lunes, 23 de febrero de 2015

Que nadie escriba un epitafio


Recuerdo, como si fuera ayer, la primera vez que nos reunimos. Puede que tuviera los ojos más bonitos que he visto en mi vida (y eso que yo soy mucho más de miradas) y a mí eso me dejó sin palabras, ella se dio cuenta y se rió, imagino que estaba acostumbrada a ello. Que se riera hizo que se me trabaran más las ideas camino de mi boca y me sentí como un idiota, un idiota idiotizado. Seguimos hacia adelante con el proyecto, decía que era el que más le gustaba de todos los que estaba llevando, había trabajado en cooperación internacional y sabía que tendría recorrido, que sería útil; me dijo que la llamara cuando tuviera la información lista, aunque fuese el fin de semana. Y yo le enviaba archivos y archivos, y ella me llamaba y aclarábamos cosas... y luego empezamos a hablar de esto y de aquello, y más tarde de cosas más personales.

El proyecto fue cancelado. Seguimos llamándonos un tiempo, luego dejamos de hacerlo. Yo iba de vez en cuando a donde trabajaba, siempre tenía cosas que hacer... A veces sentía la necesidad de llamarla y otras, sentía que, a muchos kilómetros de distancia, ella sentía la necesidad de llamarme.

El viernes supe que ya no sentiría nada más, que el proyecto que iba a empezar otra vez con ella a mediados de marzo sería llevado por otra persona porque ella no llevaría ya más proyectos. No al menos aquí, en este mundo, algo fulminante se la llevó sin que nadie pudiera hacer nada...  y ahora sé que no volveré a ver los ojos más bonitos que había visto hasta aquel día.

Era lo contrario al cielo, y más puta que princesa, y más dura que el granito, y cobarde y valiente por igual como un ejército en retirada, era un jodido ser humano de los que supongo andamos algo faltos. Solidaria. Irónica. Real.

Alguien que se escondía, alguien a quien se le notaba al hablar que tenía la necesidad de cambiar el mundo.

Descansa en paz.

7 comentarios:

Nada más importa dijo...

Que terrible pena.
El inimaginado final de Ella hizo que me quedara sin palabras sobre lo anterior, esa bella descripción de las personas que da gusto cruzarse en la vida.

Lo siento.

Jo dijo...

ojalá que un día aunque estoy pecando de egolatría.... alguien me recuerde asi tan bonito como lo describiste

Espera a la primavera, B... dijo...

Hoy he estado con sus compañeros. No nos hemos dicho nada sobre ella. Para ellos está muy presente... empieza una fase de olvido que hay que respetar.

A veces el silencio es el mejor homenaje.

Y la mejor forma de sentir que la vida sigue en un presente que hay que aprovechar al máximo.

Gracias Nada

Espera a la primavera, B... dijo...

Espero Jo, que tarden muchos años en recordarte... y que lo hagan como aquella viejecita que vivió siempre intensamente.

Y siempre habrá alguien que te idealice y te describa tal y como fuiste dentro de sus ganas de vivir cosas contigo.

No creo que sea egolatría. Supongo que a todos nos gustaría dejar huella.

Un abrazo

hécuba dijo...

Lo siento.

hécuba dijo...

Lo siento.

Espera a la primavera, B... dijo...

Sólo tenemos una vida, que se vive desde y para el corazón.