viernes, 11 de julio de 2025

Todos

 


Son las siete y media de la tarde. Hoy empiezo a escribir la novela que durante diecisiete años he ido cuajando en este blog. Son casi 2000 entradas, imagino que que serán algo así como cientos de miles de palabras. Hay ficcion hecha de realidades y hay realidad vestida de ficción. Todo lo que soy tiene que ver con esto. Todo lo que he sido y todo lo que ya nunca seré. Ha llegado el día que tenía que llegar. No la escribo para publicarla, no la escribo para ser escritor. La escribo porque no quiero morir sin dejar escrito esta historia que llevo años viviendo cuando no estoy viviendo. Hace veintitrés años me dije que lo intentaría. Si hubiera escrito una novela cada año hoy habría escrito veintitrés historias. 

Ha cambiado todo tanto. No soy el que era, no queda casi nadie de los que me importaban. 

Sé que todo ha cambiado demasiado y los cambios suelen pesarme como si algo se añadiera a mí cuerpo cerca de los huesos, se adentrara en mis pulmones hasta llenarlos de una materia invisible, pero que se hace notar cuando al soltar el aire ella se queda ahí. Sé que nunca sabré escribir por mucho que quiera, eso es lo que no cambia, siempre seré alguien a quien no puedo dejarle escribir algo mediocre. Seguiré leyendo a Auster, me quedaré esperando a la muerte sabiendo que pude haber sido alguien que quería ser y no supe conseguirlo.

Me queda el blog y acabar esa novela. Me doy tres meses para escribir doscientas páginas. Eso es mucho tiempo para alguien que casi no lo tiene y que respira como yo lo hago, con eso dentro, con ese otro yo compartiendo mi respiración. 

Me queda escribir y escribir para no gastar, para descargar lo que vivo y para volver a cargarme de sueños. Es como si siempre lo que quiero estuviese en otra parte, nunca sé dónde, sólo sé que no está aquí y que no hay un mapa que me diga cómo llegar hasta él. 

Me pregunto si alguien de los míos sabe algo de mí. Si saben cómo me siento ahora y si conocen el futuro como yo conozco el pasado y si me esfuerzo, el presente. Daría lo que fuese por un poco de certidumbre, por un poco de "vas bien" o de "gira a la derecha cuando llegues al próximo septiembre", pero supongo que es mejor así, no saber nada, tomar las decisiones porque tienes que llegar a alguna parte. El tiempo no se detiene para uno escoja un rumbo, reflexionar es un lujo que no está pensado para gente como yo.

Cuando digo "gente como yo" no sé a qué me refiero. Supongo que a alguien lo suficientemente rico como para tener donde vivir y lo suficientemente pobre para que ese lugar sea aún de un banco. He llegado hasta aquí porque tuve suerte. Tuve suerte sin buscarla y sin merecerla. De eso se trata, de que no dominamos nada. Somos marionetas en una historia improvisada.

Somos hojas al viento.

Luchamos para no sea así, pero así somos. Morimos cuando cerramos los ojos, resucitamos cuando suena el despertador. Creemos amar, creemos tener un propósito, pero en realidad no somos capaces ni de lo uno ni de lo otro. Sólo lo creemos, sólo imaginamos que podemos hacerlo y tenerlo. Eso es vivir. Vivir es tener la inercia de seguir creyendo que todo esto va a mejorar, es tener fe, es levantarse por las mañanas y dar por supuesto que esto seguirá sucediendo una y otra vez, que las personas con las que nos cruzamos seguirán a nuestro lado. 

Somos un homo fidelis. Fiel a la vida sin saber el porqué, pero en realidad somos la inercia del vivir. Por eso no somos inmortales, porque cada vez nos cuesta más arrastrar a todos esos yo que se fueron a dormir sin querer despertar, porque de tantos yo que somos, hay cientos que desean detener esa inercia.

Por eso envejecemos por dentro, por eso algún día vamos a morir.

Porque quizá vivir sea otra cosa, quizá vivir esté al otro lado de la muerte.





miércoles, 9 de julio de 2025

martes, 27 de mayo de 2025

La sombra helada de la memoria

 


Escribo casi al mismo tiempo que estoy seguro que estoy empezando el proceso de desaparecer del todo. Cada minuto que pasa es el momento en el que se inicia una cuanta atrás. Somos todas las cuentas atrás de las que no somos conscientes, estamos hechos de inicios con un solo final.

Me pregunto si el encuentro fortuito con C tiene algo que ver con que M se ha convertido en todos los inicios que he deseado los últimos días, con todos los principios del resto de mi vida. Por eso me releo y me acuerdo de que hace poco más de un mes nada de lo que tengo ahora con ella era una remota posibilidad, un imposible que empieza a parecer posible. Ni siquiera sé aún si lo es. 

Y entonces aparece C y me dice que le hubiese gustado almorzar conmigo. Nada tiene menos sentido que eso. C es pasado como probablemente lo será un día M, en cuanto la decepcione. Se me da bastante bien decepcionar. Es una maldición disfrazada de hábito.

Persigo al hada, le digo que la quiero, pero me cuesta hacerlo porque somos dos estrellas errantes cruzando el cielo en sentido contrario que tarde o temprano se irán alejando. ¿Qué me quedará entonces? Seremos el recuerdo fugaz el uno de la estela del otro.

En otro tiempo mi vida acabaría de encontrar su sentido. Hoy, sólo es un momento de confusión más. 

Vivo el momento. 

Me pierdo, como siempre.

Pienso en los ojos azules intensos del hada de la ciudad del agua y no sé qué me pasa. Había soñado con ella desde que era un niño y ahora... está ahí. Vino de la otra parte del mundo. Y no creo merecerla y al mismo tiempo no sé si tengo derecho.




sábado, 10 de mayo de 2025

El mundo

El mundo baila en tu mirada cuando te miro


 

lunes, 28 de abril de 2025

48 Km.

 


Si supiera a dónde ir, iría sin pestañear, dejaría lo que estuviese haciendo y me plantaría en la puerta de tu casa; pero no sé dónde vives.

Si supiera a dónde ir vendría con las maletas vacías para que las llenaras de tus cosas y vinieras a vivir a casa, a esa casa de dos plantas que he decorado para ti.

Iría para que pensaras que vuelven a por ti cuando se fueron, que vuelven a por ti, que todo fue una equivocación y ya se ha solucionado. Iría a buscarte hasta el fin del mundo para tratar de curar la herida que nunca acaba de cerrarse. 

Todo el mundo te abandona porque aprendieron el lenguaje del "dime que me quede".

Todos necesitamos que alguien nos diga "quédate" y todos necesitamos alguien que venga a buscarnos para decirnos "no tengas miedo de volverte a quedar sola".

Nunca estarás sola, pero siempre serás alguien que se siente bien dentro de esa otra piel que te protege al mismo tiempo que te aísla. Saber que se está sola es no correr el riesgo a que te dejen.

Haría lo que sea, pero no me dejaría hacer lo que fuese.




lunes, 21 de abril de 2025

Curas de urgencia




Si todo importara, yo te importaría. Si todo contase, contarías conmigo. A cambio yo te escribiría y te daría a cambio el unguento que cura heridas. Solo que a veces no queremos que cicatricen. Me pregunto cuál será la mía.

Creo que acabo de encontrarla. Al menos una de ellas. Algo que pasó y uno cree que es pasado, pero no. Las heridas que no se curan se infectan y te debilitan, evitas hacer cosas por dolor, evitas hacer cualquier cosa que pueda provocar otra. 

A M la abandonaron, y pasará toda su vida desconfiando y, cuando no sepa qué hacer abandonará ella, porque "eso" se convierte en un lenguaje, el hurír antes que huyan, el no saber de alguien a que no sepan de ti.

M desapareció sin casi decir nada. Abrió otra puerta y se fue sin decir adiós como se fueron antes casi todos los míos. Se irá y lo seguirá repitiendo hasta que alguien la haga sentir como en casa. Y su hija lo repetirá con ella porque eso se transmite como si fuera un idioma, como los modismos, como el conocmiento.

A M le daré siempre las gracias por mostrarme la importancia que tiene en nuestras vidas lo que nos marca un día que no olvidamos nunca.

Veo a M frente a una puerta, de niña, y cómo se le cae el mundo encima tras que esa puerta no se abra. El dar media vuelta y el irse con el corazón roto. 

Ella no lo sabe, pero aquella niña sigue allí, esperando que esa puerta se abra, la abracen y la dejen entrar.

