miércoles, 29 de febrero de 2012

Los tres universos paralelos que elegiría

Special K para desayunar. Son los cereales que más me gustan, creo que porque no están demasiado dulces, ya sabes, tampoco austeros, con la leche desnatada porque el médico me dijo que debía perder peso. Hubo un silencio tenso entre los dos, entre otras cosas porque el tío está orondo como un tonel... "¡Hombre! Practica con el ejemplo" le dije. Como consecuencia de la cara que puso no sé si tomarme las pastillas que me ha mandado para bajar el nivel de colesterol por las mañanas o dejarlas en un cajón hasta el día en que decida envenenarme. No me importaría morir, imagino que en unos cuantos universos paralelos ya he muerto y, por tanto, tengo conciencia de la muerte, de que los que se fueron siguen vivos junto a mí en otro tiempo, otro espacio, otra percepción de todo en conjunto.

Confío en que, en algún universo paralelo exista un toni con el colesterol a niveles normales, con una cuenta corriente sin números rojos, un toni al que no condene a la miseria el lobby de los yakuzas (es decir: los bancos) y en el que pueda ir de vacaciones, un universo paralelo en el que ella no se hubiera ido con otro, en el que no merezca todo esto, en el que acabara mi novela y yo, desde este otro universo, la leyera como si no la hubiera escrito yo y pensara "No escribe mal, este sujeto". Un universo paralelo en el que la gasolina no estuviera a 1, 42 €, ni mis padres hubieran envejecido prematuramente por culpa de la preocupación que, a mis cuarenta años, les supongo.

En ese espacio-tiempo infinito de infinitas posibilidades ahora vivimos juntos, yo escribo en otro blog que se llama igual a éste, palabras con esperanza, y tengo hijos, y Ulises y Penélope corren libres por los tejados y vuelven a casa para la merienda. En otro mundo los vasos siempre están medio llenos y mi invento riega el mundo para darle más vida. Y sueño con la incertidumbre de otros mundos y me levanto por la mañana sabiendo que es un sueño. Y nunca tengo migraña.

Y no me detengo ante nada.

Y hablo más y vivo más y pienso menos.

Y el bicho duerme, se está quieto, se encuentra perdido, drogado hasta las cejas de la morfina que le supone mi sensatez.

Pero te ha tocado vivir en éste. Conmigo. Leerme palabras de desaliento, acompañarme en la pérdida, te ha tocado el toni pobre y solo, que vive bajo la inercia de la esperanza sin alcanzarla nunca, pero piensa que, en otro universo paralelo yo estaría en tu lugar y quizá tú en el mío y yo te seguiría leyendo, porque aunque no lo creas, seas quien seas, estés donde estés, siento que viajamos juntos, que si sacaramos la mano por la ventanilla del vehículo que viajamos, podríamos darnos la mano el uno al otro, habitantes de universos distintos.

Compañeros de viaje infinitos.

Amantes bajo la sábana de las estrellas.




5 comentarios:

Kaoki dijo...

"Un mundo paralelo en el que NO MEREZCA TODO ESTO"...

.......

.......

... consideras que en tu mundo real consideras que lo mereces?

(a ver si va a ser ese el principio del final...)

Muxu bat

Espera a la primavera, B... dijo...

Muy buena pregunta... no me había dado cuenta de que tal vez sí lo merezca.

Eso es. Sí.

Lo merezco.

Pero no entiendo cuando dices que ese va a ser el principio del final...

Gracias por la reflexión.

Kaoki dijo...

Me gusta hacer pensar y que me hagan pensar a mi también...

Lo del principio del final lo he dicho pensando en que, inconscientemente, atraemos aquello que deseamos, ya sabes, la teoría esa tan molesta de "somos lo que pensamos", y si tu piensas que "mereces" algo, quizás por eso te encuentras ahora que lo has conseguido (cachis con que cuidado con lo que deseamos...).

Y quizás también por eso no terminas de despegarte de ese inframundo en que vives mental y emocionalmente, si a día de hoy, 1 de marzo, reconoces que lo mereces.

Me refiero a que si tuviste un principio de convicción de merecimiento de algo negativo, no es extraño que sufras un final de concesión de ese "algo" negativo.

Yo tengo la teoría (vaale, te dejo que me digas que es una teoría infantil e inocente) de que nos merecemos lo mismo que proyectamos, nada más y nada menos. Si proyectamos bondad, nos merecemos bondad, igual que si lo que proyectamos es maldad.

¿En qué grupo consideras que estás tú?

Muxu bat

Espera a la primavera, B... dijo...

Buena pregunta. No sé en qué grupo estoy. Supongo que en el grupo de los sin-grupo, pero eso es sólo una ingenuidad, seguro que pertenezco al mundo de los que prefieren estar solos.

Y supongo que eso es lo que he generado a mi alrededor.

Besos

Toni

Kaoki dijo...

Está muy bien preferir estar solo que mal acompañado.

Pero supongo que no es de esa soledad de la que estamos hablando, y dudo que seas de los que prefieres "esa" soledad cuando has disfrutado en una momentánea agradable compañía (me cuidaré de decir buena...)

Intuyo un deje de aceptación que no me gusta nada...

Beste muxu