miércoles, 28 de mayo de 2014

Que viene los frikis



El universo ha iniciado un giro sobre sí mismo, sobre un eje que antes no existía. El universo es caos y seguirá siendo caos, pero eso ya lo sabíamos. Sólo intentamos dotarle de un orden para poder comprender que lo inevitable era, al menos, previsible. Sólo eso; poco más que eso.

Aceptarlo es, para algunos, como morir. Debe haber un orden de las cosas, debe haber una pauta, una norma, lo inesperado es malo, ahora que parecía que todo iba mal pero por lo menos estaba dentro de un orden, las cosas van y cambian... como si el universo no fuera cambio constante.

Asisto perplejo al revuelo que ha surgido de los resultados de las elecciones al parlamento europeo. "Algo se mueve para mal", dicen algunos, "lo mejor es lo de antes", porque el miedo no es al otro, el miedo es a que a uno le quiten sus privilegios de clase, porque las clases son como ser de un equipo de fútbol: se es consciente de que eres o perteneces a un grupo y ya no se cambia jamás, le serás fiel toda tu vida por mucho que te defraude.

Pero en este país, como en muchos otros, eso llegó demasiado lejos. Y una clase trató de aniquilar a otra mediante la violencia primero y la represión después. Y aunque hayan pasado muchos años y algunos hayan tratado de olvidar y otros de que se olvide, eso quedará ahí, en nuestro inconsciente colectivo, en la historia familiar, en los silencios y en los murmullos. Morirán todos los que participaron en la guerra civil pero seguirán quedando las mismas clases, la misma lucha y el mismo desprecio de unos hacia otros.

Y clases hay muchas. Y subclases. El mundo se divide en tantas que necesitamos simplificarlas hasta concentrarlas. Pero el universo era caos: miríadas de variables en constante movimiento que tratamos de canalizar para prever su evolución y tratar de cambiar su curso, detenerlo si es posible.

No es posible cambiar sin cambiar de paradigma. Creer que las cosas mejorarán sin cambiar nada o que podremos resistir en nuestro estado indefinidamente sin que nada cambie forma parte de la misma locura colectiva.

A mí, personalmente, me ha gustado que los indignados empiecen a combatir con las mismas armas y utilizando los mismos medios que el resto de partidos. Me parece que apostar por cambiar el sistema desde dentro del sistema utilizando la televisión, la publicidad en las redes sociales, crear estrategias de captación de votos, es un ejercicio de coherencia: si vas a entrar en el juego, utiliza los mecanismos que el sistema admite como aceptables, sin utilizar la violencia, votando.

No conozco su ideario ni su programa, no sé si son respetuosos o unos incívicos, no los he seguido, ni tan siquiera sabía que se presentaban a las elecciones. Pero incluso el caos está sujeto a las leyes de la termodinámica, y si hay una reacción es porque ha habido una fuerza ejercida de igual magnitud. Por tanto era de esperar.

Me gusta saber que los más jóvenes entran en política, que se independizan de la herencia de la guerra civil y defienden una nueva forma de justicia social, si es que es puede haber distintas. Ya iba siendo hora de que algo canalizara esa energía, que los jóvenes empezaran a plantear qué clase de futuro quieren y se pusieran manos a la obra para tratar de cambiar el régimen sin tener que recurrir a la violencia.

Creo que era Woody Allen que decía algo así como "Cómo voy a hacer algo para mejorar mi futuro ¿es que acaso mi futuro ha hecho alguna cosa por mí?"

Prefiero pensar que se ha abierto una nueva vía para mejorar mi futuro, porque mi presente es bastante desolador. El movimiento era lo lógico, el caos inevitable, las leyes de la termodinámica siguen funcionando, afortunadamente... pero que a nadie se le escape que el auge de los partidos en el otro extremo forma parte del mismo sistema. Y éstos no descartan la violencia.




1 comentario:

Mía dijo...

Vivimos en un país donde el voto acostumbra a ser de castigo. O al menos era así hasta ahora. Tememos el cambio porque creemos que es mejor vivir dentro de los cánones establecidos, marcados y conocidos...como bien dices, algo está cambiando. Lo está haciendo la mentalidad de quienes no quieren ni esperan nada más de este actual sistema político. Podemos!
Cuídate.
Besos.
Ciao.
;-P