Y yo voy a amar a esa niña lo que me queda de vida, como a todos los niños que no comprenden por qué las cosas acaban siendo diferentes a como deberían ser.

Mientras, seguiré enviándole mensajes para que sepa que no me olvido de ella.

Necesita que no se olviden.

Todos necesitamos a alguien, en algún lugar, que nos diga que no nos olvida.



 

martes, 15 de abril de 2025

El amargo don de la presencia

 



Siempre digo que suelo llegar a la vida de alguien para que se recupere de algo. No es que lo diga por decir, el guión casi siempre es el mismo: llego y hay un cambio de trabajo, un cambio de domicilio, un cambio de pareja, un cambio de destino. 

Y yo estoy ahí.

Me hubiese gustado tener a alguien como yo al lado en los últimos años. Hago reír, hago soñar, hago poner los pies en el suelo. Abro portales estelares o abro botellas de vino, depende del momento, pero sobre todo estoy ahí.

Luego todo pasa. Me olvido o me olvidan. Es algo kármico. Casi siempre me voy yo. Es un pacto que tenemos. Voy desapareciendo poco a poco o de golpe. Es fácil desaparecer, sólo tienes que dejar de hacer lo que fuese que hicieras para llamar la atención.

Estos días estoy haciendo reformas en mi piso. Estoy poniendo parquet y voy a pintar de gris las paredes. La vida es cambio. Dejar el piso de mis padres está siendo duro. Gerard contrató a una emprea para vaciar el piso y cuando fui ya habían entrado y se lo habían llevado casi todo. Toda la vida de mis padres y gran parte de la mía.

De mi hermana ya no queda casi nada.

Apenas sus hijos.

Sentí morir a mi hermana. Mi madre y yo nos despertamos al mismo tiempo y salimos al pasillo. Nos miramos y decidimos dejarla ir. A un kilómetro de distancia ella se dejó ir. No imaginaba que casi once meses después lo haría la persona que tenía en frente. Todo se va. Si he aprendido algo estos últimos años es que hay que aprender a decir adiós.

Hay que decidir dejar ir lo que tenemos agarrado.

Hay que soltar para que nos suelten.

Parece fácil, al menos decirlo. Lo fácil, a veces, es lo que más cuesta.

Hacía días que no escribía. Estamos en semana santa y apenas había escrito tres entradas. Pienso muhco en María B. Me gustaría que María B fuera una persona más sencilla, pero no conozco a nadie que tenga tantos frentes abiertos.

Nunca mejor dicho.

No sé si quererla o estar ahí hasta que, como sospecho, se irá. Me gusta cuando dice que nadie pela mandarinas para ella. Me hace gracia y al mismo tiempo noto que es algo importante para ella. No soporta el olor de las pelas en sus manos y, al mismo tiempo, le gusta su sabor...

Y a eso se reduce todo





miércoles, 2 de abril de 2025

La herida


Si pudieras leerme escribiría cosas bonitas. Cosas bonitas que te contaran la fuerza que todos tenemos por sólo nacer y sobrevivir en un lugar al que venimos sin nada. Te diría que todo irá bien aunque no lo sepa, porque quiero que todo te vaya bien a pesar de que no tenga nada que ver contigo. Te lo diría porque me recuerdas a alguien a quien me hubiese gustado decírselo y no pude. Uno hace las cosas tarde casi siempre, cuando ya no hay remedio, cuando el destino ya ha golpeado cuando más débil estabas.

Si pudieras leerme escribiría cosas que tienen que ver con las mariposas azules que viven en un lugar recóndito del bosque, el claro del bosque desde donde se puede ver cielo de los primeros días de primavera, a donde pertenecemos sin ni siquera saberlo, somos almas llenas de la frondisidad de las tierras del norte. Si puderas leerme sonreirías porque sabes que es cierto.

Te diría "vamos a las montañas" e iríamos con las mochilas ligeras. Yo necesito todo eso tanto como tú. Necesito el gran silencio de las montañas y el sol, hablar en el lenguaje de los árboles y el agua. Necesito saber que todo eso significa algo a lo que no soy capaz de darle nombre por mucho que exista dentro de mí. A veces pienso que es lo único que importa, dar tiempo y espacio al animal que nos habita, cuando el cuerpo sólo es una cueva en la que entrar y refugiarse de los otros.

A veces me aislo, me había construido una vida para poder hacerlo. Como ahora, que estoy en un bar de carretera escribiendo esto, un miércoles a las 12 del mediodía, nunca sabrás lo iguales que somos porque nunca nos conoceremos. Nunca sabrás que tenemos heridas parecidas aunque no sean igual de profundas. Por eso trato de hablar contigo y me mantengo a distancia. A veces no puedo, me acerco demasiado. Sé que me acabarás mordiendo, pero el mundo es eso; morder o ser mordido, tratar de querer a pesar de no saber qué es y con todo por delante para no saberlo nunca.  

Por eso me gusta que me cuentes historias aunque no sepas contarlas porque al hacerlo para ti misma, cicatriza algo antiguo, algo que no tiene nada que ver con el amor y al mismo tiempo no haya nada que se le parezca tanto. 

Gracias por haberme enseñado tanto en tan poco tiempo.

Ojalá encuentres eso que te haga sentir como en casa.

Lo deseo de veras



lunes, 20 de enero de 2025

Carelia

 




Hace frío. La nieve son cuchillas hechas de agua que cortan los pies y la tierra. Una tierra que ya no es nuestra a pesar de que seguimos perteneciendo a ella. Somos miles, tantos que no alcanza la vista el final de la columna que avanza hacia la otra tierra que se llama igual que la que dejamos atrás, pero que la habitan otros que no son como nosotros. Mueren muchos. Morirán más. Morirá la lengua, se extinguirá nuestro modo de vida, se nos tragará la Historia.

La Historia de la humanidad es la historia de gente que huye y busca un lugar al que pertenecer de nuevo hasta que tenga que volver a huir diez o doce generaciones después. La historia de la humanidad es tener que decidir si huir o quedarse, si morir de nostalgia o someterse.

Veo la nieve caer. Karelia queda cubierta por la nieve que no veremos derretirse en primavera porque estaremos muy lejos, en un lugar al que no pertenecemos y donde no nos querrán. Donde no tendremos nada, donde no nos dejarán ser un pueblo.

Hablamos carelio entre nosotros, no podemos hacer otra cosa porque el idioma se aprende de las personas que te quieren. Primero dirán que es un dialecto y luego lo acabarán acorralando hasta que se olvide. El mundo es un viaje en el que siempre hay alguien que no quiere viajar porque ama la tierra y sabe que la tierra lo ama a él. 

Es raro ser apátrida. Es raro ser un exiliado de un parís pequeño al que casi nadie conoce.

Es raro ser la primera generación que nace en otro lugar al que no pertenece su familia.



viernes, 3 de enero de 2025

Barcelona




Bueno, ya sabes, quería pasar más tiempo contigo, pero el tiempo se me fue de las manos. Pero siempre pienso en ti. A veces me siento contigo y hablamos. Sabes cómo saber más y mejor que yo. 

A veces te beso, pero casi siempre hablamos uno muy cerca del otro.

Por muy lejos que estemos siempre estamos a una mirada corta de distancia.



jueves, 28 de noviembre de 2024

Todo lo demás




Nunca sabrás que he escrito esto y me gusta saber que eso es así, no me gusta decir adiós, aunque mi vida es adiós perpetuo. Yo no podía vivir sin ti. Y ahora voy a tener que hacerlo todo el tiempo que me queda de vida. Me hubiese gustado haber tenido una oportunidad, pero yo no he tenido nunca ninguna. El tiempo no me va a dar la razón, porque la razón era lo único que nunca he tenido. Ni tiempo. Ni nada.

Si volviera hacia atrás en el tiempo creo que hubiese hecho las cosas de otra manera. Te hubiese querido menos, me hubiese obsesionado menos contigo. 

Espero que seas feliz, pero no tanto como lo hubieras sido junto a mí.





 

domingo, 24 de noviembre de 2024

Empezar de nuevo

 


Uno no puede llegar a donde no ha llegado nunca antes sin recorrer un camino desconocido. Uno no puede dejar de querer sin haber querido antes. No se puede saber lo que no se sabe aún. No se puede vivir sin haber nacido. No se puede morir sin haber vivido. No puedo renunciar a ti sin haberte tenido.

Nadie tiene a nadie, eso es verdad. Nadie posee, nadie tiene el derecho a ser una parte de otro. No se puede vivir a expensas de otro, no sin romperte como un espejo.