma.

Hace días que llevo dando vueltas a una idea. Las ONG´s no tienen dinero para casi nada, ni menos para mi equipo, y he pensado en contactar con una red de Crowdfunding y colgar proyectos concretos de agua en los que incluir mi mochila para potabilizarla. ¿Alguien conoce una ONG o fundación que tenga paralizado un proyecto de ayuda en el que intervenga el agua? Voy a proponerlo a varias plataformas de crowdfunding...

Yo sé que si sigues este blog te has dado cuenta de que soy un hombre con muchas pasiones: la literatura, el agua... Avellaneda... a los grandes hombres se dice de ellos que son poliédricos, emprendedores, etc. a los que estamos en construcción nos suelen llamar veletas, el único parámetro que nos diferencia es el dinero. Y el dinero no es la medida de todas las cosas. Yo creo que todo en la vida está plagadas de procesos en los que estás estancado durante mucho tiempo y de repente das un salto cualitativo y hacia adelante. Hay que tener ideas y luchar por ellas, aun sabiendo que puede que no las veas cumplidas. Quizá nunca llegue a ser millonario, y puede que toda mi vida acabe siendo un correr detrás de proyectos que no terminan de cuajar pero ahora ya sé cuáles son mis prioridades.

Pero intuyo que no va a ser así del todo. Siempre he tenido la intuición de que las cosas por las que se luchan acaban por llegar.

Sé cuál es mi lucha, lo mismo que me llena de energía me la gasta.

Hay que salvar a los niños.

No hay comentarios: